¿Qué se hizo mal y qué se debería hacer?
Escrito por Luis Fuenmayor | X: @LFuenmayorToro   
Lunes, 06 de Octubre de 2025 00:00

altLos errores comenzaron desde el gobierno mismo Chávez, largo camino para que las cosas llegaran a dónde hoy están.

Se ha debido evitar actos que llevaran a polarizar en términos tan extremos a la población venezolana: el primero, la conformación de una Asamblea Constituyente, que no representó la correlación de fuerzas reales del país en ese momento. Una Asamblea, en que la oposición sólo estuvo representada por 6 diputados de más de 200 electos. De allí, no podía salir sino el rechazo a la misma por cerca de la mitad de la población, como en efecto ocurrió y generó de seguido los levantamientos civiles y militares de principios de siglo. La Constitución debe ser el resultado de un pacto nacional, un consenso de por lo menos el 75 por ciento del país. No es un dispositivo para abatir a casi la mitad del mismo. Ése es el pecado original de la “revolución bolivariana”.

El siguiente pecado fue el de gobernar solos, consecuencia lógica de la conducta anterior, estimulada además por las respuestas reactivas violentas de la oposición, que llevó al país a verse envuelto en una confrontación que no ha beneficiado a nadie. Esa espiral conflictiva ha debido detenerse, como en efecto se intentó en varias ocasiones, algunas incluso exitosas, pero que luego fueron frustradas por la hegemonía en la oposición de sus sectores más virulentos, que trabajaron en sinergia con los grupos gubernamentales conflictivistas, aderezado todo ello con la nociva influencia del gobierno estadounidense, que ha ganado terreno en forma acelerada, hasta hacerse hoy de un protagonismo injerencista inaceptable para cualquiera que tenga cierto grado de dignidad.

El tercer pecado fue gobernar contra y no para. Expropiaciones irresponsables, hostigamiento a la agro producción y al comercio, política rentista dilapidadora de 1,3 billones de dólares ($ 1,3 x 1012) en 12 años, importaciones desenfrenadas, cuantiosa fuga de capitales, desinversión industrial total, corrupción criminal, obsceno endeudamiento externo, que llevaron a un empobrecimiento general de la población y a una miseria generalizada, así como a la emigración masiva de compatriotas y el uso de la represión para acallar legítimas protestas. Es un cuadro dantesco que debemos enfrentar los venezolanos, que defendemos la existencia de Venezuela, como república soberana e independiente, tal y como nos enseñaron nuestros maestros y nuestros ancestros. Además de que debemos lidiar con las amenazas militares extranjeras y con sus cómplices internos, que ya han asesinado en esta coyuntura a 17 venezolanos pobres.

Propongo trabajar con tres objetivos prioritarios: la defensa de la soberanía nacional, el fortalecimiento de la democracia constitucional y el establecimiento de la paz en todo el país, de manera que las diferencias se solventen en forma democrática, pacífica y soberana. En el primer caso, se debe: 1) Unificar a quienes entiendan que los conflictos internos no están por encima de la defensa de la patria. 2) Favorecer la unidad con el cese de la represión indiscriminada existente, que afecta a gente inocente y a los familiares de éstos y de quienes no lo son. 3) No considerar a cualquier crítica, exigencia o protesta, como una acción delictiva, desestabilizadora y terrorista. 4) Cumplir estrictamente, así haya amenazas reales, con el debido proceso judicial y el respeto de los DDHH. 5) Revisar, mediante una comisión plural independiente, todos los casos de los presos políticos, para su liberación, enjuiciamiento en libertad o aceleración de sus procesos.

Sobre la democracia constitucional: 1) Defender la vigencia de la Carta Magna, como instrumento de consenso actual de los venezolanos, y evitar su modificación para su uso como arma de sometimiento y división. 2) Ratificar la democracia electoral basada en el voto directo, universal y secreto. 3) Establecer un acuerdo consensuado sobre la participación política de las comunas. 4) Establecer acuerdos sobre la necesaria independencia de los poderes electoral, ciudadano y judicial.   

Para la consecución de la paz: 1) Mantener las conversaciones con el gobierno de EEUU, para recomponer las relaciones en el marco del respeto mutuo y el trato entre iguales. 2) Estrechar los vínculos con las diplomacias colombiana y brasileña, para concretar acciones simultáneas relacionadas con la seguridad fronteriza. 3) Facilitar el acercamiento con los países caribeños que no participan de la acción estadounidense. 4) Abandonar el discurso guerrerista, sin descuidar la defensa nacional. 5) Elaborar una campaña propagandista internacional, para enfrentar el discurso calumnioso de Trump contra los venezolanos, el gobierno y el país.

Aprovechar el reencuentro, si termina dándose, para acometer la solución de los gravísimos problemas que aquejan a nuestra sociedad.    


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