| Eduardo Liendo: Último adiós en la estación Plaza Venezuela |
| Escrito por Iván R. Méndez | X: @ivanxcaracas |
| Viernes, 04 de Julio de 2025 19:49 |
|
Nada es más normal que morirse para quienes sufrimos el accidente (o quizá el inconveniente, acotaría E.M.Cioran) de haber nacido, pero en el caso de los escritores que diseñan mundos alternos, la desaparición no es más que un parpadeo, una suerte de salto de esta realidad común que comparten con nosotros, a cualquiera de las líneas de imaginación (o tiempo, si se prefiere) que abrieron en sus obras de ficción.
Para mi generación, y quizá la anterior, su novela “El mago de la cara de vidrio” era una lectura “oficial” en el pénsum de bachillerato. La recuerdo en la edición de bolsillo de Monte Ávila Editores. Esa sátira original nos introducía en la lucha del profesor Ceferino contra la creciente influencia de la televisión en su vida familiar y la sucedánea alienación y pérdida de identidad; tema que retomaría en su novela “Si yo fuera Pedro Infante”, en la cual Perucho Contreras idealiza la posibilidad de una vida alternativa como el popular cantante mexicano. Para lograrlo necesita deslastrarse de su propia identidad. “Qué bueno sería sepultar a ese ser anónimo que habita en la oficina como un ánima sola, silencioso, distante, tragándose los memos del secretario ejecutivo.”
Yo me bajo aquí… A mediados de los años noventa conocí al Eduardo Liendo tallerista. En esos días, el CONAC abría talleres en diversas bibliotecas públicas de la ciudad. La iniciativa circulaba en paralelo a los talleres de más largo aliento que, también gratuitamente, ofrecía el Celarg. Durante semanas, Liendo compartió con nosotros algunas lecturas claves (como el “Décalogo del perfecto cuentista” , de Horacio Quiroga), así como observaciones para pulir los relatos de los aspirantes a escritores que asistíamos, creo recordar, a la Biblioteca Simón Rodríguez, en el centro de Caracas. En esos días, yo estaba enfermo de “borgesianismo”. Todo lo que escribía estaba barnizado con una “originalísima” imitación de los cuentos de Jorge Luis Borges, no al estilo Pierre Menard, sino boceteando y maltratando la relojería del autor argentino. Una tarde, el profesor y yo salimos juntos del taller y nos dirigimos al Metro. Nos abrimos paso al vagón a través del gentío que copaba la Estación Capitolio a las 5:00 pm. Sujetos a las agarraderas, Liendo abrió una conversación (que reconstruyo desde la cambiante y tramposa ficción de mi memoria), “Iván, hay un mundo de posibilidades infinitas en la Literatura, pero debes (ALTAVOZ: EL TREN ABRIRÁ SUS PUERTAS EN BREVES MOMENTOS EN LA ESTACIÓN BELLAS ARTES…) …con un tono, dejar de perseguir a Borges” (algo replicó el Iván de esos días, más dispuesto a imponer sus ideas, que a tomar nota de la experiencia compartida con generosidad por el famoso novelista) “No vas a escribir, mientras no empieces a leer (ALTAVOZ: ESTACIÓN PLAZA VENEZUELA ,POR FAVOR ACERCARSE A LAS PUERTAS…) (el Iván de esos días, se bajaba en esa estación y, antes de prepararse para los empujones en la puerta y sumergirse en la Línea 3, le dijo al Tallerista, “Si no le parece que Borges sea la brújula para escribir, creo que no seguiré perdiendo su tiempo y el mío en su taller. Gracias y adiós, profesor Liendo”). Pasarían un par de lustros antes de volver a coincidir con Eduardo Liendo en una Caracas (Venezuela) convalenciente de la antipolítica que la dejó en manos de Hugo Chávez. Yo dirigía un exitoso portal de noticias digitales y, como trabajo alterno, era Lector Editorial de novelas para Planeta Venezuela. Un día, mientras salía de entregar un par de informes de lectura en la sede de la Avenida Libertador, tropiezo con Liendo a las puertas de la editorial.
“Cómo está profesor, quizá no se acuerde de mí, pero tenía en agenda el darle las gracias por detectar un síndrome que padecía y que me costó tiempo superar”. Me miró fijamente y, con un tono jovial, replicó: “¿Está seguro que fui yo? Es que soy un hombre de Literatura y no de medicina. Si no me equivoco, ¿estuviste en un taller que dicté en el Celarg?”. “Así es profesor —respondí— , pero creo que fue en el centro, en la Simón Rodríguez, y aunque abandoné el taller a los meses empecé a tomar las medicinas que me recetó?”. “¿Qué mal te atacaba?” , inquirió. “Si yo fuera Jorge Luis Borges”, le respondí, aludiendo a su propia novela. “En esos días yo devoraba no sólo cuentos, poemas y ensayos de Borges, sino a los autores que él citaba y recomendaba. Y todo lo que escribía era una mala fotocopia del argentino”. Eduardo Liendo, sonriendo, me preguntó mi nombre y agregó, “¿La receta fue una buena taza de café y leer a muchos autores venezolanos y Latinoamericanos?”. Asentí, nos dimos un apretón de manos y las buenas tardes… y en ese mundo alterno que Liendo creó, el Iván de los noventa no se despidió groseramente en la Estación Plaza Venezuela, sino que se fue a su apartamento a incorporar las correcciones en su breve relato y, por supuesto, abrir la mente y leer a otros buenos narradores, como Juan Rulfo, Guillermo Meneses, Julio Cortázar, Rómulo Gallegos y, por supuesto, Eduardo Liendo. Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla Lee también: Eduardo Liendo y su legado |
MG motors financia en Venezuela la compra del MG ZSMG Motor, en alianza con el concesionario Holly Import, ha puesto en marcha un ambicioso plan comercial. |
Hatillanos estrenan nueva parada del Metrobús en el terminalLos hatillanos estrenan una parada segura y acorde con los cánones de transporte del sistema Metrobús. |
Coca-Cola FEMSA certifica a 259 bodegueras de Barcelona y ValenciaLa Red de Empoderamiento Femenino (REF) de Coca-Cola FEMSA de Venezuela cumplió su meta en 2025 al certificar a 259 nuevas emprendedoras de la cohorte VII en Barcelona (Anzoátegui) y Valencia (Carabob... |
BAIC enciende motores en VenezuelaLa marca automotriz BAIC (Beijing Automotive Industry Corporation) ha oficializado su llegada a Venezuela. |
Movilnet apoya nuevamente la movida gamer en la Venezuela Game ShowMovilnet, a través de plataforma Movilnet-e, fue parte fundamental de la 5ta. edición de la Venezuela Game Show (VGS). |
Villanueva y su amorosa mirada colonialEn un libro suyo titulado “Caracas en tres tiempos”, le preguntan a Carlos Raúl Villanueva si le gustaba lo colonial, y este respondía: “A mí si me gusta, lo que pasa es que no soy un copista. |
La pasión y la pólvora marcaron el destino de Juan Bautista Yepes GilHeredero de un linaje poderoso de El Tocuyo y Barquisimeto, vivió entre haciendas, amores clandestinos y decisiones temerarias. Su vida terminó en una noche de duelo que dejó seis muertos y una ciudad... |
“Democracia y tecnología”El concepto de “democracia”, no sólo cimienta libertades y derechos, así como garantías, principios y valores de tolerancia, respeto, solidaridad, justicia y verdad. |
Pacto de Puntofijo, democracia y alternabilidadEl 31 de octubre se cumplirán 67 años de la firma del Pacto de Puntofijo, hecho histórico que marcó el inicio de 40 años de democracia en Venezuela. |
Al que buen árbol se arrima, buena sombra lo cobijaEl refranero popular tiene muchas expresiones para validar el rol de la amistad; entre ellas se encuentran: “Es mejor tener amigo que dinero” y "Quien tiene un amigo, tiene un tesoro". |
Siganos en