Aires bélicos
Escrito por Celio Celli G.   
Domingo, 20 de Septiembre de 2009 13:04

altEl gasto venezolano en armamento que encendió las alarmas fue el último crédito de 2,2 millardos de dólares recibido del gobierno ruso para adquirir, según palabras del presidente Chávez, 92 tanques T72 y una cantidad no revelada de sistemas antiaéreos
I


Esta semana se consumió con el predominio en la información de los temas: inicio del año escolar, la carrera armamentista, la amenaza sismológica y las lluvias tormentosas, que aumentaron la angustia de los venezolanos de manera más acentuada en quienes habitamos en la región centro norte costera.

La exhortación para un retorno pacífico no politizado a las aulas fue masiva, pero el ausentismo de los alumnos marcó la pauta. Todos, indistintamente de las posiciones ideológicas y políticas, estuvieran o no de acuerdo con la nueva Ley Orgánica de Educación, dejaron saber su llamado público a clases: el presidente Chávez, el ministro de Educación, la Federación de Padres y Representantes, asociaciones, gremios, colegios privados, maestros, estudiantes y las universidades hicieron punto de honor en el inicio del período educativo este 16 de septiembre.

Con la expectativa en la mente por la LOE el regreso se concretó, y ahora comienza en lo jurídico la espera de la aprobación de 24 leyes especiales y 11 reglamentos, los cuales sustentarán la ley marco, creando una situación de incertidumbre. En este sentido, el presidente de la Federación Venezolana de Maestros, Orlando Alzuru, indicó la existencia de “un vacío legal, pero es necesario que los maestros acudan a trabajar”.

Adicional a ese vacío jurídico debido a la ausencia de una planificación previa, 20 asociaciones educativas en una asamblea celebrada en la Casa “Arturo Uslar Pietri”, de Caracas, denunciaron la existencia de un déficit nacional de 5 mil planteles sólo en educación básica y 250 mil docentes. Y completa este cuadro deficitario el drama conformado por 3 millones de niños y jóvenes, en edades de 1 a 17 años, excluidos del sistema, y para remate, de las 22 mil escuelas oficiales, el 80% requiere ser refaccionado, realidad constatada por padres y representantes, reconocida por altos funcionarios públicos y que no puede ocultarse con un simple maquillaje de las estadísticas.

II


A mediados de semana, el tema del armamentismo comenzó a desplazar, en espacio y despliegue, de la opinión nacional y latinoamericana al tema educativo. Fue la reacción a la anunciada compra de armas a Rusia, formulada por el propio presidente Chávez. A esto, Ian Kelly, vocero oficial del Departamento de Estado norteamericano, manifestó: “Nos preocupa en general el deseo manifiesto de Venezuela de incrementar su arsenal armamentístico, que creemos plantea un serio desafío a la estabilidad en América Latina”.

También expresaron su inquietud los presidentes de Uruguay, Tabaré Vázquez, y Alan García, de Perú. El primero señaló que “La carrera armamentista ya está ahí, es una realidad”, y procedió a rechazarla por inconveniente. El mandatario peruano, por su parte, propuso frenar el armamentismo en la región, concertando un pacto de no agresión entre todos los países, y demandó que se hagan públicas las cifras de gastos militares en mantenimiento, instalaciones, tropas y compras de armas.

III


El gasto venezolano en armamento que encendió las alarmas fue el último crédito de 2,2 millardos de dólares recibido del gobierno ruso para adquirir, según palabras del presidente Chávez, 92 tanques T72 y una cantidad no revelada de sistemas antiaéreos. A esto se suma otro crédito por un millardo de dólares que Moscú concedió a Caracas para financiar la llamada cooperación técnica militar de ambos países, y 4,4 millardos de dólares más que el gobierno bolivariano ha gastado desde 2005 en la compra de 24 aviones caza Sukhoi 30, 50 helicópteros de combate y 100 mil fusiles de asalto Kalashnikov. Y aumenta esta inquietud la anunciada ayuda de Irán a nuestro país para desarrollar un programa nuclear.

Venezuela no necesita una carrera armamentista. Existen numerosos y complejos problemas sin resolver vinculados a las necesidades primarias de los venezolanos: agua, electricidad, salud pública, alimentación, empleo, educación, seguridad y vialidad, entre otros, fundamentales para mejorar la calidad de vida, que, como siempre decimos, debe ser la prioridad de un gobierno que se diga socialista.

La compra de armas no garantiza que se esté en capacidad de responder a la fuerza ante una determinada situación; en consecuencia, se debe promover el diálogo y no la violencia. Es un grave error que, argumentando una posible guerra, se gaste tanto dinero en armas cuando todavía millones de venezolanos viven en la pobreza, padeciendo necesidades básicas insatisfechas. Hasta el próximo domingo.

Fuente: El Carabobeño


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