Hugo Chávez es la genuina personificación del hombre mediocre. Su mejor actuación es hacernos creer que tiene un talento especial para muchas actividades de la vida. La diosa fortuna lo colocó en el momento preciso. Después de huir del sitio de los acontecimientos, apareció como una especie de gran salvador de la patria subyugada.
Si lo trasladáramos al apasionante juego de béisbol, su perfomance nos recuerda al niño dueño de la pelota. Si no lo colocábamos en la alineación, el pésimo peloterito salía corriendo a casa de su mamá con la valiosa esférica entre las manos. Así que tocaba aceptar los errores, ponches, y sorprendidos; de aquel antipático remedo de deportista integral. ¿Cuántos juegos no se perdieron en el bate del dueño de la pelotica?  Había que admitir que un jugador mediocre asumiera el papel protagónico, mientras sufríamos lo indecible al ver como volvía a fallar con rolata a manos del lanzador.  
El presidente venezolano, es en términos boxísticos un paquete. Un individuo con ínfulas de gran personaje. En el fondo es simplemente un ser atrapado por sus múltiples carencias y complejos. Su odio exacerbado contra la ciudadanía debe tener raíces muy profundas. Su inestabilidad emocional hace que su personalidad cambie de maneja recurrente. Pasa con facilidad de la euforia al éxtasis. Sus desastrosas alocuciones versan entre el circo el manicomio. Un verdadero camaleón que busca refugio en la oscura madriguera.
Para salvaguardar su imagen de hombre muralla, ejerce el triple de las cadenas presidenciales para ocultar sus debilidades. Sale corriendo para buscar la vía más rápida para escapar de sus fantasmas. Los temerosos siempre actúan con el disfraz de los valientes.
El béisbol lo pone contra la pared. No se necesita ser un extraordinario lanzador como Félix Hernández, para despachar con tres envíos al primer mandatario nacional. Para cualquier venezolano Hugo Chávez es simplemente un out por regla. Un bateador que no resiste la recta de la electricidad, el cambio de la corrupción, y mucho menos la slider del desempleo;  en fin, un bateador que no tiene la capacidad de dar algún podrido detrás de segunda.
Para el equipo Navegantes del Magallanes quién contó en su larga historia con peloteros excepcionales como: Luís Camaleón García, Dave Parker, Willy Horton, Johan Santana entre otros. Recibir el apoyo como fanático de Hugo Chávez, no deja de ser una tremenda raya.  Le sale referéndum.  
¿Si el presidente Hugo Chávez, es tan popular por qué no se apersona en un juego de la final Caracas – Magallanes? ¿Cuál es el miedo de escuchar el bullicio de la tribuna? ¿Acaso no pregona el magnate de Miraflores, una supuesta invencibilidad, o será qué otra vez salió corriendo mientras Venezuela se moviliza en las calles?  
Este pésimo jugador, sigue siendo el dueño de la pelota. Es el responsable de haber arruinado al país, llenarlo de hambre, miseria, corrupción y delincuencia. Gracias a Dios se acerca el noveno y los cerradores están listos para volver a ponchar al tirano.

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