Del paladar hemerográfico
Escrito por Luis Barragán | X: @luisbarraganj   
Lunes, 31 de Diciembre de 2012 07:28

altAños atrás, desarrollando una distinta línea de investigación hemerográfica, fue inevitable dar una mirada que se hizo luego sostenida, sobre los ya antiguos recetarios. Inicialmente, reparamos en la variadísima recepción de los términos foráneos para alimentos y utensilios de cocina, sobre todo al aproximarse la primera de nuestras bonanzas petroleras; y, ahora, gracias al amigo Abraham Quintero, en el propio contenido que, prácticamente, los hace indigeribles.

Las secciones de entretenimiento de la vieja prensa,  paulatinamente introdujeron sendos recetarios de cocina que, después, se convirtieron en un inmejorable pretexto para promover toda la manufactura gastronómica importada. Ingredientes y modos de preparación, ciertamente, provocaron lentos cambios en el paladar venezolano. Sin embargo, ahora reparamos que hubo más de temeridad que de sensata innovación, al copiar – y quizá mal – los libros de cocina disponibles en otras latitudes o la base de  datos que generaron, posteriormente corregidos y ordenados,  actualizados y renovados por la programación televisiva – principalmente – a partir de los sesenta.

altPor expresa solicitud que le hicimos, gentilmente Abraham Quintero observó: a) los elaboradores de recetas no era profesionales de la cocina, sino promotores de un producto de determinada marca  que las alteraban, exagerando el ingrediente promovido; b) la exageración desembocaba frecuentemente en la confección de un plato indigerible, pues, por ejemplo, cuando bastaban dos o tres cucharadas, la recomendación fue la de poner medio kilo de mantequilla; y c) hubo una proliferación de ingredientes prefabricados (cubitos, enlatados, etc.), los cuales no sólo enmascaraban el sabor del plato principal, sino  le concedían cierto gusto metálico gracias a los elementos químicos de preservación, sustituyendo la necesaria frescura de hierbas y especias. Precisa nuestro amigo que no todas las recetas eran malas, porque hubo marcas que tuvieron a bien no modificar la receta, sino – sencillamente - promoverse, colocando Royal, Nevazúcar o Rika al lado del polvo para hornear, el azúcar impalpable o la mantequilla, aunque confía en la distinción que hizo el ama de casa entre una buena o mala receta, recordando  la marquesa de chocolate de Galletas María, o la ensalada de ensalada de papas con alcachofas en aceite para acompañar las chuletas ahumadas,  ambas preparadas por su señora madre.

En una ocasión, a propósito del menú ofrecido por un gran hotel de Caracas hacia 1923, Abraham hizo contundentes reparos, además, auxiliado por su Larousse Gastronomique: una estafa. Bastará con visitar http://lecturas-yantares-placeres.blogspot.com para apreciar las bondades y defectos de una disciplina en ciernes, quizá comercialmente exitosa, como es la de la gastronomía retrospectiva o – podríamos decir también – la del paladar hemerográfico.


@luisbarraganj


blog comments powered by Disqus
 
OpinionyNoticias.com no se hace responsable por las aseveraciones que realicen nuestros columnistas en los artículos de opinión.
Estos conceptos son de la exclusiva responsabilidad del autor.


Videos



Banner
opiniónynoticias.com