Salvador Allende fue víctima de sus errores |
Escrito por Ángel Muñoz Flores |
Miércoles, 11 de Septiembre de 2024 00:00 |
El 11 de septiembre se cumplen 51 años del golpe de Estado que derrocó al gobierno de Chile presidido por Salvador Allende, quien había aspirado a la primera magistratura del país austral, en 1952, 1958 y 1964, sin tener éxito, empero había sido parlamentario en varias ocasiones como diputado y senador con una dilatada carrera política. Se presentaba por cuarta vez como candidato presidencial para las elecciones de 1974, los otros candidatos eran Jorge Alessandri que ya había sido presidente entre 1958 y 1964, apoyado por el Partido Nacional y Radomiro Tomic de la Democracia Cristiana. Allende obtuvo 36%,2 Alessandri 34%,2 y Tomic 27%,8. La Constitución chilena de la época establecía que cuando ninguno de los candidatos obtuviera mayoría absoluta, el Congreso Nacional debería perfeccionar la elección entre los dos candidatos que obtuvieron la mayor votación. Contrario a lo que parecería lógico, después de negociaciones y el compromiso de Allende de no causar cambios traumáticos en la vida política de Chile, la Democracia Cristiana votó por éste y no por Alessandri, es decir, Allende no es elegido directamente por el voto popular sino ayudado por la Democracia Cristiana. En su contra había sufragado el 62% del electorado chileno, importante tenerlo en cuenta porque sería un elemento importante para el drama de Chile a partir de esta errada decisión política y de la interpretación equivocada de Allende. Allende estaba consciente que su gobierno era minoría, aun así en lugar de iniciar un proceso de reformas dentro del socialismo democrático, optó por lanzar a Chile por el abismo de la fementida revolución cubana. Por cierto el presidente Frei había realizado reformas que fueron consideradas revolucionarias en el gobierno que culminaba. Las expropiaciones, nacionalizaciones, confiscaciones y colectivizaciones, como ahora todos sabemos llevaron al país a la escasez, alta inflación, desempleo, es decir, la hecatombe económica. El discurso oficial dio pábulo al odio de clases que no estuvo presente en la política chilena. Los partidos más radicales de la Unidad Popular, los guevaristas y fidelistas empujaban para la radicalización del gobierno y Allende cometió el grave error de oírlos. Toda esta realidad exacerbó la violencia política entre los chilenos. Por cierto nada de esta realidad nos las explicaron nuestros profesores cuando estudiamos historia en el Pedagógico. La visita de Fidel Castro que se prolongó casi por un mes, haciendo propaganda, organizando reuniones y dando instrucciones, encendió todas las alarmas de la sociedad chilena opositora que siempre fue mayoría. Sabían que en Cuba se había instalado un gobierno dictatorial a través de juicios sumarios, fusilamientos en masa, tortura, persecución, migración y violación de todos los derechos humanos de los cubanos. En las elecciones parlamentarias de 1973, esta vez la Democracia Cristiana liderizaba la oposición y formaba parte de la Confederación Democrática (CODE), que obtuvo 56% de los sufragios contra el 43%, de la Unidad Popular (UP) que agrupaba a los partidos que apoyaban a Salvador Allende. Es decir, después de tres años de gobierno, aún era minoría y trató de imponer el modelo cubano a la mayoría, intentó purgar a las Fuerzas Armadas, empero, no le fue posible. Porque un sistema como el cubano sólo puede imponerse por la violencia y la muerte. Desde luego también influyó la política externa de los Estados Unidos, que no estaba dispuesto a permitir la existencia en América de otro satélite de la Unión Soviética como Cuba, que había causado la crisis de los misiles que pudo terminar en exterminio de la humanidad. Así las cosas se produjo el fatídico golpe de Estado liderado por Augusto Pinochet y el suicidio de Allende. Terminaba así la larga tradición democrática chilena. Se instaló una dictadura militar criminal, con presos políticos, torturados, desparecidos, como ocurre en cualquier dictadura de derecha o izquierda, civil o militar. La dictadura es la barbarie, primitivismo, eliminación de la libertad, de la política y el triunfo del despotismo y el oprobio. |
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