¿De una crisis intraducible?
Escrito por Luis Barragán | X: @luisbarraganj   
Lunes, 24 de Febrero de 2025 06:54

altPresumimos las varias etapas de la enseñanza de idiomas en el país, obviamente, distintos al español.

De las muy exclusivas clases particulares y de las escuelas privadas que impartieron el inglés y el francés en el intento de universalizarnos, adoptados más tarde por la programación educativa del Estado, añadido el latín y el griego, hasta la desaparición de todos en el aula escolar, excepto aquel oficialmente mantenido que no cuenta ya con suficientes docentes para sobrevivir ni siquiera como oficio.

Una doble y triste paradoja viene a colación: por una parte, el aprendizaje de un idioma extranjero durante los años consecutivos del bachillerato con resultados tan deplorables, al mismo tiempo que la extraordinaria cuantía de la diáspora indica que nunca hubo tantos venezolanos contemporáneos con el dominio de una o más lenguas. Y, por otra, reivindicando el principio de subsidiariedad, muy antes del consabido exilio masivo de los paisanos, hubo una extraordinaria y sostenida oferta del sector privado, muy variada, asequible y de convincente calidad en la enseñanza de idiomas como ya no existe. Sin embargo, nos permitimos agregar la otra y múltiple ironía socialista del siglo XXI.

En efecto, el aprendizaje de idiomas también requiere de altos y estrictos niveles académicos y, no por azar, desde mediados de los setenta del veinte, contamos con la escuela de Idiomas Modernos de la Universidad Central de Venezuela y de la fundación que ayuda a su sustento, pero – pocos días atrás – nos enteramos de la razonable protesta de estudiantes y profesores ante el Consejo de la Facultad de Humanidades y Educación,  en demanda del definitivo nombramiento de un director de la escuela, la transparencia en el manejo de los recursos, la disposición de espacios adecuados y propios, entre otros señalamientos, como deducimos de un comunicado suscrito responsablemente por catorce profesores, y las redes sociales incluida la cuenta de la profesora @YoyianaAhumada.

¿Quién dijo que la crisis del país no se traduce directamente en la que soportan por largos años las universidades y ahora expresa la Escuela de Idiomas Modernos? ¿Cómo aspirar a niveles de excelencia con un terrible déficit presupuestario de la educación superior, simultáneamente traducido en la falta de aulas y espacios propios para una disciplina indispensable del saber? ¿Acaso, el propósito es el de aislar en todo lo posible el país dejando que el estudio de otras lenguas se reduzca a los cursos y laboratorios más elementales? ¿La idea está en prescindir de intérpretes públicos competentes, serios y confiables? ¿Internamente, sólo los estratos privilegiados por el régimen podrán acceder a otras lenguas?

La escuela de Idiomas Modernos apunta a un drama que no requiere de subtítulos para comprenderlo, padecido por todos.  Seguiremos atentos, porque más adelante el peligro estará en enmudecer, desespañolizándonos a favor de las consignas oficiales y la consiguiente jerga a que da ocasión.

 

|*|: Foto de la protesta, cuenta de FB de Yoyiana Ahumada

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