¿La principal industria del país es hoy igual a la del siglo pasado?
Escrito por William Hernández | X: @willian_wilito   
Jueves, 20 de Julio de 2023 07:13

altLa empresa del estado venezolano creada en 1975 se encarga del desarrollo de la industria petrolera, petroquímica

y carbonífera, así como de planificar  y coordinar las actividades de sus empresas filiales en Venezuela y  en el exterior. Estas a su vez son responsables de la explotación, producción y comercialización internacional.

Sus actividades fundamentales son la explotación petrolera y las operaciones para la búsqueda  de los hidrocarburos mediante la utilización de diversos métodos y técnicas geológicas, geofísicas, geoquímicas y otras como la perforación de pozos y exploratorios.

La producción petrolera comprende la extracción de los hidrocarburos desde el subsuelo hasta la superficie, dónde se separan, tratan, miden y almacenan para su procesamiento y comercialización.

La manufactura comprende las actividades de refinación de crudos y de procesamiento de gas natural para transformarlo en una variedad de productos de mayor valor comercial.

El mercado interno y comercio internacional se refieren a la distribución y venta de productos derivados de petróleo y del gas natural para cubrir la demanda del país. El comercio internacional abarca actividades orientadas a la exportación de crudos y productos derivados, incluye el transporte marítimo nacional e internacional.

La empresa, que en los noventa fue considerada un modelo en la región, se ha convertido en un lastre para la economía venezolana por su politización. La empresa estatal PDVSA vive un nuevo proceso de purgas con las detenciones de altos funcionarios  por corrupción en las entrañas de la petrolera. El chavismo ha tenido que enfrentarse a la que durante años fue la gallina de los huevos de oro de Venezuela y se convirtió en la caja chica de una enorme élite que creció en los años del régimen.

Durante las últimas décadas del siglo XX fue una rara avis en medio de la tradicionalmente corrupta y disfuncional administración pública latinoamericana.

En los primeros años de este siglo PDVSA producía 3,2 millones de barriles al día y agrupaba a un conglomerado de empresas extranjeras fusionadas de las que heredó los procesos de operación, los sistemas de balance y control, estándares y prácticas que la hicieron funcionar como las grandes transnacionales del petróleo.

La cultura de la llamada meritocracia convirtió a su nómina en una plantilla de grandes capacidades, contra la que el chavismo fue en 2003 después de la huelga a la que se sumaron los trabajadores petroleros por el viraje que estaba tomando el gobierno. Fue una de las primeras crisis políticas de la revolución bolivariana. De esos años es la recordada escena de Chávez en televisión, haciendo sonar un pito mientras declara el "offside" a un grupo gerentes de PDVSA, a la que siguió una lista de más de 18.000 trabajadores despedidos por participar en el paro, publicada en la prensa oficialista. Ese modelo de empresa pública que funcionaba con la eficiencia de una privada, la idea de que su personal con alta calificación y sueldos competitivos eran una suerte de privilegiados chocó contra el socialismo bolivariano de Chávez.

Esa purga llevó a la desprofesionalización vienen los lodos de este colapso de una industria altamente tecnificada. La PDVSA "roja, rojita", se convirtió un brazo político del chavismo que tejió una red de apoyo internacional con la llamada petrodiplomacia, es decir, la venta con descuentos a aliados ideológicos.  Con el paso los años PDVSA profundizó en un foso muy costoso para poder salir de él. 

En los últimos años, India, China y Rusia fueron los principales compradores con importantes descuentos que han mermado los ingresos. Venezuela vende más petróleo del que termina cobrando, un dinero que se pierde entre los intermediarios, que no puede controlar, y la corrupción que orbita un negocio que se mueve más de forma subterránea. Bajo la última administración  saliente se creó una estructura basada en el uso de criptomonedas para poder soportar el cobro de los ingresos por venta, de la que se perdieron los 3.000 millones de dólares que  desataron un escándalo en la petrolera.

Sobre esta incertidumbre se construye la errática política fiscal del gobierno que impacta en toda la economía. Se  calculan que entre 2020 y 2022, las pérdidas de PDVSA por todas estas circunstancias representan alrededor del 34% del ingreso percibido. Durante los últimos 20 años que ha gobernado el chavismo se han abierto unos 127 expedientes de corrupción en 16 países relacionados con PDVSA, que se traducen en irregularidades que comprometieron más de 42.000 millones del patrimonio público venezolano.

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|*|: Columa de opinión "Bitácora energética"

 


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