Manjar de Dioses, “Divina Política”
Escrito por Antonio José Monagas | X: @ajmonagas   
Sábado, 28 de Septiembre de 2024 06:31

altNo hay manera de saber por qué suceden determinados eventos. Y otros, no.

¿Qué hace que esto ocurra así? ¿Qué provoca tan inusitado comportamiento de la realidad? Acaso ¿eso es lo que la imaginación permite de manera que adquiera forma en la mente humana o ante la visual de cada persona ante la realidad que observe? 

La filosofía tiene sus argumentos para responder a tan inquietantes preguntas. Pero, igualmente, la política busca hacer lo mismo. Por supuesto, cada ciencia emplea criterios que, por suyos, intenta hurgar acudiendo a la capacidad de persuasión que tiene para asentir lo que sus teorías permiten. Y desde luego, logran hacerlo.

 

El propósito de esta disertación

Hasta donde la brevedad permite brindar su espacio para aducir lo que pueda corresponder a esta intención, estas líneas acuden a la teoría política para demostrar la significación de la política en el ámbito del espacio público. Aunque la política como ciencia no posea la amplitud descriptiva que comprometen otras disciplinas. Pero sí, en el sentido de que sus implicaciones transversales atraviesan el mundo en virtud de sus condiciones hermenéuticas, epistemológicas y funcionales.

Es así como la teoría política se apoya en la filosofía política para explicar los aposentos en los que habitan los enmarañados constructos propios del devenir humano. 

 

Implicaciones conceptuales

La inquietud que levantan las complicadas interrogantes que inician esta disertación, no es de reciente data.  Tampoco es fortuita en cuanto a su incidencia como hecho que sigue sacudiendo la filosofía política. Compromete el análisis del espacio público donde adquiere razón de valor la política. Tanto, que la incidencia del espacio público, como término sociológico, ha incidido en la recuperación de la importancia del concepto de política.

Si bien el concepto de política ha sido continuamente manoseado por politiqueros de oficio, populistas aventureros y demagogos de “siete-suelas”, cabe considerar que también ha sido desfigurado por autores en tantos libros, condensados ensayos y escritos y manifiestos públicos, cuyas publicaciones son incuantificables.

 

Apuesta conceptual

La idea de esta disertación, apuesta a aclarar la oscuridad a la que la impronta editorial, en complicidad con el comercio editorial de calle, ha propiciado en desmedro de un concepto de político que se articule a la complejidad bajo la cual funciona la dinámica del mundo actual. Sobre todo, inducida por la inmediatez en la que, en principio, lucen interesantes propuestas. Muchas, oportunas y convenientes Y, hasta pertinentes. Aunque todo esto se ve abatido por la dinámica comercial, la cual puede más que la necesidad de acuciar en su fondo, lo que la verdad la realidad logra conciliar con la formalidad que pauta situaciones de rigor científico, social y político.

 

En la ruta del concepto de política

El título que abre esta disertación, en principio resume la significación del concepto de política. Por eso se habla de Manjar de Dioses, “Divina Política”, permitirse el camino que conduzca a una comprensión “asistemática” (fuera de toda concepción pre-elaborada) de la política. Aunque para entender la ruta de la construcción del concepto, es imprescindible considerar la pluralidad humana como el espacio en el que las diferencias humanas no impiden al hombre actuar apegado a los intereses y necesidades determinadas por las mismas realidades que suscriben sus capacidades y potencialidades. 

Capturar el significado de “política”, implica reivindicar el sentido de la vida. Desde esa perspectiva es posible comprender el sentido de la vida. Desde luego, articulando las dimensiones de la condición humana. Sólo así, podría construirse un concepto de política que revele cuánto de trascendencia hay en la esencia de la política.  

Particularmente, toda vez que se reconoce la imbricación que se sucede cuando esas necesidades e intereses que soporta el ser humano en su codificación emocional y mental, lo incita a interactuar en los términos de la pluralidad. Vista dicha palabra, como creación inducida en el ámbito de las relaciones mutuas que desarrolla el individuo en su afán por crecer como social, política, económica y culturalmente.

 

El contorno del concepto  

En el fondo, esta intención de construir un concepto de política, que sea aceptado en el fragor de los conflictos que incitan el egoísmo y la envidia como prácticas de deshonestidad y ambigüedades públicas que son, incita las incongruencias a valerse de dichas prácticas para escapar (casi siempre infructuosamente) de las crisis que sus tinglados crean.  

La intención arriba aludida, pasa por indagar complicaciones que tocan la presunción de individuos que, ante el manejo del poder, se arrogan atribuciones y disposiciones más allá de lo que permite las realidades que suscriben pretensiones y decisiones políticas. Es lo que hace que ciertas nociones elaboradas de política, se ven desvirtuadas frente a lo que exalta la política de cara a sus valores y principios. Precisamente, por los actos que describen la arrogancia y soberbia de individuos engreídos por tan impugnadas prácticas políticas.

 

Construcción del concepto

Vale reconocer que la construcción del concepto de política, no es totalmente firme. La metodología de la investigación ha alegado que un concepto no expresa ninguna predicación que prescriba su descriptiva. Es decir, no cabe validar un concepto contentivo de alguna prédica que lo constriña a un contorno de aclaración. Un concepto se corresponde con la parte mínima de una idea. Sin embargo, esta disertación no renunció a darle forma. 

Respecto de lo que podría conceptuarse como Política, y considerando los riesgos de sintaxis y hermenéutica que comprometen su interpretación, cabría decir que, más que el conjunto de decisiones aplicadas con un objetivo determinado por quienes detentan el poder, “la política es el ámbito que ocupa la vida del ser humano para llevar a buen término sus proyectos de vida en función de sus intereses y necesidades”. 

 

Trazos para un epílogo

Finalmente, cabe aceptar que, entre la prolífica literatura política empeñada en esta misma tarea, el foco de la idea ha apuntado siempre a dar con un concepto que pueda verse como criterio de verdad. Capaz de orientar la conducta individual. Aún cuando, muchas veces, se opaca el ambiente político al cual se supeditan los intereses y necesidades que llevan al individuo a enredarse a mitad de las asperezas de las circunstancias.

Y aunque a decir del dramaturgo inglés, William Shakespeare, “la política está por encima de la consciencia”, un concepto de política a construirse, debe superar cualquier consideración que tienda a limitarlo. Para ello debe empaparse de las implicaciones que profundizan el desarrollo de la vida humana. Por eso se aprovechó del aforismo que exalta la gastronomía humana. Esta vez aplicado a la política. Razón por la cual, esta disertación se intituló: Manjar de Dioses, “Divina Política”.


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