Impacto de la Guerra de Aranceles Estados Unidos en la Economía Global y Local
Escrito por Douglas C. Ramírez Vera   
Miércoles, 05 de Febrero de 2025 00:00

altLas guerras comerciales entre países no dejan muertos físicos, pero sí dejan victimas económicas.

Como ha pasado recientemente en las guerras comerciales de Europa vs USA (2002-2004). La guerra comercial entre Japón y Corea del Sur (2019) y la de USA y China (2018-2019). Siempre las victimas suelen ser el ciudadano que lo ve reflejado en precios y empleo.

La reciente guerra de aranceles iniciada por Estados Unidos contra Canadá, México y China ha generado repercusiones económicas y políticas. Esta decisión, tomada por la administración del presidente Donald Trump, alega que busca proteger la industria nacional y reducir el déficit comercial. Sin embargo, las consecuencias de estas medidas no se limitan únicamente a Estados Unidos, sino que tienen un alcance global, afectando indirectamente a países como Argentina y Venezuela.

El saliente primer ministro Justin Trudeau, ha respondido las acciones de Trump implementados aranceles de represalia del 25% sobre productos estadounidenses valorados en 155.000 millones de dólares canadienses. Estos aranceles afectan una amplia gama de bienes, desde bebidas y cosméticos hasta automóviles y productos de acero. Esta guerra de aranceles entre Canadá y USA puede conducir a una caída de la actividad económica de Canadá en unos 2 a 4 punto en la tasa de crecimiento económico de este año y los precios crezcan más allá del 2% de lo estimado (https://qrcd.org/82jl ).

México, bajo la presidencia de Claudia Sheinbaum ha declarado que la medida de USA se paralizará un mes más tras anunciar el resultado de una conversación con Donald Trump (https://qrcd.org/82hM ).

Los aranceles podrían tener un efecto negativo en sectores clave de la economía, como el agrícola, el energético y el industrial, sino se soluciona la controversia.

En el sector agrícola, México podría enfrentar una disminución en las exportaciones de productos agrícolas como aguacates, tomates, entre otros, lo que afectaría a los productores locales y generaría pérdidas económicas millonarias. En Canadá, los productos agrícolas también podrían encarecerse, reduciendo su competitividad en el mercado estadounidense.

En el ámbito energético, los aranceles del 10% y 25% a las importaciones de Canadá y México, respectivamente, podrían aumentar los costos de materia prima para las refinerías estadounidenses, lo que resultaría en un incremento de los precios del combustible para los consumidores. Además, la industria automotriz y la manufactura en ambos países también se verían afectadas, encareciendo los productos y reduciendo la competitividad en el mercado estadounidense.

A pesar de los desafíos, una guerra de aranceles podría tener algunos beneficios para Estados Unidos en el corto y mediano plazo. La protección de la industria nacional y la generación de empleos son algunos de los aspectos positivos. Sin embargo, los riesgos, como el aumento de precios para los consumidores, las represalias comerciales y la incertidumbre económica, no deben ser subestimados.

Las guerras comerciales, como la que Estados Unidos está llevando a cabo contra China, Canadá y México, suelen estar motivadas por una combinación de factores económicos, políticos y de seguridad. En este caso específico, algunas de las razones principales incluyen las siguientes.

Estados Unidos ha amenazado con estos aranceles adicionales a estos países debido a la percepción, especialmente en el caso de México, que no han hecho suficiente para combatir el tráfico de drogas, especialmente fentanilo, y la migración ilegal. El gobierno de Estados Unidos ha justificado los aranceles como una medida de seguridad nacional, argumentando que el tráfico de drogas y la migración representan amenazas significativas.

También hay un componente de proteccionismo económico, donde Estados Unidos busca proteger sus industrias locales de la competencia extranjera.

En cuanto a las sospechas de dumping comercial o triangulación comercial, especialmente de China a través de México, no hay evidencia pública que sugiera que Estados Unidos esté actuando específicamente por estas razones.

El comercio internacional es un tema crucial en la política económica de cualquier país. Los líderes políticos tienen diferentes enfoques y visiones sobre cómo manejar las relaciones comerciales con otros países.

Revisemos las visiones de Donald Trump, Javier Milei y Nicolás Maduro sobre el comercio internacional y cómo la guerra de aranceles entre Estados Unidos, Canadá y México afecta a Venezuela y Argentina.

Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, es conocido por su enfoque proteccionista y su nacionalismo económico. Durante su mandato anterior y actual, Trump impuso aranceles a las importaciones de varios países, con el objetivo de proteger las industrias nacionales y reducir el déficit comercial. Trump argumenta que los aranceles son necesarios para nivelar el campo de juego y asegurar que los productos estadounidenses sean competitivos en el mercado global. Sin embargo, esta política ha generado tensiones comerciales y ha llevado a represalias por parte de otros países.

Javier Milei, el presidente de Argentina, tiene una visión completamente diferente del comercio internacional a la de Donald Trump. Milei es un defensor del libre mercado y la desregulación. Aboga por reducir la intervención del gobierno en la economía, eliminar aranceles y abrir los mercados a la competencia internacional. Milei cree que la libertad económica es el motor del crecimiento y la prosperidad, y que las fuerzas del mercado deben determinar los precios y la producción. Su enfoque contrasta con el proteccionismo de Trump, ya que Milei busca fomentar el comercio y la inversión extranjera.

Nicolás Maduro, de Venezuela, tiene una visión intervencionista del comercio internacional. Maduro ha implementado políticas de control estatal y ha nacionalizado varias industrias claves. Su gobierno ha impuesto restricciones a las importaciones y ha buscado diversificar los socios comerciales de Venezuela (como Irán, Rusia y otros países africanos) para reducir la dependencia de Estados Unidos. Maduro argumenta que estas medidas son necesarias para proteger la soberanía económica de Venezuela y enfrentar las sanciones impuestas por Estados Unidos y otros países. Esto ha conducido a una economía más cerrada y menos competitiva, con precios internos mucho mayores a los de sus países vecinos.

Paradójicamente las visiones de Maduro y Trump están más cercanas  entre ellos, que ellos con respecto a Javier Milei.

La guerra de aranceles entre Estados Unidos, Canadá y México tienen repercusiones indirectas en Venezuela y Argentina. Aunque estos países no son participantes directos en la disputa, se ven afectados por la volatilidad en los mercados internacionales y la incertidumbre económica. Ya que aumenta la volatilidad en los mercados internacionales, tanto en los mercados financieros como en el de los commodities, y a esto se le suma la incertidumbre económica que podrían dificultar la cadena de suministro internacional.

Además, el aumento de precios de los productos importados podría contribuir a la inflación, y a la depreciación de sus monedas, afectando negativamente a los consumidores venezolanos. La tensión entre Estados Unidos y sus socios comerciales también podría influir en las relaciones internacionales de Venezuela, obligando al país a diversificar sus mercados y a buscar nuevos socios comerciales.

En Venezuela, la guerra de aranceles puede dificultar aún más las importaciones y exportaciones, contribuyendo a la inflación, a la recesión económica y afectando negativamente a los consumidores con mayores precios a los actuales y aun amento de la tasa de devaluación de la moneda nacional frente al dólar.

En Argentina, la guerra de aranceles le ha perjudicado en el corto plazo en términos de los papeles financieros y el tipo de cambio, efectos que se están mitigando. Sin embargo, la relación cercana entre Milei y Trump podría ofrecer oportunidades para que Argentina se convierta en un sustituto de algunas importaciones afectadas por los aranceles. Esto podría beneficiar a sectores como la agricultura y la manufactura, que podrían aumentar sus exportaciones a Estados Unidos.

Las guerras comerciales tienden a ralentizar el crecimiento económico global. Pueden reducir el comercio internacional, afectan a las cadenas de suministro y aumentan los costos para los consumidores y las empresas.

A veces, ciertos sectores o industrias en un país pueden beneficiarse temporalmente de las medidas proteccionistas. Por ejemplo, los aranceles sobre productos extranjeros pueden ayudar a las empresas nacionales al reducir la competencia interna, pero esto se traduce en mayores precios internos.

Las tensiones políticas pueden intensificarse y las relaciones diplomáticas pueden deteriorarse, lo que podría tener consecuencias a largo plazo más allá del ámbito económico.

En última instancia, los consumidores y las empresas suelen ser los más afectados. Los consumidores enfrentan precios más altos en los productos importados y las empresas que dependen de componentes extranjeros pueden ver aumentar sus costos de producción.

Aunque puede haber "ganadores" en sectores específicos a corto plazo, los efectos negativos tienden a superar los beneficios en el tiempo. Los consumidores y las economías globales, en general, son los que más sufren las consecuencias.

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