¿Y ahora, qué?
Escrito por Álvaro G. Rquena   
Viernes, 10 de Julio de 2009 07:05

altOscar Arias deberá hacer la magia que Insulza no puede hacer y deshacer el maleficio de Chávez Los últimos acontecimientos en América Latina han sucedido vertiginosamente y su desarrollo ha sido en dos planos: el plano de lo tangible, concreto, visible y audible, y el plano de lo intangible, inconcreto, invisible e inaudible. Es decir, una cosa son los sucesos que vemos y otra lo que está pasando realmente.

Una cosa dicen Zelaya y sus socios políticos y otra los mandatarios hondureños actualmente a cargo del Gobierno.

Una cosa dicen los presidentes y jefes de gobierno de casi todo el mundo y otra es lo que estos saben que sucedió internamente en Honduras. Una cosa dice la OEA y otra es lo que hace. Además, los sucesos en el aeropuerto de Tegucigalpa, transmitidos por la televisión, fueron narrados con sesgo político apreciable, lo cual demuestra que las imágenes no son, como tanto se cacarea, documentos que hablan por sí mismas. Pero eso no es nuevo, por ejemplo, en la Guerra Civil española, luego del terrible bombardeo e incendio de Guernica por la aviación alemana, el general Queipo de Llano, que tenía un programa de radio en Sevilla que salía todas las noches, una especie de "Aló, General", dijo que el bombardeo era imposible porque había mal tiempo en el norte de España y los aviones no podían volar, pero que sí hubo un incendio en Guernica, provocado por mineros asturianos marxistas para inculpar a los franquistas.

Es claro que en política la mentira, la tergiversación, el disimulo, el chantaje y otras veleidades, son instrumentos de uso común.

En el plano de lo intangible, se encuentran las razones ocultas de este embrollo. En primer lugar, este sainete fue montado con esquemas conocidos: rebelión, rechazo, regreso triunfal (como sea) y luego apabullamiento electoral y político. Desde el regreso de Julio César a Roma y su aclamación, eso lo han repetido cientos de mandamases autoritarios, incluyendo a Chávez. En segundo lugar, detrás del embrollo está el deseo de algunos líderes políticos como Chávez, de acabar con la OEA, pero como se trata de un organismo internacional es muy difícil poner de acuerdo a todos, por eso, lo que procedía era provocar su fracaso. La oportunidad fue el suceso hondureño y la incapacidad manifiesta del señor Insulza. La alternativa para las Américas (ALBA) surgirá ahora como tal. En otras palabras, resulte lo que resulte, la OEA está perdida y agónica, sólo la salvaría una transfusión de última hora de rectificaciones y cambios de intención de los presidentes, algo que veo poco menos que imposible.

El presidente Oscar Arias deberá hacer la magia que Insulza no puede hacer y deshacer el maleficio que Chávez preconizó. Micheletti deberá mostrar la cara de la firmeza y el optimismo positivo de quien tiene la razón. Zelaya, si es tan demócrata socialista como dice que es, deberá reconocer sus errores y enfrentarlos ante la ley en su país. Las futuras elecciones en Honduras serán la prueba más contundente de las mentiras vividas y de las esperanzas por vivir. Las posibilidades de ver a Zelaya de contendor, son altas.

El futuro del socialismo del siglo XXI en América es gris, paulatinamente se cierra el círculo del descontento alrededor del eje político chavista. Lo que ayer era una actitud contagiosa, hoy es una situación pegajosa, babosa y hasta repugnante. Los desaciertos políticos están teniendo su costo en pérdida de influencia y representatividad. Hace unos años era: "Yankee go home"; ahora es: "Fuera Chávez".

 

Fuente: El Nacional


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