La capacidad de mentir de este Gobierno sólo la supera la ingenuidad de aquella porción del pueblo que le cree.  La mitomanía es considerada una enfermedad. “El mitómano es una persona que miente en forma sistemática y la mayoría de sus mentiras son irracionales. El mitómano no planifica lo que va a decir y no tiene un orden o secuencia para discriminar qué tan grande es la mentira o qué tan fuera de contexto está. La mitomanía es un trastorno emocional que consiste en imaginar, ver y sentir cosas que no pasan realmente y quien la sufre cree sus propias falsedades y las ve como si fueran realidad. Vive en un mundo irreal, adulterado, y al final no se da cuenta de que está haciendo daño (www.monografias.com/trabajos28/dano-derecho/dano-derecho.shtml).

Estas personas llegan a crearse su propio mundo e intentan demostrar a los demás que todo lo que dicen y hacen es cierto, manipulan para conseguir lo que quieren. Cuando estos mecanismos son abundantes pueden deformar la personalidad. Algunas personas llegan a proclamarse maestros, iniciados o reencarnaciones, pero no son más que farsantes que ignoran que lo son. Si la persona no busca tratamiento, llega a perder el prestigio social y se convierte en un gran chantajista, mentiroso, a quien nadie toma en cuenta.” ¿Y qué la causa? “Esta patología es aprendida dentro de las familias que viven con un modelo (www.monografias.com/trabajos/adolmodin/adolmodin.shtml) de conducta de doble vía, de doble moralidad que afecta a los niños…”.

La definición no puede ser más lapidaria. Aunque pareciera que el autor hablaba de una persona conocida, no se refería a alguien en particular. Se trata de un profesor de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco en México, editor, quien ha escrito seis libros, incluyendo dos de poesía. Estamos frente a un mitómano sumergido en una gran farsa: “La Ruta de la Empanada”, los “Gallineros Verticales”, los “Cultivos Hidropónicos” y las “Ciudades Socialistas” están entre la serie de ridiculeces irracionales que han quedado atrás. El Referendo del 2-D fue una estafa. El pueblo dijo “NO” pero seguimos “rumbo al socialismo”. La “Misión Barrio Adentro” resultó ser otro engaño que sirvió para superar el Referendo Revocatorio. Sólo ahora que la verdad amenazaba con estallar se confiesa que dos de cada tres ambulatorios han sido abandonados por los médicos cubanos que dejaron el pelero. Y siguen otros: El “Plan Caracas Segura”. Se suponía que en cada camioneta por puesto circularían dos guardias nacionales armados.

Venezuela sufre los delirios de un mitómano. El racionamiento de agua, por ejemplo. Se dijo que el Oeste de Caracas recibiría seis días del preciado líquido, y un día de corte, y el Este (pa’ que sufran los escuálidos, será) vería dos días de racionamiento. Ya los cortes eran normales. Acá se hacen oficiales las cosas cuando las encuestas demuestran que están por explotar o cuando la verdad sale a flote, como el tema de la corrupción y los banqueros testaferros. Cuando el racionamiento se hizo oficial (apenitas, calladamente, en letra chiquita, así como el letrerito de las cajas de cigarrillos que dice “Advertencia: Se ha determinado que fumar…”) se dijo que no serían dos sino tres los días de corte en el Este de Caracas, la verdad verdadera es que —particularmente en el Sureste— muchas veces cortan el agua a medianoche de jueves para viernes y la restituyen de lunes para martes. Cuatro días sin agua de siete que tiene una semana, 60% del tiempo a secas.
Vivimos una mentira, y cuando la mentira se descubre, se cubre con otra mentira más. 

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