Lo más común y lo más perjudicial para los grupos que profesan los principios e ideales democráticos radica en las injustas y ásperas críticas a los lineamientos estratégicos hechos precisamente por la misma dirigencia política afecta a la oposición, insólito. Estos ataques perseverantes van en contraste con lo que piensa y alerta gente del chavismo. Algunos de ellos opinan, muchos lo han hecho inclusive a través de los medios de comunicación social como es el caso del general Muller Rojas y de Luis Tascón, que estas porciones disidentes están haciendo un trabajo políticamente coherente y que han logrado penetrar de manera exitosa los sectores populares que hasta hace poco eran una reserva exclusiva del chavismo.

Por eso ellos llaman la atención de su jefe el Presidente de la República para que se aboque a afrontar este peligro electoral que pudiera dar al traste o propinarle un fuerte golpe a la revolución del siglo XXI.

De manera que hay que dejar de lado estos anuncios apocalípticos y estos discursos aguafiestas. Del mismo modo que deben ser más sinceros aquellos que juegan para sí mismos, sin arriesgar y sin dar nada o dar muy poco en función de la democracia.

Recordemos, por eso precisamente este alerta, que tan sólo quedan diez meses, que no son nada, es decir, menos de un año para el 26 de septiembre de 2010.

Recordemos por lo demás que el mes de diciembre por su singularidad festiva “mocha”, digámoslo de esa manera, ese tiempo que nos separa de aquí a las elecciones parlamentarias, de donde por cierto están prendadas las esperanzas de la mayoría del pueblo venezolano.

Ese día que esperamos con optimismo, con mucha objetividad, sin falsas expectativas y sin emociones románticas, ni nada parecido, pues los sectores democráticos del país obtendrán, si no la mayoría, se anotarán con toda seguridad una alta representación para conformar la nueva Asamblea Nacional.

Los números y hasta la misma lógica nos motivan a pensar que eso anda por los caminos del triunfo. Que la victoria finalmente favorecerá a los que años tras años, casi once, han luchado para recuperar el camino de la democracia del que nos han desviado los consejos fidelistas y la dirección desgraciada del presidente Chávez.

De modo que así como no debemos abusar de estas probabilidades de éxito, tampoco nos vamos a azotar, a autoflagelarnos o a torturarnos pensando que todo lo que hacemos los contrarios, los de esta otra parte del país, está condenado indefectiblemente al fracaso, ¿por qué?

La situación política, al menos hasta el día de hoy, nos da razones de peso para pensar y esperar un futuro promisor para todos los venezolanos.

En primer lugar porque hay un juicio unánime en las fuerzas disidentes de presentarse con una plancha unitaria, monolíticamente unida y eso lógicamente es fundamental para lograr los fines que nos proponemos.

En segundo lugar porque hay una camada de hombres y mujeres con experiencia y de nuevos valores con suficientes credenciales para conformar las planchas parlamentarias y cubrir las exigencias de la población votante. Hay, además, un cronograma preestablecido de manera que el tiempo no nos apremie y nos gane la carrera.

Del mismo modo hay un acuerdo en cuanto al método para la escogencia de los futuros candidatos, punto éste, por cierto, habitualmente conflictivo y de ingrata recordación.

En conclusión, quizás uno de los puntos más importantes y que ya está bien avanzado por cierto para no presentarse con las manos vacías, es la elaboración de un plan alternativo, de un programa de gobierno que dará solución a las dificultades más ingentes como los servicios públicos como electricidad, agua, seguridad, salud, inflación, corrupción, vivienda, etcétera.

Rótulo: El cerro Casupo, el pulmón natural de los valencianos, necesita de toda nuestra ayuda para la conservación de su biodiversidad, es decir, la preservación de las especies vegetales y animales que tienen su hábitat en esa hermosa zona.

Afortunadamente al frente de Asocasupo está un ser extraordinario, Jorge Cayazo, su presidente. Que es su “mecenas”, digámoslo así, y que dedica su vida entera a cuidarlo con excesivo celo y a velar con entusiasmo por su supervivencia.

El Carabobeño

Pienso que además de las empresas privadas y de los organismos oficiales que desde hace años colaboran con Jorge, se me ocurre que los candidatos a diputados a la Asamblea Nacional, tanto los dirigentes del PSUV como los opositores, deben mezclarse para ayudar y colaborar en lo que sea necesario en esta faena ecológica.