Es el hermoso título, de un ensayo del periodista Earle Herrera, sobre la bibliografía poética al Libertador

y que viene al caso, con motivo de la orden presidencial de Gustavo Petro, al asumir el mando de Colombia, el pasado 8 de agosto de 2022, de llevar la espada de Bolívar celosamente custodiada a su plaza y con razones. Años atrás, había sido secuestrada precisamente por quien disponía ese día su traslado, inesperado acto para el público, pero todo indica que fue solicitado a su antecesor ante de entregar el poder y le fue negado – si fue así, gran estupidez – nos imaginamos que se trató de rememorar el simbolismo de esa espada cuando se secuestró, que ahora le obliga a liberarse de resentimientos ideológicos sin sentido.

Sería el propio Bolívar, conociendo a sus hombres en la administración de su obra, quien proteicamente dijera: …

"Con mi nombre se quiere hacer en Colombia el bien y el mal y muchos lo invocan como el texto de sus disparates"

Por supuesto, cuando se refería a Colombia, era a la grande no a la “patriecita” del militarismo autócrata de Venezuela y a la máxima expresión los chavistas, que poco les ha faltado para designar con su nombre, alguna “Misión Burdel”. Pero vamos a lo de la espada que se conserva en el Palacio de Nariño en Bogotá, que al parecer portaba Bolívar en la batalla de Boyacá y de allí su simbolismo, porque no es de dudar que en magna gesta debieron ser muchas las utilizadas, pero apreciando la humildad de esta, lo que nos da es pena ajena con la que está en Venezuela… que al decir del general de Brigada, Eduardo Arturo Caldera Gómez en su trabajo “La deshonra de la espada del Libertador Simón Bolívar en el Siglo XXI” se trató de un regalo del Congreso del Perú tras la victoria de Ayacucho, diciéndonos Caldera Gómez que  

"Acepta una espada de oro y cinturón con 1433 brillantes y peso de 5 marcos, cinco onzas y 8 adarmes de oro y hoja de acero estilo damasco; la vaina de la presea fue vaciada en oro macizo de 18 kilates. Fue elaborada por el famoso orfebre de la época Chungapoma, la vaina tiene en relieve la inicial de Bolívar y la leyenda: “El Perú a su Libertador” y en la hoja de acero tiene grabado: Simón Bolívar, Unión y “Livertad”, año 1825 y en el anverso Simón Bolívar: “Livertador” de Colombia y Perú, Chungapoma “me fecit” en Lima. "

Pues bien, el militarismo autocrático chavista, se mandó hacer réplicas de esa espada, sin quemar cartuchos, en medio de entregar nuestra reclamación por el Esequibo y ahora apoyando la entrega de un millón de hectáreas a los iraníes, que no sé cómo carajo lo harán,, pero además de ello, esa réplica ha sido entregada a los peores déspotas del mundo como Gadafi, con lo cual, sencillamente la putearon, con el perdón de las que tiene dignidad, de manera que el valor real, histórico de la espada de Bolívar, es la que está en Bogotá al buen decir de El Diccionario de símbolos de J.E Cirlot:

“La espada es el instrumento reservado al caballero defensor de las Fuerzas de la luz contra las tinieblas. En un sentido primario, es un símbolo de la herida y del poder herir y por ello un símbolo de libertad y fuerza. En la alquimia simboliza el fuego purificador y en la mitología griega es el símbolo de la suprema espiritualización.”

¡No la que está en Caracas que nunca utilizó!

|*|: Columna "Picapedrero"

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