Todos sabemos que además de los dólares preferenciales, los cuales por preferenciales están muy escasos, es posible legalmente hacer permutas de bonos, de las cuales se pueden generar divisas. De hecho, cerca del 40% de las importaciones se pagan a través de este mercado de permuta. Sin embargo, de acuerdo con la Ley de Ilícitos Cambiarios, la tasa de cambio que se genera en el mismo no se puede divulgar. Es un secreto, una especie de dimensión escondida que tiene efectos sobre todos nosotros pero cuya extensión no la conocemos.

Lo más incompresible es que uno de los actores más importantes en este mercado es el propio Estado, que suple papeles para el mismo. De hecho, del total de las divisas generadas en las exportaciones de acuerdo con el Convenio Cambiario N° 9 sólo una parte va al Banco Central para que éste supla los dólares a tasas preferenciales.

Ahora que se está considerando modificar el sistema cambiario, se debe aprovechar para eliminar la prohibición de divulgación de la tasa de permuta y así permitir la transparencia. Las ventajas de una transparencia son múltiples y benefician tanto a los consumidores como al Estado.

En primer lugar, si se conociera la tasa los consumidores podrían comparar los precios de los productos importados, los cuales se mantendrían más uniformes. Por definición, esta uniformidad tiende en un mercado a bajar los precios.

Si se reportara la tasa, ésta podría ser utilizada para los efectos del cálculo del IVA para las importaciones pagadas a través de este mercado, lo cual aumentaría sustancialmente la recaudación de IVA a nivel de puerto. En tercer lugar, si la tasa de cambio fuera transparente, las operaciones en este mercado que realizan los entes estatales podrían ser materia de revisión, lo cual ayudaría más a la contraloría (auditoría) de las cuentas públicas.

Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla

Fuente: El Universal