Los gordos y la violación del derecho a lucir ropa bonita |
Escrito por Ángela Ávalos R. |
Viernes, 13 de Junio de 2014 04:25 |
Los gordos y la violación del derecho a lucir ropa bonita
POR ÁNGELA ÁVALOS R. /
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- Sábado 19 de abril de 2014 a las 06:37 p.m.
Acabo de ir a comprar ropa. Y lo juro: intenté hacerlo con el mejor ánimo posible. Lo asumí como una aventura, con dolor de pies incluidos de tanto caminar para buscar y buscar y buscar algo mínimamente presentable.
Terminé en el mismo almacén de siempre, comprando la ropa que me entra y no la que me gusta.
Sencillamente, el mercado del diseño y de la venta de ropa no tiene espacio para los gordos: ni los que tienen sobrepeso ni los que estamos obesos. ¡No hay nada!
Compré dos blusas: la primera, es un clon de una que llevé a un matrimonio. Buscaba colores vivos, que reflejaran como me siento ahora. Tiene flores, es casi como una primavera en mi cuerpo. La segunda, más sobria, me gustó por su turquesa fuerte, llamativo. Había visto dos más: una de color naranja brillante y otra verde esmeralda. ¡Lindísimas! Pero no me entraron a pesar de que decían 2XL.
No pude comprar más porque, sencillamente, no había más a mi disposición en la sección de talla grande. Sí, ahí me meto a comprar los sustitutos a mis blusas ya raídas y a punto de desintegrarse de tanto uso.
El resto de la ropa a disposición no se la compraría ni a mi mamá, una señora próxima a los 74 años. ¿Por qué pensarán que los viejitos también deben vestir aburrido?
Si suena a queja contra los comerciantes y diseñadores es porque es una QUEJA ENORME.
Discriminación. Estando con algunos kilos de sobrepeso (a lo sumo cinco), tenía que comprar tallas L o XL. Ahora, compro 2XL o 3XL. Las que suponía eran mis tallas en aquel entonces (Mediano), no me entraban. Todo estaba fabricado para mujeres demasiado flacas. Y esto no es bueno porque nos lleva a un extremo peligroso del cuidado personal.
Me han recomendado algunas tiendas y ya he ido a dos. Pero igual la tendencia es a pensar que nosotros, los gordos, vestimos colores como para asistir a un funeral, con diseños realmente pavorosos. Lo que he visto son sacos con agujeros para meter cabeza y brazos. Me extraña que todavía no hayan encontrado en esta enorme carencia un buen nicho de mercado. ¿O será que diseñar para gordos los bajaría de nivel?
En lo personal, mis ingresos no me dan para hacer un viaje al país de los super gordos y traer ropa medianamente aceptable. Eso es lo que he oído que hacen algunas personas. Tampoco he probado con ropa de segunda. Aunque estoy a punto de animarme un día de estos, ya les contaré cómo me va.
No pretendo engañarme y buscar algo que me vista ni en la sección juvenil ni en las tallas pequeñas. Empiezo por reconocer que estoy gorda, pero quiero ropa que me haga sentir bien.
Lo cierto es que en las tiendas "comunes y corrientes", adonde va la gente "común y corriente", no hay ropa para gordos.
¡Ni qué decir de las tiendas deportivas! Ahí, es en donde menos espacio tenemos los obesos. ¡Qué contradicción! Precisamente, somos los que más necesitamos ropa cómoda para empezar a trabajar nuestro cuerpo desde otra perspectiva.
Punto y aparte es el trato que te dan. Cero servicio al cliente. Es muy fácil percibir el tono de la voz, la expresión de la mirada, la postura apenas entra una persona pasada de peso a una tienda cualquiera. Me puedo atrever a decir que esta sensación la comparten los adultos mayores y las personas con alguna discapacidad.
Bueno, la verdad, amigos, este post se convirtió en un derecho al berreo. Quería compartir con ustedes parte "del peso del peso". Y la aventura de entrar a una tienda a comprar ropa pesa mucho. ¡Créanme!
Solo espero que si alguno de los que se llaman diseñadores de modas lo lee, tenga la amabilidad de contestar a mi pregunta: ¿por qué no piensan también en los gordos?
Ahí se las dejo. ¡Hasta la vista!
de tanto caminar para buscar y buscar y buscar algo mínimamente presentable. Sencillamente, el mercado del diseño y de la venta de ropa no tiene espacio para los gordos: ni los que tienen sobrepeso ni los que estamos obesos. ¡No hay nada! Compré dos blusas: la primera, es un clon de una que llevé a un matrimonio. Buscaba colores vivos, que reflejaran como me siento ahora. Tiene flores, es casi como una primavera en mi cuerpo. La segunda, más sobria, me gustó por su turquesa fuerte, llamativo. Había visto dos más: una de color naranja brillante y otra verde esmeralda. ¡Lindísimas! Pero no me entraron a pesar de que decían 2XL. No pude comprar más porque, sencillamente, no había más a mi disposición en la sección de talla grande. Sí, ahí me meto a comprar los sustitutos a mis blusas ya raídas y a punto de desintegrarse de tanto uso. El resto de la ropa a disposición no se la compraría ni a mi mamá, una señora próxima a los 74 años. ¿Por qué pensarán que los viejitos también deben vestir aburrido? Si suena a queja contra los comerciantes y diseñadores es porque es una QUEJA ENORME. Discriminación. Estando con algunos kilos de sobrepeso (a lo sumo cinco), tenía que comprar tallas L o XL. Ahora, compro 2XL o 3XL. Las que suponía eran mis tallas en aquel entonces (Mediano), no me entraban. Todo estaba fabricado para mujeres demasiado flacas. Y esto no es bueno porque nos lleva a un extremo peligroso del cuidado personal. Me han recomendado algunas tiendas y ya he ido a dos. Pero igual la tendencia es a pensar que nosotros, los gordos, vestimos colores como para asistir a un funeral, con diseños realmente pavorosos. Lo que he visto son sacos con agujeros para meter cabeza y brazos. Me extraña que todavía no hayan encontrado en esta enorme carencia un buen nicho de mercado. ¿O será que diseñar para gordos los bajaría de nivel? En lo personal, mis ingresos no me dan para hacer un viaje al país de los super gordos y traer ropa medianamente aceptable. Eso es lo que he oído que hacen algunas personas. Tampoco he probado con ropa de segunda. Aunque estoy a punto de animarme un día de estos, ya les contaré cómo me va. No pretendo engañarme y buscar algo que me vista ni en la sección juvenil ni en las tallas pequeñas. Empiezo por reconocer que estoy gorda, pero quiero ropa que me haga sentir bien. Lo cierto es que en las tiendas "comunes y corrientes", adonde va la gente "común y corriente", no hay ropa para gordos. ¡Ni qué decir de las tiendas deportivas! Ahí, es en donde menos espacio tenemos los obesos. ¡Qué contradicción! Precisamente, somos los que más necesitamos ropa cómoda para empezar a trabajar nuestro cuerpo desde otra perspectiva. Punto y aparte es el trato que te dan. Cero servicio al cliente. Es muy fácil percibir el tono de la voz, la expresión de la mirada, la postura apenas entra una persona pasada de peso a una tienda cualquiera. Me puedo atrever a decir que esta sensación la comparten los adultos mayores y las personas con alguna discapacidad. Bueno, la verdad, amigos, este post se convirtió en un derecho al berreo. Quería compartir con ustedes parte "del peso del peso". Y la aventura de entrar a una tienda a comprar ropa pesa mucho. ¡Créanme! Solo espero que si alguno de los que se llaman diseñadores de modas lo lee, tenga la amabilidad de contestar a mi pregunta: ¿por qué no piensan también en los gordos? Ahí se las dejo. ¡Hasta la vista! |
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