¿Compiten medicamentos y alimentos?: prescindibilidad por efecto renta de la inflación
Escrito por Enrique González Porras | X: @enriquergp   
Miércoles, 19 de Abril de 2023 00:00

altSon varias las señales y los datos revelados por distintos sectores económicos que apuntarían a una caída de la actividad económica y comercial o cuando menos una ralentización,

una vez el poder de compra, en términos reales, tanto en bolívares como en dólares, parece haberse deteriorado con fuerza desde finales del año 2022 y en lo que va del año 2023.

Representantes del sector farmacéutico, según lo informó este lunes 17 de abril de 2023 el portal especializado en economía  Banca y Negocios, habrían precisado que “sobre la caída de un 9% durante el 2023 del mercado farmacéutico que el impacto sería por el bajo poder adquisitivo de las personas, puesto que estamos volviendo a competir con los alimentos”. Sin embargo, no se precisa en dicha nota informativa si dicha variación corresponde a volúmenes de producto o referido a ventas medidas en unidades monetarias.

Según cifras oficiales del BCV de enero a octubre de 2022 el índice de precios de Alimentos y Bebidas No Alcohólicas acumuló una inflación de 122,17%. Por su parte, el índice para el rubro Salud acumuló una inflación del 107,48% durante el mismo período, mientras el índice General acumuló una variación del 119,23%.

Algunas precisiones podríamos asomar, aún cuando se requiere una mayor cantidad de datos, exigiéndose mayor trabajo empírico :

Primero, cuando menos respecto a gran parte del año 2022 (de enero a octubre, última data oficial disponible) el rubro de Alimentos y Bebidas No Alcohólicas mostró ajustes de precios al alza superiores a los experimentados por el rubro Salud y superior a la variación del Índice General. 

En este sentido, en términos de precios relativos y en términos muy agregados de acorde a la definición de dichos rubros por el BCV, le “gana” la partida los Alimentos y Bebidas No Alcohólicas al rubro Salud.

Segundo, merece señalarse que no resulta del todo preciso asegurar que los medicamentos compiten con los alimentos. Según el punto anteriormente descrito, donde los precios de los Alimentos y Bebidas No Alcohólicas estarían aumentando mucho más que los del rubro salud, podrían estar ocurriendo dos efectos importantes explicando el fenómeno señalado por representantes del sector farmacéutico: (1) deberíamos esperar un Efecto Sustitución favorable para el rubro salud (de representar gráficamente en un cuadrante Alimentos y Bebidas No Alcohólicas versus Salud y representar el aumento de precios de los primeros). 

(2) el incremento de los precios de Alimentos y Bebidas No Alcohólicas podría estar generando un Efecto Renta negativo sobre el consumo de medicamentos que más que compensa al Efecto Sustitución anteriormente mencionado. En la medida que para comprar la misma cesta alimenticia se requiera una mayor cantidad de dinero, manteniendo lo demás constante, entre otros el ingreso; cuando se produce un aumento de precios de los alimentos los ciudadanos cuentan con menor renta real para adquirir medicamentos.

Los efectos de un cambio en el precio de cualquier bien o servicio se pueden descomponer en dos efectos: un efecto ingreso y un efecto sustitución. El efecto sustitución es el efecto de un cambio puro en el precio. Dado que las curvas de demanda tienen pendiente negativa, un individuo bien puede aumentar su consumo de un bien cuando su precio baja.

¿Qué es entonces el efecto ingreso? La idea básica es que un cambio en los precios puede afectar el ingreso real de un individuo. Suponga que los ingresos monetarios de un individuo se duplicaron, mientras que los precios de todos los bienes y servicios permanecieron iguales. Ahora supongamos, que el ingreso monetario del individuo se mantuvo igual, pero los precios de todos los bienes y servicios se redujeron a la mitad. Claramente, este cambio tendría exactamente el mismo efecto que duplicar los ingresos monetarios. Por lo tanto, un cambio en los precios afecta el ingreso real de un individuo.

Por lo tanto, una eventual disminución en el precio de uno de los productos que componen mi cesta de consumo habría generado un incremento en mi ingreso equivalente al monto que habría dejado de pagar al nivel de precio antiguo por la misma cantidad original de producto que usualmente demandaba (y viceversa). Este aumento en el ingreso provocará cambios en las cantidades que la persona gasta en varios bienes y servicios. Comprará más de los productos básicos para los cuales su elasticidad ingreso es positiva (bienes normales) y menos de los productos básicos para los cuales su elasticidad ingreso es negativa (bienes inferiores).

Los efectos en los ingresos de un individuo de un cambio en el precio son mayores cuando el bien cuyo precio ha cambiado representa una parte relativamente grande de los gastos totales históricos. En este sentido, la inflación en alimentos y productos de primera necesidad -incluyendo medicamentos- puede resultar especialmente regresivo para los hogares de bajos recursos.

Tercero, el fenómeno inflacionario que deteriora el poder de compra de los ingresos, termina explicando un fenómeno más que de sustitución entre productos de prescindibilidad de cada vez una mayor cantidad de bienes y servicios, deteriorando la calidad de vida de los venezolanos.

 


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