Entendiendo la Guerra Asimétrica de Hugo Chávez
Escrito por Ezequiel Vázquez Ger   
Miércoles, 27 de Julio de 2011 02:23

altEn mi columna de la semana pasada traté de introducir la discusión acerca de la guerra asimétrica de Hugo Chávez. Dijimos que dicha guerra no es convencional, es decir, no se lucha con armas, y que el objetivo no es ganar territorios. Esta guerra es de índole mental y moral, se lucha con todo tipo de herramientas políticas, económicas, comunicacionales, sociales, militares o no militares y el objetivo es alterar los factores políticos y psicológicos de la cultura en cuestión.

Ahondemos un poco más en el tema. Si Chávez lo que está buscando es cambiar la estructura de poder mundial terminando con el ideal occidental de libertad y democracia representativa, es lógico pensar que parte de su plan incluya sustituir dicho sistema por un nuevo. Este nuevo sistema, el "socialismo del siglo XXI", viene acompañado por un nuevo tipo de democracia: la democracia directa.
En ella, el líder carismático pasa a tener contacto directo con el pueblo. No solo trata de controlar todos los poderes del Estado en su persona, sino que busca posicionarse como la única figura de poder dentro del Gobierno. En su discurso, el Presidente gobierna para la gente y con la gente, a través del uso abusivo de los medios de comunicación.

Esta comunicación directa con el pueblo le da a Chávez legitimidad, si bien la legitimidad formal la sigue obteniendo a través del proceso electoral. Las elecciones son centrales dentro del sistema de democracia directa, ya que legitiman al líder a través del voto popular. Sin embargo, dejan de tener valor en cuanto a la elaboración de políticas económicas y la toma de decisiones políticas, ya que en la práctica, tanto el Poder Legislativo como los gobiernos locales quedan en gran medida sometidos al poder central.

Para acelerar el camino hacia el nuevo sistema, Chávez ha llevado a Venezuela a convertirse en un Estado Fallido, es decir, un Estado que falla en sus labores básicas de proveer seguridad, justicia, calidad institucional, etc. Esto no debe ser visto como resultado de sus políticas, sino más bien como un medio: lo mejor que puede hacer para re-crear el sistema, es destruir por completo el anterior.

Ahora bien, si pocos se han dado cuenta de esto, es porque lo que importa en esta guerra no son los hechos concretos sino las percepciones, creencias y expectativas de la gente. Mientras la gente crea que está mejor, o piense que va a estar mejor en el futuro, seguirá apoyando al régimen, sin importar qué tanto estén empeorando las cosas realmente. Para lograr esta falsa percepción de la realidad, Chávez cuenta con tres herramientas fundamentales: 1) los programas sociales, 2) la comunicación, 3) las fuerzas de seguridad.

Los programas sociales brindan los efectos más tangibles. A través de ellos, "satisface" las necesidades del pueblo directamente. Con alimentos, medicina o anuncios de nuevas viviendas, no soluciona las necesidades de fondo de la población, pero le muestra a la gente su preocupación, al tiempo que ofrece soluciones parcializadas y de corto plazo. "A Chávez le importan los pobres" es lo que suele escucharse dentro y fuera de Venezuela.

A través de la comunicación, por su parte, logra entrar en la mente de las personas para materializar en ellas el discurso político. Muestra la realidad de modo distorsionado y atribuye a la oposición, a la 4ta República o al "Imperio" los problemas de los cuales él es el verdadero responsable. Toda acción ilegal por parte del Gobierno es acompañada por una campaña comunicacional que muestra exactamente lo contrario justificando cualquier atrocidad. Logra así generar un consenso a favor del régimen. Ejemplos concretos del uso de los medios de comunicación son el portal Aporrea, el medio oficial Correo del Orinoco, programas de televisión tales como La Hojilla, o canales de televisión como Telesur.

El control de las fuerzas de seguridad, incluidas las Fuerzas Armadas, la Guardia Nacional, las milicias bolivarianas, etc., también representan una de las herramientas claves del régimen. La misión de las mismas es defender la revolución a cualquier costo. Mostrando su poderío militar, alentando la creación de milicias civiles, Chávez pretende crear una percepción de superioridad y poderío militar, sembrando así el miedo entre la población opositora.

Como dijo Abraham Lincoln, se le puede mentir a algunas personas todo el tiempo, y a todas las personas por algún tiempo, pero no se le puede mentir a todas las personas todo el tiempo. Pero una de las características de este tipo de guerra es justamente el tiempo. Su duración es mucho más larga que cualquier guerra convencional, y eso Chávez lo sabe. Ponerle fin a la misma, dependerá en buena medida de su correcto entendimiento.

Twitter: @ezequielvazquez
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