El brujo de Pipe
Escrito por Rodolfo Izaguirre   
Domingo, 17 de Marzo de 2024 17:22

altHace años dos afirmaciones resultaban devastadoras porque no había manera de defenderse de ellas.

Bastaba que alguien se destacara en su ámbito social, personal o profesional, aunque solo fuese un leve asomo de eficiencia y distinción, para que surgiese la despiadada ofensa o acusación: eres agente de la CIA o eres del otro lado es decir, no has salido del closet o ya estás fuera de él: dos acusaciones que no se pueden rebatir porque ¿cómo se hace para demostrar que no se es ni lo uno ni lo otro? En mis lejanos tiempos parisinos fui testigo de un violento altercado entre dos venezolanos. Uno, disgustado porque el otro dijo que era homosexual y en respuesta éste recibió un duro golpe que lo derribó y en el suelo y con sangre en la boca dijo al agresor: "¡has demostrado que eres buen boxeador pero no has demostrado que no eres homosexual!" 

Es lo mismo: ¿cómo hago para demostrar que no soy de la CÍA? Puedo probar ante Su Señoría que estaba en Wisconsin cuando mataron a mi enemigo en Ciudad Bolívar; que no soy ladrón, que no robé el Banco, pero, ¿cómo demuestro que no pertenezco a ningún organismo de Inteligencia? 

Ambas acusaciones resultan hoy banales  e ineficaces porque la CÍA se descalificó a sí misma y a nadie le importa si el closet continua libre u ocupado. Pero el oscuro y peligroso venezolano que vive en mí pretende seguir activo y perverso, no obstante estar recluido en estrechos espacios bajo siete llaves. Parece ser algo inevitable  pero negamos o menospreciamos al vecino que se maneja con sus propias ideas, orgulloso de su altura social. No acostumbramos hacer nuestros los triunfos y felicitaciones que reciben otros. No los aplaudimos, por el contrario los ignoramos.

Alfredo Schael, 1948, se ha impuesto la admirable tarea de rescatar del olvido, del desprecio o de nuestra ignorancia la obra y trayectoria de algunos venezolanos que por circunstancias del momento cayeron en el olvido o en el desgano de todo el país como fue el penoso y absurdo caso del científico zuliano Humberto Fernández Morán conocido en el ingrato país como "el brujo de Pipe". Yo mismo fui uno de los desagradecidos venezolanos que arrojó al desprecio a Fernández Moran y hoy me arrepiento.

El nombre de Alfredo Schael permanece asociado al diario El Universal, a la Fundación para el Rescate del Acervo Documental venezolano y su libro sobre Jimmie Angel, 2002, es excepcional. Es hombre de pensamiento propio, perfectamente cincelado y de vasto alcance. En los Estados Unidos y en Alemania estuvo trabajando en la recuperación del archivo diplomático sobre Venezuela

Schael recuerda que Fernández Morán nació en Concepción de La Cañada, municipio Urdaneta, estado Zulia en 1929 y murió en Estocolmo, Suecia el 17de marzo de 1999 y enumera algunos de los portentosos aportes que hizo a la ciencia. 

Fundó en Caracas el Instituto Venezolano de Neurología e Investigaciones Cerebrales convertido en 1969 en el IVIC, Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas. Instaló en el país el primer microscopio electrónico porque el que intentó el rector Jesús Enrique Losada en Maracaibo no llegó a instalarse.

En Suecia se abocó a la subestructura fina de la fibra nerviosa y ya había inventado la cuchilla de diamante en el Instituto Nobel de Físicai de Estocolmo. La cuchilla se emplea mundialmente para cortes ultrafinos de materia orgánica  o de metales en microscopia electrónica. Fue el primero  en introducir el concepto de crioultramicrotomía. Trabajó en el área de criosmicroscopia electrónica, en el uso de lentes superconductores y helio  líquido en los microscopios electrónicos. Ayudó de manera notoria en la mejora de los ultramicrotomos y fue uno de los investigadores venezolanos con mayor proyección internacional durante la segunda mitad del siglo XX, habiéndose destacado por sus estudios sobre la ultraestructura celular, sobre todo del tejido nervioso. 

Alfredo Schael destaca que Fernández Morán se interesó en la neuropsiquiatría bajo la influencia de Carlos Ottolina en Caracas. Después de haber completado un entrenamiento en Washington bajo la dirección de Walter Freeman, quien fue el popularizador de la lobotomía transorbitaria para el tratamiento de las enfermedades mentales volvió a Maracaibo donde practicó, con gran destreza, 25 lobotomías transorbitarias en el Hospital Psiquiátrico de Maracaibo. Viajó entonces a Estocolmo, Suecia, como Research Fellow, uno de los mejores centros de neurocirugía del mundo. 

Schael va mas allá y refiere que Fernández Morán supervisó la construcción del Reactor Nuclear RV-1, el primero de su tipo en Latinoamérica. Este proyecto formó parte de sus competencias como director del IVNIC. En el mismo espacio que comprendía el recinto del IVNIC, refiere Schael, se establecería también la Biblioteca Científica de Latinoamérica.  ¡Algo asombroso!

¡Hay mas! Con la cuchilla de diamante se efectuaron  los cortes a las rocas que los astronautas trajeron de la Luna.y fueron muchos los inventos que  logró patentar. Giuseppe di Filippi me dijo que también él utilizó la cuchilla en una investigación que le tocó hacer. 

¡Fernández Morán fue un venezolano cuyo nombre estremeció al mundo de la ciencia!

Y de pronto, la caída, el derrumbe, el desconocimiento y la ignominia venezolana- Algo realmente insólito: Fernández Morán , fuese legítimo o no el tiempo de sus circunstancias, aceptó ser Ministro de Educación, en los últimos días del gobierno autoritario de Marcos Pérez Jiménez. Solo ocho días estuvo de ministro lo que le valió que el país entero, incluyéndome, lo llamara despectiva y de manera denigrante: "el brujo de Pipe", como lamentablemente se le sigue llamando. No se sabe quién comenzó a degradarlo. Dios quiera que no sea cierto, pero se dice que fue Mariano Picón Salas aunque también se menciona a Rómulo Betancourt, quienes llevados por un absurdo e imperdonable impulso de castigar a un presunto adversario político o por pura envidia negaron a conciencia, pero atolondradamente, la altura de pensamiento de tan notable científico venezolano convirtiéndolo en el brujo de Pipe, en alusión a la montaña del Estado Miranda donde se encuentra lo que queda hoy del IVIC. 

Agradezco a Alfredo Schael su hermoso y generoso gesto de dar nueva vida a compatriotas que la tuvieron y nos la ofrecieron sin pedirnos nada a cambio porque me duele saber que un gran humanista como Don Mariano, un  sólido estadista como Rómulo Betancourt, yo mismo y varios millares de ingratos compatriotas, hemos pisoteado sin pena ni gloria el nombre de uno de los grandes científicos de este no menos atolondrado y perverso país.

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