La Parranda de San Pedro: ¿De Guatire o de Guarenas? |
Escrito por Aníbal Palacios B. |
Domingo, 29 de Junio de 2025 05:43 |
en un marasmo existencial para tratar de convencerse a sí mismos sobre una hipótesis, insostenible por lo demás, que señala a la Parranda de San Pedro como originaria del pueblo de Guarenas; solo eso, porque ni se ocupan de ella. Esto no preocupa en absoluto a los parranderos guatireños, que lo consideran una disputa irrelevante, estéril, vana, intrascendente y extemporánea, sencillamente porque nadie puede demostrar nada que supere las especulaciones sinsentido; por tanto, lo que corresponde es dedicar ese esfuerzo a fortalecer la tradición y salir a las calles cada 29 de junio para cumplir la promesa hecha por María Ignacia al santo. Desde hace muchos años, los guatireños escogieron el camino de la atención, difusión, consolidación y proyección de la leyenda, primero en la propia aldea y luego allende sus límites geográficos. Los resultados están a la vista. En un artículo publicado en www.guatire.com, el periodista Marlon Zambrano zanja la discusión en los siguientes términos: «El San Pedro es aquello que nos contaron y en lo que depositamos fe ciega. Nadie sabe cómo, cuándo y dónde nació pero todos, a través de la tradición oral, afirman que fue entre Guarenas y Guatire, cabalgando los siglos XVIII y XIX, en respuesta de los esclavos a la liturgia sincrética que diluía la devoción chamánica con la ceremonia eclesiástica». La hacienda San Pedro Un argumento repetitivo es que la existencia de una hacienda San Pedro en Guarenas demuestra por sí sola que la parranda nació allí. La Patrona de Guarenas es la Virgen de Copacabana, como la Santa Cruz de Pacairigua lo es de Guatire, pero era costumbre colonial que los dueños de hacienda tuviesen un santo patrón de acuerdo con la devoción de cada quien, y que cada familia fuese devota de algún santo, indistintamente del patrono, de la hacienda, o del pueblo, tan sólo tenía que registrarla en el Libro de Matriculas correspondiente, aunque esto no fuese un requisito obligatorio. En Guatire, por ejemplo San Pedro era Patrono de casa y hacienda de Doña Isabel Gil Arratia, y Patrón de Casa de Gregorio Joseph de la Pompa desde 1767, como lo han documentado en diferentes investigaciones el historiador René García Jaspe y la antropóloga Hortensia Caballero. Por lo demás, vale acotar que parte de la hacienda San Pedro abarca predios del Municipio Zamora. Otro argumento esgrimido es el hallazgo de una partida de nacimiento de una niña llamada María Ignacia. Ignoran los ponentes que para la fecha en que se supone nació la infanta, no se emitían “partidas de nacimiento”; más allá del hecho de ser María, Rosa e Ignacia nombres comunes en la sociedad colonial. El historiador René García Jaspe documentó la existencia de tres registros de nacimiento con el nombre de María Ignacia, guatireñas ellas, si estar investigando el tema pues trabajaba otros tópicos. Desde hace muchísimos años guatireños y araireños han realizado una constante, silenciosa, incansable y metódica labor para salvaguardar y difundir nuestras costumbres, que le ha rendido frutos. En febrero de 1948, con motivo de la toma de posesión del presidente Rómulo Gallegos, Juan Liscano presentó a Venezuela y al mundo la diversidad y riqueza de las manifestaciones culturales del país en un festival llamado La Fiesta de la Tradición, y allí estuvo presente la Parranda de San Pedro… de Guatire, Con Justo Pico Tovar, Manuel Ángel Rojas (Rojita) y Juan Berroterán, entre otros. Antes de ese evento Venezuela no conocía la diversidad y grandeza de sus tradiciones. Cuando la televisión venezolana mostró por primera vez la Parranda de San Pedro (Televisa, 1953) fueron los parranderos guatireños quienes representaron nuestra tradición; y cuando en 1976 Armando Urbina organizó en Los Teques un festival teatral con las diferentes leyendas y tradiciones mirandinas, también estuvo presente la Parranda de San Pedro de Guatire ¡y Armando era guarenero! El 25 de junio de 1991, veintidós años antes de que la Parranda de San Pedro fuese declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, el gobernador Arnaldo Arocha decretó al San Pedro de Guatire Patrimonio Histórico y Cultural del Estado Miranda. En el año 2009, cuatro años antes de la declaratoria de la UNESCO, la Alcaldía de Zamora decretó el 29 de junio como día de asueto; es decir, antes del meritorio y enaltecedor reconocimiento universal, el San Pedro de Guatire había recibido el reconocimiento de instituciones oficiales que más allá de acciones protocolares constituyen un apoyo significativo al esfuerzo constante que por más de dos siglos ha sostenido la tradición en este pueblo. De hecho, la declaratoria de la UNESCO de diciembre de 2013 no fue un acto casual, fue producto del esfuerzo realizado por guatireños liderados por el Centro de Educación Artística Andrés Eloy Blanco (CEA), quienes se dedicaron a dar forma al riguroso expediente requerido por el Organismo Internacional para recibir la postulación; para ello contó con el decidido apoyo del Centro de la Diversidad Cultural y, sí, de la Parranda de Guarenas y también la Fundación Parranda de San Pedro de Guatire, la Parranda del 23 de enero y la Parranda de Barrio Arriba y Parranda Valle de Pacairigua. Finalmente, el 29 de junio de 2014, el Cuerpo Diplomático acreditado en el país acordó rendir honores a la Parranda de San Pedro luego de ser declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y se llegó hasta el humilde templo de la Parroquia de Santa Cruz de Pacairigua, no a la Catedral de Guarenas. Por otra parte, artistas como Elizabeth Rodríguez, Morella Muñoz, Serenata Guayanesa, Pasacalle, Edgar Alexander, Henry Gil, Alí Primera e Ilan Chester, entre tantos, han grabado distintas versiones del San Pedro con el ritmo y la melodía de la Parranda guatireña, recopilada y armonizada por Vicente Emilio Sojo, que se distingue por su lenta y acompasada cadencia. Por su parte, el reconocido músico e investigador margariteño Rafael Salazar cataloga al San Pedro de Guatire entre los ritmos y géneros musicales del folclor venezolano. Todos estos reconocimientos hablan por sí solos del arraigo y la trascendencia de la Parranda de San Pedro de Guatire, y no son obra de la casualidad, sino frutos de la entereza, perseverancia y disciplina del parrandero guatireño.
En Guatire, el San Pedro siempre ha sido una Parranda comunitaria, colectiva, de arraigo popular. Nació en los tablones de caña y aún conserva ese tenor pueblerino de antaño que reivindica sus orígenes. La Parranda de Guarenas tiene un carácter familiar, exclusivo, y esto lo digo sin el ánimo cuestionador que utilizan algunas personas para ocultar a veces su indiferencia e indolencia hacia la parranda, para justificar su apatía y hasta irresponsabilidad. Particularmente considero que gracias al empeño de una familia, en Guarenas hay parranda, porque no son muchos quienes se han ocupado de ella. No obstante, es hora de abrir el compás y fomentar que comunidades como Los Naranjos, Las Clavellinas o Menca, por ejemplo, tenga su propia parranda. Cada comunidad que tenga una iglesia o una capilla debe salir a parrandear los 29 de junio, dentro del marco de la tradición; en ese sentido debe crearse una cofradía que establezca parámetros que eviten distorsiones. Desavenencias internas La tarea de preservar la Parranda de San Pedro de Guatire implica aclarar controversias, enfrentar distorsiones y erradicar desviaciones, como el verso injurioso que algunos parranderos locales pretendieron arraigar, o el inexistente personaje llamado Domitilo, que otros quieren imponer justificándolo como licencia literaria. Cuando en 1976 el dramaturgo Armando Urbina creo la obra teatral de San Pedro respetó sus personajes históricos (María Ignacia y Rosa Ignacia) y agregó al reparto personajes sin nombres (Marido, Esclavo 1, Esclavo 2, Negrero, etc.); no distorsionó la tradición. Por otra parte, a veces surgen situaciones que a pesar de su intranscendencia también requieren aclaratorias. Nos referimos a la campaña de una parranda que pretende ubicar su origen institucional en el año 1958, a pesar de que Justo Pico Tovar, por muchos años esencia y alma de la parranda guatireña, murió en noviembre de 1965 y para entonces en Guatire había solamente una parranda: La Parranda del San Pedro de Guatire; ni siquiera se le conocía como la Parranda de Pico, simplemente la Parranda de San Pedro de Guatire y allí estuvieron parranderos como Celestino Alzur, Lucas Mijares, Guillermo Silva, Emilio Cañongo, Manuel Ángel Rojas, Felipe Muñoz, Julián Rosas, para mencionar solo algunos; Kiko Aponte y Pedro Moreno iniciaban un largo andar. El San Pedro de Guatire es un frondoso árbol, constante y celosamente cuidado por voluntariosos jardineros que abonan su tierra, desbrozan su entorno y podan sus ramajes, de allí su transcendencia. Por lo demás, insisto, es momento para que los cultores abandonen lo que se conoce como el «síndrome del esfuerzo inútil» y se dediquen a enaltecer la Parranda de San Pedro, patrimonio de ambos pueblos. |
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