Una solución para el cine venezolano
Escrito por Edgar Rocca | @EdgarRocca   
Domingo, 21 de Octubre de 2018 13:38

altSiento que el título del artículo es probablemente pomposo o pretencioso.

Pero la razón del mismo es la necesidad de conseguir una solución efectiva a la crisis que atraviesa el gremio en el que uno se desempeña o procura desempeñarse para no ofender a los asumidos amantes del cine y a los artistas que abundan en el medio. Es entonces, la misma necesidad que imaginamos tiene un economista por colaborar a superar la crisis en la economía del país o la suya propia.

Mientras la burocracia se come a las acciones y a las buenas intenciones de algunos pocos, uno se sienta y sufre al ver que se hacen reuniones estériles donde solo se habla y se repite una y otra vez lo mismo, lo que ya sabemos, que todo está mal. Y después se hacen mesas de trabajo que no pasan de ser una catarsis y pérdida de tiempo donde no se llega a nada y donde la lectura final es que faltan voluntades de todo tipo.

¿Y los avances? pues bueno...La solución va a llegar del lado de los gremios, los políticos y los burócratas... Eso es segurísimo. Siempre lo logran. Recordamos así que la ley de cine se introdujo a finales de los 70 y se aprobó en 1994 para luego ser reformada en 2005. Esto da estadísticamente que para conseguir una solución en este país o algo similar, al menos en el gremio cinematográfico venezolano, se necesitan unos 14 años en promedio. Esta discusión de cómo salvar al cine en Venezuela y, por ende, al cine venezolano, tiene cerca de 3 años. Aún deben faltar 10 años para que efectivamente se trabaje y se apruebe el reglamento de fomento que se adapte a los modos y formas de producción para finalmente garantizar la “continuidad de la producción”.

Hay películas grabándose ahora mismo... ese no parece ser el problema. El problema es que a veces no se puede pagar, el dinero no le alcanza a nadie y se devalúa muy rápidamente. Es extrañamente milagroso hacer una película o cualquier cosa en este momento, pero el ser humano es así. Siempre recuerdo en estos momentos el neorrealismo italiano, cómo en países devastados por la guerra había unos tipos haciendo cine. O cómo la industria americana nace entre la primera Guerra y la gran depresión.

Una de las formas o propuestas que han salido es facilitar y estimular la inversión privada con exenciones de impuestos y devolución del IVA como hacen en República Dominicana y Colombia. Todo suma. Y no es de dudar que eso colabore a mejorar la situación y garantice la continuidad de la “Producción” pero ¿en cuanto tiempo se verán esos resultados? A veces nos ponemos muy técnicos o muy soberbios por querer tener la razón y olvidamos la parte humana. Respuestas incontestables se nos presentan en las estadísticas y es allí donde probablemente estén algunas aclaratorias antes de la solución.

En 2018, y sacando el suceso que significa una película como “Papita segunda base” (casi 900 mil tickets vendidos), las películas venezolanas llevan un promedio de 13 mil tickets vendidos que nos habla de una recaudación de unos 4mil dólares. Tomando en cuenta que esos 4 mil dólares se van a dividir entre 50% para el exhibidor y 50% para el productor que tiene que darle el 25% al distribuidor y el resto entre los socios de la película nos lleva a que probablemente al productor de la película le queden unos 400 dólares. Sin contar que cuando liquiden ese dinero, que es en bolívares realmente, estará devaluado. Eso nos lleva a decir que para que una película genere“ganancias” debe costar 100 dólares y como eso no existe es mejor buscar la solución.

“Si tu mercado no sirve ¿por qué no distribuir nuestras películas en los mercados cercanos? La respuesta es: porque nadie ha hecho ese trabajo efectivamente, porqué no es tan fácil, porqué es un sueño imposible, porque los americanos tienen acaparado todo, son algunas de las respuestas comunes. Y todas juntas son una parte de la verdad. Pero, ahí está la solución, no existe nada más allá. Es simple y difícil a la vez. El cineasta acá tiene el deber de dejar de tirársela de “autor” y jugar para el equipo”

¿Cómo jugar para el equipo señor autor? Diversifique su trabajo. Es muy sabroso hacer cine con un millón de dólares de presupuesto, donde la plata no te duele, donde te la da el estado y no tienes que devolverla, pero eso está más que demostrado, no hace una industria. La industria se hará cuando un alto promedio de las películas realizadas en nuestros países se vean comercialmente, una o dos semanas cerradas, en 5 o 10 salas, tres funciones diarias, en 10 o 15 países de América Latina y el Caribe.

Entonces usted, además de Guionista y Director, debe ser Productor, Distribuidor, Agente de Ventas y Lobbista. Debe conectarse y conectar a sus colegas venezolanos en los mercados a los que tenga acceso. No se puede ser mezquino en este momento. Estadísticamente hablando y en el peor de los casos, películas que en Venezuela hacen un poco más de 10 mil espectadores, afuera y en las condiciones descritas en el párrafo anterior: una película que venda en promedio tres mil tickets multiplicado por 10 países donde se exhiba y con un promedio de valor de la entrada de 5 dólares por entrada (Chile y Argentina cuestan entre 8 y 10$) daría como resultado una película con un desempeño en taquilla de unos 150mil dólares. Esto le da derecho a una película a costar al menos 50mil $ y dejaríamos atrás el oscurantismo actual.

Todo lo demás es habladera egocéntrica y mal sana. Es tiempo perdido, es guerra del teclado. Hay gente que sabe mucho y quizá sea yo el que habla paja, porque apenas si tengo treinta años. Para la tranquilidad del lector tengo ocho años estudiando el tema y he sufrido dos películas realizadas, la última la padezco en estos momentos, hasta plata debo, porque a la larga “es mi película” y cualquier deuda la debo asumir como mía. Y la asumo aunque no pueda pagarla y me duele porque no hay nadie que le duela más una película que al tipo que juega al autor en un país sin industria. Cualquier opinión al respecto se queda corta si no ha vivido de este lado.

Finalmente, cerramos con un plus. Si usted, amigo autor, es muy flojo, mentiroso, hablador de pistoladas, viejo, ocupado, excéntrico o simplemente no está en sus intereses ensuciarse las manos y fundar una industria seria en su país, ¿conoce usted el StarSystem? Vaya pensando en los actores, no solo son caras bonitas, son artistas, son individuos con conexiones, algunos (sobretodo afuera) con algún dinerito para invertir y hay antecedentes de sobra de actores-inversionistas. Asociarse con un actor-actriz es una buena forma de conseguir presupuestos dignos y puede que organizados hasta sean otra vía para colaborar a la solución de la crisis actual en el gremio. Quien quita y son capaces de lograr un fondo de inversión privada para un cine venezolano en el futuro...

Actores: En ustedes confío.

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