Sonia
Escrito por Milagros Socorro (periodista)   
Domingo, 09 de Octubre de 2011 08:00

altEs posible que cuando Cecilia se alejaba en dirección a la cocina para supervisar el almuerzo o en busca de privacidad para atender una llamada telefónica, el ex presidente Pérez aprovechara el clarito para rogar a su visitante que favoreciera su anhelo de morir en Venezuela. Esto se colige porque durante esta semana hemos escuchado varios amigos de Pérez manifestar su satisfacción por hacerle cumplido, al menos en parte, al haberlo dejado al arbitrio de la historia, en una tumba en Caracas. La víctima del golpe de Estado del 92 no falleció en su país, pero sus restos regresaron y ya reposan en tierra patria.

Quienes se atribuyen el albaceazgo de la terca voluntad de Pérez de descansar en Venezuela son sinceros. Probablemente ignoraban que el desesperado ruego había sido susurrado a otros más, en quienes el presidente Pérez también confiaba. Por alguna razón, sabía que la repatriación de sus viejos huesos no sería asunto fácil... ni módico.

Entre los adalides del retorno, que algunos comparan con la cabalgata triunfante del Cid, un cadáver amarrado a la montura, nadie ha trabajado tanto como Sonia Pérez Rodríguez, la primogénita. El padre la trajo de regreso a Venezuela en 1959, tras el exilio en Costa Rica, a tiempo para inscribirse en primer grado de primaria; y ella tenía que hacer lo propio ahora que Carlos Andrés inicia el camino de la valoración histórica, uno sobre el cual no pivotarán pasiones ni mezquindades, una ruta que nadie podrá secuestrar ni interrumpir con los cauchos quemados de la maledicencia. Carlos Andrés ha quedado solo con sus actos y con las verdaderas dimensiones de su figura. Es un recién nacido en la muerte; y era determinación de la hija hacerlo nacer a la muerte en Venezuela.

A Sonia casi no la hemos visto en declaraciones públicas. Es una mujer de notable inteligencia, ingenio y sentido del humor. Entre sus rasgos más notables están su sobriedad y discreción. Cuántos agravios estarán ocultos en la leve sombra de su sonrisa; cuántos apoyos se habrá quedado esperando; cuántos gestos de condena habrá contemplado atónita; cuántas espaldas altaneras habrá observado mientras quedaba en el descampado, traicionada y dolida. De nada de eso habla. De su padre aprendió a no albergar rencores.

El sepelio de Carlos Andrés Pérez en Caracas no fue un acto multitudinario. Faltó mucha gente. Se echó de menos la comparecencia de algunos miembros de sus gabinetes y de tantos que recibieron su ayuda y protección. Tampoco hicieron falta. Hubo quien recordara las obras de Pérez, el legado positivo que no tardaría en topar con el inepto que todo lo destruye. Tiene razón Henry Ramos Allup, no hay idea buena de este Gobierno que haya sido concebida por Chávez y sus cubanos.

Todo había sido hecho antes por Pérez, entre otros.

Veamos, por ejemplo, lo que Sonia Pérez le dijo a Miyó Vestrini en las entrevistas sostenidas para el libro Más que la hija de un presidente (Editorial Ateneo de Caracas, 1979). Al hablar sobre el trabajo de Sonia como presidente de Fundacomún, Miyó le pregunta si el papel de la mujer en los barrios es tan importante como suele señalarse.

"Sí ­contesta Sonia Pérez­ es la mujer quien educa, socializa, mantiene". Y más adelante agrega: "Recibo mucha gente, muchos dirigentes de juntas comunales. En esta ciudad, y eso es algo bien interesante, todo el mundo reclama, todo el mundo conoce sus derechos. Los representantes de esas juntas vienen a cada rato a plantear si las obras son buenas o malas, a reclamar tales o cuales servicios".

Ninguna novedad. Ni en lo positivo ni en lo negativo.

--El paternalismo es impresionante ­afirmó Sonia Pérez, en aquellos diálogos que tuvieron lugar en 1978­ y funciona a todos los niveles. El Estado siempre ha actuado así como un padre: dar gratuitamente las cosas, sin establecer una relación de ciudadano.

En otros países, ser ciudadano supone derechos y deberes. Aquí se pretende que el Estado resuelva todo".

Y, en otro fragmento, algo que parece una prefiguración de la actual tragedia: "Para distribuir bienes que contribuyan realmente al mejoramiento de las condiciones de vida de la población, deben tenerse bienes, una riqueza que repartir. Eso explica la crisis económica que sufrió Cuba. ¿Qué socializaron en Cuba? La pobreza". Entonces, quién es el jurásico.

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EN/OyN


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