El principio del fin
Escrito por Enrique Pereira   
Martes, 19 de Julio de 2011 08:02

altVenezuela convertida en una gran pulpería. Eso sí, con firma electrónica. La cadena televisiva promocional del gobierno, anunciando la partida del presidente hacía la isla de Cuba, nos deja clara la forma como se maneja este gobierno. Una pulpería se mueve con mejores procesos. Firmas aquí y allá, en un  concierto de aprobaciones que no siguen un  plan rector. Un presidente clamando por ahorro, de un plumazo le corta la mitad a una partida…”esto es mucho…te voy a dar la mitad” sin más análisis. Esa obra, se quedará a medio camino.

Chávez deja por detrás a sus ministros, empoderados para hacer o deshacer, sin ningún fundamento legal que lo acompañe. Ni los ministros, ni el vicepresidente pueden recibir por delegación las tareas que el presidente les deja. Lo propio –lo que manda la bicha- era decretar la ausencia temporal y nombrar presidente temporal al vicepresidente. El show que montaron, persigue intentar demostrarnos que el presidente sigue en funciones, ahora provisto de una firma electrónica. Chávez el omnipotente, el retornado, el combatiente por la vida, todavía sigue siendo el caudillo. El manda igual aquí o en La Habana.

Nos deja firmado el decreto aprobatorio, en el marco de la aberrante Ley Habilitante, de una ley de costos, precios y salarios. La ley pretende ponerle control a las ganancias de las empresas. El mismo gobierno que no ha podido controlar los precios de una docena de rubros, ahora pretende controlar los precios de toda la economía. Lo hace al tiempo en que un kilo de arroz regulado, se vende a tres veces el precio de la regulación. Lo hace en medio de una escasez pronunciada de rubros donde el principal proveedor es el gobierno. De aquí, vamos derechitos a la cartilla de racionamiento. Este es el principio del fin

La economía de un país sigue las leyes de la oferta y la demanda. El papel del estado debe enmarcarse en estimular un ambiente que promueva la multiplicación de la oferta, para que ese mecanismo actúe como regulador de los precios. En la Unión Soviética, en Cuba y en otros ambientes comunistas, nunca lograron abastecer los mercados. Un mercado negro, a precios por encima de la regulación, aparecerá de inmediato y terminaremos pagando los bienes escasos a precios elevadísimos. Una nueva forma de desestimular a los productores y a los comerciantes, nació a la luz de esta nueva ley.

Nuestro país se mueve de mal, hacía peor. Unas mentes enquistadas en un esquema vencido, promueven normativas que poco a poco han destruido la economía de un país que nada en petróleo. Los pueblos son sabios y saben cuando algo no es conveniente.

Esta ley nos pone en el camino de parecernos a Cuba. Viviremos de zanquear los productos básicos, que el ineficiente gobierno pueda colocar en los mercados. Este es el principio del fin de la dinastía chavista, que sembró con esta ley, la producción masiva del descontento popular.

Venezuela no es Cuba, ni vino tinto es sólo una bebida de color rojo oscuro.

  @pereiralibre


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