La economía chavista: ¿endeudamiento o revolución?
Escrito por Angel García Banchs   
Lunes, 05 de Octubre de 2009 08:16

altEl presidente Hugo Chávez prometió una revolución que, además de política y social, también iba a ser económica (pero, en la práctica, lo que ha habido es una involución); supuestamente, íbamos a diversificar nuestra economía y transformarla para siempre pero hoy día, aparte del petróleo, y uno que otro bien, lo único que exportamos al exterior son nuestros puestos de trabajo y bonos de deuda de la República. Por ello, pregunto: ¿qué ha pasado con la economía chavista que, a pesar de los ingentes ingresos petroleros, en vez de conducir a Venezuela a una revolución económica, tecnológica, y productiva, a lo que la ha conducido es a más, y más, deuda y dependencia?

Una posible respuesta es que: la economía chavista ha desestimulado la inversión real (factor fundamental de la revolución y transformación tecnológica, productiva y social), y ha fomentado el crecimiento de las filtraciones externas, al estimular las importaciones y el ahorro en divisas (fuga de capitales). Lógicamente, al desestimular las inyecciones (la inversión privada) y estimular las filtraciones (las fugas de divisas, e importaciones), el déficit (la incapacidad de extraer vía impuestos todo el dinero inyectado vía gasto) obliga a la emisión de títulos de la deuda pública para extraer de la circulación suficiente dinero del Estado (o base monetaria) como para mantener estable las tasas de interés (deuda pública en bolívares), el tipo de cambio, y el nivel de las reservas en divisas (deuda en dólares): no es cierto que el rol de la deuda pública sea financiar el gasto fiscal (el Gobierno puede imprimir cuantos bolívares quiera): su rol es evitar el colapso de las tasas de interés, del nivel de reservas internacionales y el aumento del tipo de cambio, tarea esta destinada a fracasar si la moneda, tal y como ahora, se encuentra sobrevaluada.

La alternativa del Gobierno es absorber la base monetaria no extraída vía impuestos mediante la depreciación (o devaluación), la cual tengo tiempo sugiriendo como condición necesaria mas no suficiente (pues además se requiere un acuerdo nacional) para estimular las inyecciones privadas (inversión) y reducir las filtraciones externas (importaciones y ahorro en divisas). Pero, debido a su miopía, terquedad y obstinación, los líderes de la economía chavista nos conducen a una situación de más, y más, deuda, y no a una verdadera revolución, pues el Gobierno se ha dado a la tarea de reducir las inyecciones a la circulación (las inversiones en activos reales del sector privado), mientras a diario estimula sus fugas (vía importaciones y el ahorro en divisas).

Escuchando el discurso gubernamental y olfateando un poco sus intenciones políticas, sabemos por qué lo han hecho – e.g. entre otras razones, para avanzar en la estatización de los medios de producción que ellos llaman socialismo, y manipular o garantizar votos, al reemplazar el empleo privado (voto libre) con el del sector público (voto controlado). Pero, ¿cómo lo han logrado? Fundamentalmente, desmejorando las condiciones de riesgo (i.e. la seguridad jurídica, política, y personal) y de rentabilidad de la producción nacional (debido a la sobrevaluación monetaria y salarial); el resultado ha sido que las inversiones de corto plazo en importaciones o activos reales y financieros del exterior son cada día más rentables y menos riesgosas que las asociadas a la actividad productiva nacional (activos reales de largo plazo como fábricas y plantas de producción) y aquellas financieras de corto plazo denominadas en bolívares.

Un nuevo gobierno en Venezuela deberá preocuparse por minimizar el riesgo jurídico, político, y personal, además de determinar un tipo de cambio que no esté sobrevaluado, y fijar salarios mínimos de acuerdo a la productividad de cada sector industrial. Únicamente así, dejaremos de exportar nuestros empleos y la deuda del fisco nacional, para pasar a exportar y dejar de importar lo que deberíamos producir internamente, generando el volumen de empleo que la actividad petrolera jamás podrá generar; ¿acaso no es esto parte fundamental de una verdadera revolución?

(*): Profesor del CENDES/UCV y Doctorado en Economía de la UCV
http://www.angelgarciabanchs.com/
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