La fórmula recomendada por el régimen cubano a las naciones donde el trasnocho comunistoide les asalta en forma de presidentes

es la denominada “constituyente”, sobre todo al principio del mandato aprovechando el impulso electoral reciente. Los secretos tras esta jugada son dos, buscar a través de la reforma del marco jurídico la mayor concentración de poder en manos de una persona y la reelección.

Venezuela es el mejor ejemplo de esta dantesca fórmula, a Chávez le funcionó a la perfección aprovechándose de los vestigios de la democracia civil y del deseo de cambio por parte de una nación golpeada por la ausencia de figuras de Estado a la cabeza de la acción pública. Nadie se imaginaba que los males de la denominada “cuarta república” iban a empeorar a la enésima potencia, tampoco que surgirían otros males mucho peores a los que ya existían.

De este modo, con la “relegitimación de los poderes públicos” la revolución chavista se fue apoderando de las instituciones del Estado, primero con el inefable MVR y luego (hasta el sol de hoy) con el Psuv. Hugo Chávez contó durante su mandato con la suerte del boom petrolero más alto y sostenido de la historia, lo que se transformó en un populismo extremo, en la ultra dependencia de la renta petrolera, el recrecimiento leonino de la nómina pública y la destrucción premeditada del aparato productivo privado, a la par que se apoyaban trabajadores, empresarios y economías de otras naciones buscando apoyos internacionales, tal como lo hiciera Carlos Andrés Pérez en su primer mandato.

En fin, ello dio origen a la peor corrupción registrada por la humanidad que aún continúa haciendo estragos. En la desinstitucionalización del Estado, todo ente público sin importar su ámbito es un museo del Psuv, comenzando por la decoración, membretes usados, uniformes, slogans, etcétera… sedes alternas del Partido Socialista Unido de Venezuela pues.

Poco a poco se fueron perdiendo las formas y los hechos de fondo, desde un TSJ que ante el asombro del mundo vitoreó la consiga partidista del chavismo ¡Uh Ah Chávez no se va! hasta instituciones que solo sirven exclusivamente y sin empacho alguno a las causas de “la revolución”. Cualquier persona u organización que requiera de ellas muere de mengua, mientras que las solicitudes de personeros del régimen y sus cómplices tienen respuesta expedita.

Ahora bien, todo ello trajo consigo la tragedia de hoy, la desinversión por inseguridad jurídica, consecuencia directa de la ausencia total de la institucionalidad, resumiéndose como ausencia del imperio de la ley, desprofesionalización de todo el ámbito público, caldo de cultivo para actos administrativamente impuros. Hasta los aliados del régimen son precavidos a la hora de invertir, como el caso de los chinos que desde 2019 trancaron el financiamiento.

De este modo, el que el referéndum acerca de "El Esequibo" no una a los venezolanos no obedece a una “estrategia opositora”, menos aún a un sentimiento antinacionalista ni de derrotismo ante Guyana ¡NO! los venezolanos estamos claros que ese territorio es nuestro, es un tema de desconfianza total y absoluta de los venezolanos hacia las instituciones que deberían ser del Estado, pero están en manos de psuv, es decir psuvizadas ¿De quién es la culpa?

Como todo en Venezuela, el tema Esequibo también está irremediablemente politizado, pero la historia confiere razones y culpas a quien las tiene. Ahora bien, lo que sí es realmente determinante son las acciones de Estado: las jurídicas, las militares, las diplomáticas, etc. Afortunadamente, la Constitución es amplia y suficiente para defender nuestro territorio, solo hay que actuar al margen de palabrerío y la politiquería.