¿Venezuela nazi?
Escrito por Aníbal Palacios B.   
Viernes, 05 de Julio de 2024 00:00

altLa posibilidad de que Venezuela fuese nuevamente colonia nazi, punto de avanzada para dominar a Estados Unidos de América

y al continente entero durante la Segunda Guerra Mundial, no deja de ser un simple elemento anecdótico por el mero hecho de que los alemanes perdieron la guerra; pero la historia pudo ser distinta.

El escritor Carlos Irazábal, en su libro Hacia la Democracia (Editorial Ateneo de Caracas. Cuarta edición. Caracas, diciembre de 1979), rescata esta peculiaridad que, como tantas otras no menos interesantes, suelen pasar inadvertidas en el estudio de la historia venezolana.

Señala Irazábal que en 1934 el historiador alemán Erich Reimenrs, ya con una clara idea de lo que se pretendía en el ambiente político ario, escribió una obra titulada Die Goldenen Berge. Ein Deutscher Keldenzug (La Montaña Dorada. Expedición Épica Alemana), editado en Leipzig, donde narra las aventuras de un grupo de valientes y nobles alemanes en tierras venezolanas, en el siglo XVI. Posteriormente, en 1938, la Editorial Wilhelm Goldman, de Leipzig, edita Die Welser Landen in Venezuela (Los Welser llegan a Venezuela), donde el mismo autor, Erich Reimenrs, señala que… «Es significativo que las colonias alemanas de África nos han sido robadas con métodos similares a los que usaron los españoles hace 400 años expulsando a los alemanes de Venezuela. Pero nosotros sabemos que una Alemania fuerte y unida nunca renunciará a sus colonias...» (Cita de Irazábal).

La Provincia de Venezuela (que no debe confundirse con lo que territorialmente hoy conocemos como Venezuela) fue creada en 1528 por el rey español Carlos I e inmediatamente cedida a los banqueros alemanes Welser para solventar una deuda personal. A Partir del 27 de marzo de ese año, y hasta 1546, los Welser la usufructuaron y buscaron  infructuosamente el oro anhelado. Así, el primer gobernador de Venezuela fue un alemán: Ambrosio Alfinger, y le sucedieron en el cargo Nicolás Federman, Jorge Spira y Felipe de Hutten. De tal manera que la historia olvidada nos recuerda que los primeros colonizadores de Venezuela no fueron españoles. Los Welser rebautizaron la provincia con el nombre de Klein-Venedig (Pequeña Venecia) y en Alemania se le conoció como Welserland (tierra de los Welser); cambiaron el nombre de Coro (fundada un año antes) por Neu Ausburg y fundaron Neu Neuremberg, posteriormente conocida como Maracaibo.

Lo anecdótico puede interpolarse en el ámbito de la historia contrafactual: la intención alemana de reclamar su falsa propiedad sobre territorio venezolano. La capitulación de 1528 no entregó a los Welser la soberanía de esta región, y a partir de 1811 somos una nación libre y soberana. Pero era evidente que se convertiría en la manera más expedita que tendrían los nazis para dominar el continente americano una vez controlada Europa. Hitler desconocería una y otra vez la situación histórica para apoderarse militar y políticamente de nuestro país; el dictador español Francisco Franco le hubiese facilitado los trámites aceptando la pretendida legalidad alemana.

Por supuesto, Estados Unidos no estaría dispuesto a permitir tal situación, por lo que la II Guerra Mundial hubiese tenido un nuevo frente: Venezuela. Es posible incluso que Alemania no esperase invadir Inglaterra, sino que intentase controlar nuestro país como estrategia para distraer tropas y recursos norteamericanos dirigidos en principio a sus aliados europeos, debilitándolos en consecuencia. Los norteamericanos no habrían tenido otra alternativa que intentar realizar en nuestro país una guerra corta; es decir, bombardeos estratégicos en los campos petrolíferos y en los puertos, para bloquear energética y logísticamente a sus enemigos; de hecho, por si acaso, durante la guerra los norteamericanos estuvieron atentos en las costas venezolanas a cualquier indicio que pudiera parecerse a un submarino alemán, que los hubo. La historia registra un encuentro en el año 1942 en el Golfo de Venezuela cuando un submarino alemán atacó a tres buques petroleros venezolanos que se dirigían a la refinería de Curazao: Pero los alemanes atacaron barcos, no pozos ni refinerías. ¿La intención de los submarinos alemanes era sabotear los pozos petrolíferos del lago de Maracaibo o protegerlos? En algún lugar  debe de existir documentación que clarifique este dilema, pero inexplicablemente la historiografía venezolana no ha profundizado su análisis, o en todo caso desconozco si se ha publicado.

La revista El Desafío de la Historia (N° 28, Caracas, Septiembre de 2011) dedicó su edición al tema de Venezuela en la Segunda Guerra Mundial, y ante la ausencia de comentario alguno sobre las pretensiones alemanas de reclamar la propiedad del territorio venezolano y extrañado ante la omisión, les envié una nota junto con esta crónica, la cual publicaron íntegramente en la edición Nº 30 (Diciembre, 2011), sección Cartas del lector, con el siguiente título: De los Welser… a los nazis; pero no lo comentaron.

Previamente había llamado mi atención que el historiador español Jesús Hernández, autor entre, otros libros, de Todo lo que debe saber sobre la Segunda Guerra Mundial (Nowtilus. Segunda Edición. Madrid, abril de 2010), tampoco se refiere al tema y le escribí sobre la pretensión alemana de reclamar la titularidad del territorio venezolano. Hernández respondió que desconocía la información.

Lo cierto es que todo esto tiene un solo significado, cualquiera hubiese sido el resultado de la presencia alemana en nuestro territorio, en la confrontación subsiguiente el gran perdedor hubiese sido Venezuela.


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