Allí estaba la historia
Escrito por Alexander Cambero | X: @alexandercamber   
Martes, 28 de Enero de 2025 00:00

altCuando me lo presentaron reconocí inmediatamente que la historia se me exteriorizaba en cuerpo presente.

Un hombre sin presunciones de superioridad llegaba a Duaca en la conmoración de un nuevo aniversario del Movimiento al Socialismo. Junto a nosotros estaba Pompeyo Márquez. Una de las figuras más apetecibles para la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. La tenebrosa Seguridad Nacional jamás logró hacerlo preso. Organizaba la resistencia con un absoluto resguardo de lo que significaba la lucha por la libertad. La manera de ir construyendo la resistencia fue hecha por una inteligencia superior. Sus editoriales para Tribuna Popular eran la guía estratégica para alcanzar la construcción de la necesaria unidad nacional. Se multiplicaban los allanamientos en su búsqueda. A los torturados se les pedía una pista que diera con sus huesos. Sus esfuerzos diarios por capturarlo regresaban a la sede de la Seguridad Nacional en los rostros fruncidos de los funcionarios con el revés esculpiéndoles el rostro. La épica de su patriótica resistencia fue haciéndolo una verdadera inspiración para todos. Su fama trascendió las fronteras patrias. En el año 1956 estuvo en el XX Congreso del partido comunista soviético realizado en Moscú. Este fue el primer evento que se realizó después de la muerte de Joseph Stalin. Nikita Jrushchov en su exposición cuestiona los abusos y el culto a la personalidad del hombre de hierro muerto en su dacha en 1953. Aquellos debates le dieron a Pompeyo Márquez una dimensión de lo que significaba la simiente del totalitarismo. Su historia de líder de la resistencia venezolana hizo que el político venezolano lograra el respeto de vastos sectores revolucionarios a escala mundial. Viajó a China para conocer de cerca todo lo que acontecía en el gigante asiático. Cuando la dictadura se enteró de sus viajes estalló de rabia. Salió y entró a Venezuela sin dejar una pista. Volvió a retornar su liderazgo en la lucha interna. Con mayor capacidad organizativa fue logrando que la unidad no fuera una mera ilusión.

Compañeros y adversarios siempre lo admiraron. El Santos Yorme que edificó una leyenda. Logró el respeto de toda una generación. La épica de su performance está en la epopeya venezolana. Mientras los principales líderes estaban en el exilio. Pompeyo Márquez se mantuvo en la nación luchando a brazo partido para sostener las banderas de quienes murieron defendiendo a sus ideas.

Aquella tarde que compartimos con este granítico personaje en Duaca. Nos imaginamos las veces que corrió peligro. Los instantes en donde tuvo que huir. La historia la escriben los humanos con sus acciones. Márquez supo que nunca iba a rendirse ante la injusticia. Sus convicciones impulsaban su trabajo en pro de obtener una administración democrática donde se pudiera debatir libremente las ideas.

Su huella sigue sembrada en el alma venezolana. Sesenta y siete años del glorioso 23 de enero. Toda la obra de sacrificio y sufrimiento que logró inspirar a la gesta que hizo despertar a un pueblo que estuvo bajo el cerrojo de una pesadilla. En este capítulo eterno uno de sus principales protagonistas fue Pompeyo Márquez, figura cumbre que adquirió su puesto en la historia con el esfuerzo de su propia sangre.

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