Después de Chávez ¿qué y cómo?
Escrito por Alexander Guerrero   
Jueves, 27 de Octubre de 2011 07:10

altEn días pasados participaba en un evento sobre la economía venezolana que resumiría, sin banalizarla, así: aquí no pasado nada y si algo ocurrió, es más de lo mismo. Es decir, superado el evento electoral con una oposición triunfante, la reversión del régimen de frustraciones de libertades económicas e individuales y descapitalización supuestamente revertiría a como cuando éramos felices y no lo sabíamos.

Nada más lejos de la realidad, crear un régimen de confianza y reputación para el venezolano y el mercado internacional no será fácil, y es importante avisarlo a la inteligencia nacional que el desmontaje del régimen que penaliza libertades económica no es fácil, requiere responsabilidad intelectual y grandes decisiones políticas. En Venezuela los instintos rentistas los transmuta la renta petrolera con criterios redistributivos "benevolentes" con los cuales supuestamente se acaba con la pobreza; sin embargo, la historia nos dice otra cosa, esos propósitos alimentan arbitrariedad, autoritarismo y eliminan cualquier arbitraje. El actual régimen es eso, y ha causado grandes deseconomías, empobreciendo sectores medios sin que ello haya producido mejora en los más humildes; la sociedad es más "igualitaria" en la pobreza. El régimen amarró lo económico con leyes y violencia, su desmantelamiento no es soplar y hacer botellas.

Hay que abatir un sentimiento que se ha colado en la campaña electoral para las primarias que impide que se deslinde claramente del actual régimen, sobre todo en lo económico. No hay conciencia plena y congruencia -quizás por el inmediatismo natural de la "política"- que hay que aprender que en economía estabilidad de precios y crecimiento sustentable solo es posible proyectándolo en el largo plazo, allí apuntan los axiomas, teorías, teoremas y postulados en la economía que el público conoce grosso modo como "leyes económicas". Veamos por qué.

El economista analiza la economía en base a teoría, evidencia y convergencias -largo plazo- de precios y cantidades, demanda y oferta, así como el rol de instituciones, mercado y derechos de propiedad y reglas del juego; es decir, la economía política, las bases de todo proceso de crecimiento económico. En el corto plazo, se apunta a políticas públicas -precios y reglas de juego- que permitan realinear precios y cantidades de manera que sea posible un desarrollo económico sin las perversiones de los últimos 15 años, que hay que eliminarlas temprano, dejarlo para después estimularía malas costumbres a un nuevo gobierno democrático.

Ejemplo, el mercado de acceso al dólar, algo que preocupa a todos; unos temen que algo que debe ser normado igual para todos, parecería complejo administrar en libertad porque eliminar los controles podría traer problemas en precios y otros, además que la demanda por divisas no sería supuestamente satisfecha, lo cual depreciaría aún más el bolívar.

Eso se les oye a los candidatos y es un temor en términos económicos, fundado y requiere deslindar sus nexos políticos. El mercado cambiario, como el de la carne, el pan, requiere confianza, disciplina y transparencia; ese mensaje es el que debe calar en el gobernante y gobernados, contrario a lo que emite el Presidente actual. Un mercado cambiario libre funcionaria sin mayores circunstancias, sobre todo porque el ingreso petrolero hoy es abundante en divisas, aunque no lo sea en términos fiscales.

Conceptual y general, por ejemplo; la escasez de bienes es un hecho coyuntural -en el socialismo es sistémica- causado por una catástrofe natural o por malas políticas, como ocurre hoy y que producen escasez y racionamiento de carne, aceite, leche, papel toilette, harinas, jabón, medicinas, vehículos y dólares, etc., condiciones y distorsiones evidentes de un proceso que se hace recurrente y perverso, al cual hay que ponerle orden de inmediato, so pena de cargar con el peso de esas distorsiones.

En el largo plazo, ceteris paribus, y con políticas públicas coherentes y un marco jurídico basado en un Estado de Derecho en lo económico de respeto y protección de los derechos de propiedad y bajo costos de transacción por intervención del Estado en la economía, regulaciones e interferencia política, esas distorsiones desaparecen, pero exigen de los gobiernos compostura, disciplina fiscal y monetaria y orden macroeconómico, todos componentes de la matriz de confianza, reputación y credibilidad.

La campaña política, en lo económico, debe apuntar a las distorsiones que ha causado en la economía la escasez, descapitalización, desinversión, fuga de talento y capital, empobrecimiento de capital humano, unido al costo de promover el cierre y mudanza de miles de empresas, destruyendo empleos de mayor calificación que un "misionero" que vive de la limosna que el Estado trata de repartir. La discusión de estos temas es vital para darle al votante una opción distinta del "chavismo" que gobierna.


Economist, PhD. (London University)
http://www.alexanderguerrero.com  
@alexguerreoe


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