La calidad y fortaleza de una democracia puede medirse según el grado de su libertad de prensa. En este sentido, la solicitada que publicaron en forma conjunta las asociaciones periodísticas de 7 países latinoamericanos debe ser considerada como una llamada de alerta no solo para los medios de comunicación sino para toda aquella sociedad que valore y defienda un sistema representativo y libre de prácticas totalitarias.

América Latina transita un momento de gran fragilidad en materia de libertad de prensa, del que hablan todas las páginas internacionales especializadas y editorializan algunos diarios del mundo. Por lo que es necesario tomar conciencia y abrir el debate a la opinión pública en su conjunto.

Las entidades que nuclean a las empresas editoras de diarios y periódicos de Brasil, Chile, Colombia, Perú, Bolivia, Ecuador y Argentina manifestaron su preocupación y destacaron que “la experiencia de las sociedades americanas arroja un resultado invariable: las restricciones a las libertades de expresión, prensa e información siempre concluyen en la privación de las libertades y derechos de las personas y atropellan el espíritu de pluralidad y tolerancia al disenso”.
Vale recordar el artículo publicado el 29 de mayo en este sitio del Centro Knight que, bajo el sugestivo título “Una revolución contra la prensa”,claramente se expone como Hugo Chávez en Venezuela y Rafael Correa en Ecuador quieren crear un organismo que defienda a sus gobiernos de “los abusos de la prensa corrupta”, aquella que consideran el principal "enemigo del cambio”.

Desde España diarios como El Mundo o El País advierten, respectivamente, que se ciernen “Malos tiempos para la libertad de prensa en América Latina” y que “los presidentes de Venezuela, Ecuador y Bolivia arremetieron contra determinadas empresas de comunicación en sus países, a las que acusan de seguir los dictados de la oposición y de distorsionar informaciones con la única intención de lesionar sus mandatos”.

El tema no es nuevo. Ya hace 2 años, la prestigiosa organización no gubernamental Freedom House -fundada por Eleanor Roosevelt, en defensa de las instituciones democráticas- publicó que “En lo que concierne a la región latinoamericana, el mayor deterioro en materia de libertad de expresión se observa en Venezuela, donde el sistema político imperante, de clara tendencia totalitaria, deja cada vez menos resquicios para una prensa con mínimos rasgos de independencia”. Pero, inmediatamente después, consignan que “en otros países -como la Argentina, Perú, Bolivia, Brasil, Paraguay o la República Dominicana- existen presiones cada vez más evidentes contra la prensa libre, aunque se mantenga una aparente libertad de expresión. Esas presiones provienen, a menudo, desde los sitios más altos del poder político o de sectores muy próximos a él”.

Por esto, me parece oportuno citar al constitucionalista argentino Gregorio Badeni cuando destaca que Mariano Moreno “patrono cívico” de la prensa de ese país, poco antes de morir, dijo que “es preferible vivir junto a una libertad peligrosa, que disfrutar de la paz que le brinda una servidumbre tranquila”. También señala que esa idea inspiró a muchos forjadores de la Constitución y quienes se desempeñaron como periodistas Alberdi, Sarmiento o Mitre, “Nuestros constituyentes –según Badeni- tenían una idea muy clara sobre la importancia de la prensa en la conformación de un sistema republicano de gobierno”.

Por todo cabe destacar que la libertad de prensa no es algo que beneficia sólo a los editores de diarios y que, por lo tanto, a ellos corresponde su defensa. Es, por sobre todo un derecho del ciudadano que les asegura la posibilidad de estar bien informado, para poder tomar decisiones fundadas sobre la realidad.

(*): Periodista argentina

Fuente: http://knightcenter.utexas.edu/