Venezuela, el peso geopolítico de un país mediano
Escrito por Claudio Briceño Monzón | @CabmClaudio   
Martes, 13 de Mayo de 2025 05:35

alt“El tamaño mediano de Venezuela, la diversidad del relieve del país le ha dado a nuestros habitantes un sentimiento de seguridad y de confianza

en cuanto a la posibilidad de los recursos disponibles para el progreso general. En general las bases geográficas de nuestro país aparecen como bastante satisfactorias, pero deben ser complementadas con el desarrollo de otras cualidades, de otros factores no geográficos como la educación, el rescate moral y un sentido de disciplina y de esfuerzo creador que no son del caso analizar en el contexto de un estudio de geografía política.”

(Carpio: 1981, p.48)

 

Venezuela, por su extensión de 916.445 Km.² y configuración geográfica, presenta una complicada trama de posibilidades geopolíticas. Su vasta extensión territorial, formada por una cadena de montañas costaneras, que son un escudo natural contra amenazas externas, ofrece una profundidad estratégica que dificulta la penetración enemiga. Desde el sur, cientos de kilómetros de terreno separan las fronteras de los centros poblados, creando una zona de amortiguamiento natural. Al oeste, la geografía presenta desafíos distintos, mientras que, al norte, el mar y las imponentes montañas actúan como una muralla protectora, dificultando cualquier intento de invasión.

La armoniosa relación entre sus 5.000 km de fronteras terrestres y sus casi 3.000 km de costa (sin contar la reclamada Guayana Esequiba) refuerza esta posición estratégica. Esta extensión territorial, lejos de ser un mero dato numérico, se traduce en una ventaja defensiva. Esta misma extensión ha planteado desafíos a la cohesión nacional. Solo recientemente a medidos del siglo XX, se ha invertido en mejorar las comunicaciones, un elemento vital para la movilización de recursos y la defensa del territorio. La tecnología militar moderna exige una reevaluación de la estrategia defensiva, pero la geografía sigue siendo un factor clave, afectando tanto positiva como negativamente la cohesión y las comunicaciones internas.

Venezuela, al ser un país de tamaño mediano, se encuentra en una posición geopolítica ventajosa. A diferencia de las naciones pequeñas, que históricamente han estado sujetas a la influencia y a menudo a la voluntad de las grandes potencias, Venezuela presenta una mayor resistencia a la anexión o la ocupación directa. Su tamaño la convierte en un objetivo menos "digerible" para las potencias hegemónicas, que encontrarían más difícil controlar y administrar un territorio de su envergadura.

La historia ha demostrado que las pequeñas naciones a menudo han visto comprometida su soberanía e intereses nacionales debido a su vulnerabilidad frente a vecinos más poderosos. Venezuela, por su tamaño, no se enfrenta a la misma vulnerabilidad. Si bien no es inmune a la influencia externa, su mayor tamaño le proporciona una mayor capacidad de negociación y una mayor complejidad para ser dominada. Esto le otorga un margen de maniobra mayor en el escenario internacional, permitiéndole defender sus intereses nacionales con mayor eficacia que las naciones más pequeñas.

Esta ventaja no debe interpretarse como una garantía de invulnerabilidad. Venezuela, como cualquier nación, debe ser consciente de las dinámicas de poder globales y desarrollar una estrategia geopolítica sólida para proteger su soberanía e intereses. La capacidad de mantener una política exterior independiente y diversificar sus relaciones internacionales es fundamental para aprovechar al máximo su posición de tamaño mediano y evitar caer bajo la influencia de alguna potencia hegemónica.

La riqueza de recursos naturales de Venezuela es directamente proporcional a su tamaño. Un país extenso, como Venezuela, cuenta con una mayor variedad y cantidad de recursos, lo que aumenta su autosuficiencia y su capacidad para satisfacer las necesidades de su población. Venezuela presenta un fascinante caso de estudio en geopolítica. Su geografía, aunque ha planteado desafíos a la cohesión interna, le ha brindado una considerable ventaja estratégica en materia de defensa. La riqueza de sus recursos naturales se suma a su potencial geopolítico, configurando un país con un futuro lleno de posibilidades, siempre que se superen los retos internos y se aprovechen estratégicamente sus ventajas geográficas y recursos.

El tamaño de Venezuela es un activo geopolítico significativo. Su condición de país de tamaño mediano le confiere una mayor resistencia a la dominación directa, otorgándole una mayor capacidad de maniobra en el escenario internacional. Esta prerrogativa debe ser gestionada con estrategia y visión para asegurar la protección de sus intereses nacionales en el contexto de las relaciones internacionales.

La geografía venezolana ha contribuido a forjar históricamente un sentimiento de seguridad y confianza en sus habitantes, gracias a su tamaño medio y a la diversidad de su relieve, que alberga una riqueza de recursos naturales. Esta abundancia ha alimentado la creencia en un futuro próspero, sustentado en las posibilidades que ofrece el territorio. En términos geopolíticos, las bases geográficas de Venezuela se presentan como bastante satisfactorias, proporcionando una relativa protección y una diversidad de recursos. Sin embargo, la realidad actual dista mucho de reflejar este potencial.

Si bien la geografía ofrece una base sólida, es fundamental reconocer que el desarrollo de un país no se basa únicamente en factores geográficos. La educación, la moral, la disciplina y el esfuerzo creador son elementos cruciales que, lamentablemente, no han sido suficientemente cultivados en Venezuela. Es aquí donde radica la paradoja: un país con un potencial geográfico considerable se encuentra sumido en índices de pobreza y frugalidad alarmantes.

La mala gestión de los recursos naturales y del capital humano ha impedido que Venezuela alcance su máximo potencial geopolítico. La abundancia de recursos, en lugar de traducirse en prosperidad para la población, ha sido mal administrada, generando una brecha entre las posibilidades que ofrece la geografía y la realidad socioeconómica del país. Esta situación no solo afecta la calidad de vida de los venezolanos, sino que también limita la capacidad de Venezuela para desempeñar un papel más destacado en el escenario internacional.

El país posee las bases geográficas para un desarrollo económico y geopolítico significativo, pero la falta de una gestión adecuada de sus recursos humanos y naturales ha impedido que se concrete este potencial. El desafío para Venezuela reside en superar estas deficiencias, construyendo un futuro donde la riqueza geográfica se traduzca en prosperidad y bienestar para toda su población, y en una posición geopolítica más sólida y efectiva en el concierto de las naciones.

La geografía ofrece un escenario prometedor, pero la realidad socioeconómica y política actual representa un enorme obstáculo. La superación de este obstáculo requiere una profunda transformación en la gestión de los recursos, en la inversión en capital humano y en la construcción de un futuro basado en la eficiencia, la transparencia y la justicia social.

 

Referencia:

Carpio Castillo, Rubén. Geopolítica de Venezuela (1981). Caracas: Editorial Ariel – Seix Barral

|*|: El autor es Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de la Historia de Venezuela por el Estado Mérida. Profesor Titular de la Escuela de Historia, de la Facultad de Humanidades y Educación, de la Universidad de Los Andes ULA, Mérida-Venezuela. Magister en Historia de Venezuela por la Universidad Católica Andrés Bello. Doctor en Historia por la Universidad Nacional de La Plata–Argentina. Coordinador del Doctorado en Estudios Políticos ULA.

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