Promesa y potencial. Dos palabras que para mí han marcado desde sus inicios a la consola Wii de Nintendo. No por nada fue conocida en un comienzo como "Revolution" y su innovadora apuesta ha logrado derrotar a la generación de las consolas HD: alta definición (High Definition) y disco duro (Hard Drive).

Pero a medida que pasó el tiempo, las fallas del sistema comenzaron a hacerse más evidentes: la prometida libertad total de movimiento se cayó a pedazos cuando nos dimos cuenta que el Wii Remote solo era capaz de reconocer ciertos movimientos violentos.

Nintendo se dio cuenta de esto y presentó en el E3 del 2008 el Wii Motion Plus, un accesorio que se conecta en el control de la Wii y que le otorga todo lo necesario para poder ser, finalmente, el control que todos imaginaron, uno que reproduzca, exactamente, el movimiento que se realiza.

Así es como un año después llega Wii Sports Resort, la secuela del videojuego más vendido de esta generación (con trampa: viene incluido en la Wii) llega para hacer lo mismo que su anterior título hizo: enseñarnos como entrar a una nueva experiencia, y de paso demostrar el verdadero potencial del nuevo accesorio.

Para ser justos, Wii Sports Resort logra superar el estigma de "tech demo" que tenía Wii Sports. 12 deportes diferentes, cada uno con dos o tres variaciones aseguran variedad, tiempo de juego y entretención para rato.

Algunas funcionan mejor que otras, es cierto -particularmente el duelo de espadas (una mezcla entre Gladiadores Americanos y Star Wars, si es que eso hace sentido), el tiro al arco y la aviación- y otros que simplemente no supe hacer funcionar.

Dejo, eso sí, el beneficio de la duda: nunca fui bueno en basketball o ping pong en la vida real y no tendría por que serlo en una simulación, e incluso en la nueva versión de Bowling mi rendimiento bajó considerablemente con respecto a la anterior, donde las chuzas salían a la orden del día.

Sin embargo, no puedo dejar de pensar en si es el realismo el único camino que queda para los videojuegos, un mundo en el cual una de las gracias es la realizar lo imposible: donde el gordo le puede ganar al flaco, el porro al mateo, el niño al adulto y el pobre al rico. Es cierto, el control de movimiento da para mucho más que imitar la realidad, y es eso lo que aun falta por demostrar.

Finalmente, el Wii Motion Plus es un buen aditamento que hace lo que promete y que podrá ser usado en muchos más juegos que el Wii Balance Board, que quedó botado luego de que pasara la moda del Wii Fit. Lamentablemente, Wii Sports Resort solo incluye un accesorio, por lo que es necesario comprar otro para jugar con amigos.

Y a pesar de haber quedado con una buena sensación por el potencial que se abre a la consola, no puedo dejar de pensar que esto es lo que la Wii debió haber sido desde el principio. Desde cuando era solo una promesa.

Fuente: La Tercera (Chile)