Despertar a un presidente constitucionalmente elegido a punta de bayonetas y enviarlo al exilio sin darle tiempo siquiera a cambiarse el pijama, como hicieron los militares hondureños con Manuel Zelaya hace dos semanas, es un acto de barbarie política y resulta justa la enérgica condena que este atropello ha merecido de las Naciones Unidas, la OEA y de la mayoría de naciones del mundo entero.

¿Dónde están las fetuas? ¿Dónde las multitudinarias marchas de protesta? ¿Dónde las manifestaciones frente a las embajadas? ¿Qué pasó con los discursos cargados de indignación? ¿Qué dice Al Qaeda? En otras palabras: ¿qué tiene China que le faltó a Dinamarca?

Cualquier desprevenido que por simple mala suerte -o déficit en la transmisión en “vivo y directo” que hacían los canales de televisión confiables e independientes de la crisis política que desde hacía una semana se precipitaba en Honduras-,   se pegó la mañana del pasado 5 de julio de la señal de TELESUR, no es difícil que rápidamente concluyera que una especie de “madre de todas las batallas” se cernía sobre el continente y en cuestión de horas, o quizá minutos, una  gigantesca ola de sangre caería sobre Centroamérica y el país de Morazán.

( Edward Schumacher-Matos) Sometimes you have to give political leaders credit. President Barack Obama and Secretary of State Hillary Clinton are on the verge of achieving their own coup in Honduras and advancing American interests with a deftness not seen from Washington in many years.

TEGUCIGALPA.- El Cardenal Oscar Andrés Rodríguez, manifestó que el diálogo es el mejor camino para llegar a resolver los problemas que enfrenta el país, pero que no cree que el ex presidente Manuel Zelaya, pueda regresar al poder.