Los patilludos de Mérida |
Escrito por Rodolfo Izaguirre |
Domingo, 02 de Julio de 2023 08:51 |
me decían una y otra vez las mujeres de mi casa mientras me apretaban la faltriquera con el dinero que exigía el viaje en autobús a la distante Mérida de mi infancia. Tenía apenas nueve años y me disponía a pasar allí una temporada con mi hermano José Luís, estudiante de medicina y profesor de biología en el liceo Libertador. No era el único consejo o advertencia que me daban las aterrorizadas tías que no ocultaban su angustia ante la peligrosa aventura que yo estaba a punto de iniciar con el riesgo agregado de morir acuchillado. "!Duerma en el autobús y no en ninguna posada del camino porque esas camas están llenas de chinches y toda clase de bichos y no se le ocurra tomar nada que le ofrezcan, sobretodo en desconchados pocillos de peltre porque a lo mejor lo están enfermando de carate; no mire a nadie de frente porque es gente mal encarada y procure no dar nunca la espalda! ¡No muestre todo el dinero que carga encima; no haga como Páez que tuvo que matar a un bandolero que quería quitarle la plata porque hizo alarde de la que llevaba! ¡Y por favor, háganos caso y tenga mucho cuidado con esos patilludos!" El viaje a Mérida duraba dos días con sus noches y un día más a San Cristóbal por la transandina, la carretera de tierra trazada en tiempos de Juan Vicente Gómez que en los Andes da vueltas como si se regresara y el chófer del autobús era al mismo tiempo mecánico porque el vehículo se accidentaba a cada rato y el conductor, a un lado del camino, tenía que emplearse con esfuerzo para solucionar las forzosas paradas. Antes de llegar a Carora esperaban a los pasajeros no solo un insólito paisaje lunar, sino el fantasma de Lope de Aguirre convertido en fumarolas y una maltrecha y desdichada mujer que recibió al chofer en la puerta de su casa apenas escuchó el aviso de llegada desde el autobús. Todavía hoy, recuerdo la escena. Sonriente, el chofer se baja del autobús, abraza a la mujer, entra en la casa medio destartalada y sale una hora mas tarde sin ofrecer ninguna excusa y sin dar ninguna explicación a los desventurados viajeros que aprovechan la insolente pausa para quitarse de la cara los pañuelos que los protegen de la inclemente polvareda del camino. El niño que yo era, huérfano de madre, pero de padre ausente viajaba petrificado de espanto en aquel asmático autobús. Me pesaban mucho los crispantes consejos familiares y no encontraba manera de evitar las cuchilladas que ya estarían tramando los patilludos que tanto estremecían de pavor a las mujeres de mi casa, pero tampoco lograba encontrar la manera de rechazar el envenenado pocillo de las enfermedades. ¡Pero nada de esto ocurrió! Mérida era una bella y serena ciudad fría, envuelta en la neblina de los páramos; gente reservada pero amable; nada de acalorados patilludos, pocillos desportillados ni bandoleros despiadados. Una ciudad pequeña: a cuatro cuadras de la catedral se encontraba el cementerio y en sentido contrario estaba el cuartel y Milla. Exhibía con orgullo una universidad e incunables entre sus tesoros. Mostraba en la plaza una estatua de Bolívar con un pedestal que llamaban "la factura" porque se enumeraba en ella todos los bienes que le dieron al Libertador para su Campaña Admirable, a pesar del terremoto que devastó a la ciudad. Aquel viajero asustado que fui siendo niño de autobús y carretera de tierra no estuvo recorriendo una región venezolana como creía estar haciendo sino que anduvo por un camino de perversidades y verdaderos chácharos patilludos originarios de Capacho, hombres de tosca lealtad, de machete y alpargatas conocidos como la Sagrada que durante 27 años estuvieron ultrajando a un país que aun no era adulto. Yo tampoco lo era, anhelaba que el país y yo fuésemos espléndidos y vigorosos y nos abrazáramos algún día con júbilo y en plena libertad, es decir, sin sagrados patilludos ni pocillos de sucias enfermedades. |
Digitel regala 2 Gigas por el mes de las madresDigitel celebra a las madres en su día con una promoción dirigida a clientes nuevos de los segmentos Personas y Empresas, |
Expocanidra 2025 congregará al sector automotorLa Cámara Nacional de Autopartes, Canidra, congregará a importadores, mayoristas, distribuidores, representantes de marcas en Venezuela |
Cuidado con el phishing dinámicoCon la evolución de la tecnología, los atacantes han perfeccionado sus métodos, aprovechando herramientas diseñadas para optimizar el envío de las campañas. |
Empire Keeway hizo el testdrive más grande de VenezuelaEK, Empire Keeway organizó el test drive más grande del país con las motos que aman los apasionados de dos ruedas: el EK Day, |
Boleto aéreo y US$1.000 para quienes se autodeporten de EE.UU.Hoy, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anunció una oportunidad histórica para que los extranjeros ilegales reciban asistencia financiera |
El Luis Herrera que conocíLuis Herrera Campins no nació en Barquisimeto, pero su arraigo con la ciudad lo convirtió en uno de sus hijos más entrañables. |
La ciudadanía, más allá de la políticaSin despreciar la razón que encarna el concepto de política, las realidades obligan a considerar problemas que, |
Guayana Esequiba: ¿Debemos comparecer ante la Corte?Por distintas vías nos preguntan que si nos conviene asistir el próximo (11) de agosto, de este año, a la audiencia programada, para la fase de pruebas; |
Mussolini, ¡Ave César!Mussolini fue el "maestro" de Hitler. El nazismo es un derivado del fascismo. |
Rafael Luciani: "No hay garantía de que el próximo Pontificado siga la línea de Francisco"Desde este 7 de mayo,el mundo entero es testigo de un ritual tradicional y de siglos dentro de la Iglesia católica: el cónclave |
Siganos en