Todos sabemos que la UNIDAD es crucial en este momento, debido a que el año que viene se decide el futuro de Venezuela democráticamente a través de las elecciones parlamentarias, concejales y juntas parroquiales, entre otras. En tal sentido, a los políticos, como lo he expresado en otras oportunidades, les pido que demuestren que quieren a su país y dejen de un lado su ego personal, afán de poder, etc., y propongan única y exclusivamente el número de candidatos que se exige. Ni uno más. Eso es unidad. Cómo lo van a resolver se lo dejamos en sus manos, ya que es su profesión, y zapatero a su zapato. Lógicamente que lo ideal no son las parlamentarias, ni encuestas, ni nada por el estilo, sino el consenso unitario, lo que daría una tarjeta única para obtener la mayoría de los votos y cargos.

A las organizaciones no gubernamentales (ONG), llámese Grupo 2D o como sea, aprovechando la ausencia de una fuerza alternativa les sugiero que aprovechen el cansancio de tanto bla, bla, bla, pocos hechos concretos, despilfarro (sin tomar en cuenta la corrupción), para que demuestren su capacidad profesional. A tal efecto, con base en el mismo presupuesto de la nación para 2010, presenten al pueblo (tomando en cuenta sobre todo a los más necesitados) cómo distribuirían y en qué invertirían esa cantidad con mentalidad ejecutiva, gerencial y no política.

Como un ejemplo: si cambian los montos de las partidas de “gastos” presidenciales, armamento, donaciones a otros países y un etc. interminable, y lo “invierten” en combatir la inseguridad, en salud, educación, el fortalecimiento de la industria privada para generación de empleo y, por ende, disminución de la delincuencia; servicios públicos, fortalecimiento y funcionamiento de la industria petrolera como debe ser (de ella vivimos), electricidad, vialidad, mantenimiento, etc., y además un fondo de reserva para emergencias, todo ello basado en realidades que se pueden ejecutar, con la promesa de un seguimiento y presentación de cuentas que desde hace años no veo, díganme ustedes quién no les creería y quién no votaría por ustedes.

Eso sí, para todo ello hace falta la voluntad y querer a Venezuela. Que Dios nos bendiga.