De la trágica Valencia de España
Escrito por Luis Barragán | X: @luisbarraganj   
Lunes, 04 de Noviembre de 2024 00:00

altEspaña fue el país que estuvo atrás y, a veces, muy atrás en relación a buena parte del resto de Hispanoamérica,

en términos políticos, económicos y sociales.  Y tanto que la emigración fue una constante de numerosas décadas y, sobre todo, después de la consabida guerra civil de consecuencias tales que todavía se hacen sentir hasta innecesariamente.

Muerto Franco, lució también importante el respaldo decidido de la democracia venezolana para la compleja y difícil transición ibérica, en tiempos que nuestros indicadores macroeconómicos fueron envidiables y, en contraste con otras épocas, hubo una mayor calidad de vida y una sustancial mejoría en relación a la equidad social.  Huelga comentarlo, en el presente siglo, el asunto se ha revertido dramática y radicalmente, despuntando la península, aunque – motivo de una profunda preocupación – todos sus avances y progresos amenazan con irse por el desagüe por las consabidas dislocaciones institucionales, la hondura cada vez más temeraria de la ideología de género y la posibilidad misma de una injusta y pronta desintegración del país.

Recientemente, sabemos de una gigantesca e increíble inundación de la Valencia de Iberia que ha suscitado la atención más allá de las fronteras y generado un vasto movimiento de espontánea solidaridad con la suerte de los miles de afectados, incluyendo la pérdida de vidas humanas y de los bienes indispensables que costará y, demasiado,  reponer. La población local ha protestado, insultado y rechazado a las autoridades del poder central que se apersonaron, incluyendo al rey que no sólo soportó los dicterios, sino que se plantó tolerantemente en el lugar para dar un vivo testimonio de su solidaridad.

Quizá haya la tentación de comparar la actual tragedia valenciana con la que padecimos acá, en el estado Vargas, bajo un completo deslave, y que no pudo votar el referéndum constitucional que continuó andando la Venezuela apenas asomada al novísimo siglo. Empero, lo cierto fue que produjo un vasto movimiento de identificación y solidaridad nacional e internacional con los habitantes del litoral central que frenó el poder central, siendo necesario destacar la presencia in situ del por entonces príncipe de Asturias.

Ciertamente, el escenario valenciano se ha convertido en motivo de una reyerta política indeseable, aunque tiene razones e intereses de fondo, y, aunque no sentimos una particular atracción por la fórmula monárquica, nos parece importante señalar al hoy Felipe VI, quien  metió los pies en el barro, conversado con las víctimas que le fueron posibles, en plena intemperie, y que no se distingue mucho del aquél joven que envió su padre a un viaje largo para caminar la devastación varguense, portador de la ayuda de su país.

Todo apunta al tardío auxilio madrileño, aumentando la severidad del cuestionamiento. Bastará con los titulares de la prensa, como el de Chapu Apaolaza para un reportaje de ABC, referido a los voluntarios (“El Estado eran ellos”); para el mismo diario, el columnista Ignacio Camacho cuestiona al liderazgo con una pregunta lapidaria (“¿Hay alguien al mando”, mientras que Joaquín Manso es directo para El Mundo (“El Estado ausente”), o la nota editorial de El País acusa a la jefatura de los populares, sin más (“El uso político del horror”).

A los más sonantes debates de la actualidad, se suma otro que está fondeando tan severo cuestionamiento del Estado para legos y especialistas. El marxismo indicó su desaparición, pero sospechamos que nunca del modo que la opinión pública organizada ya plantea.

alt


blog comments powered by Disqus
 
OpinionyNoticias.com no se hace responsable por las aseveraciones que realicen nuestros columnistas en los artículos de opinión.
Estos conceptos son de la exclusiva responsabilidad del autor.


Videos



Banner
opiniónynoticias.com