Las verdantiras son aquellas frases u oraciones que pueden ser verdad o mentira según quien las escuche, según el momento o según el contexto

"Aquí la vaina está tan jodía que hasta Chávez emigró"

Graffiti en un barrio de Caracas

“En este mundo traidor / nada es verdad, nada es mentira, / todo es del color / del cristal con que se mira.”

Ramón de Campoamor.

Querido Jim: Las verdantiras son aquellas frases u oraciones que pueden ser verdad o mentira según quien las escuche, según el momento o según el contexto en que son dichas. Por ejemplo, decir que absceso pélvico es un diagnóstico puede ser verdad para alguien que no conoce de medicina. Quienes manejan la gramática galénica saben que absceso pélvico es simplemente la manifestación de un proceso más complejo, decirlo sólo es equivalente a decir fiebre o dolor. Realmente es como decir nada, a menos de que sea descrito y explicado dentro de un marco mayor de información. Tan solo esperamos que los anuncios acerca de nuestro líder fundamental, no sean un subproducto de la paupérrima medicina cubana, tan impresionantemente atrasada y, por otro lado, tan intensamente publicitada mediante verdantiras. Preferimos pensar que se trata de un manejo mediático de pésima inspiración política. Del atraso y distorsión de la medicina cubana, para los no conocedores, baste con recordar que a Fidel lo salva un médico español y que CP3 es atendido actualmente por un equipo internacional, en donde destacan algunos venezolanos.

Y podrías estarte preguntando: ¿bueno, Luis, qué tienen que ver las verdantiras con nuestra misión imposible?

Las verdantiras han sido descubierta por los políticos (así, con p minúscula) como un mecanismo para mantener engañadas a las personas distraídas de la vida. Baste decir cualquier cosa que luzca medianamente coherente en un marco de entrega afectiva, añádale ud. el tiempo futuro y tendremos una frase incuestionable que inmediatamente hará que las personas con poco conocimiento de las leyes del comportamiento humano, caigan como pajaritos hipnotizados, encantados por quien pronuncia tales palabras. Por caso, todavía resuena en algunos oídos frases como: “adeco es adeco hasta que se muera”, pronunciadas por Rómulo Betancourt en los años sesenta o setenta del siglo pasado. Más recientes: “Construiremos 2.000.000 (sí, dos millones, no se desmaye, por favor) de casas en los próximos cinco años”, dichas por CP3 a comienzos de este año.

Combatir las verdantiras pasa por precisar y desnudar al generador de tales desafueros humanos, así como sembrar una disciplina de cuestionamiento anticipado a cualquier “pico e´ plata” que aparezca por allí… Seguiremos, si las decisiones trascendentales y otras ventoleras, lo permiten.

(*): De la serie Misión Imposible # XVIII

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