Contrarreloj
Escrito por Pablo Aure | @pabloaure   
Lunes, 01 de Febrero de 2010 07:23

altAquel personaje que hace algunos años parecía casi imposible alcanzar, hoy lo vemos cansado y sudoroso. Hasta hace poco era él quien fijaba la agenda, ahora, son otros. Decían Chávez los tiene locos, ahora al parecer es a él a quien lo tienen así. En efecto, el sábado tuvo que disfrazarse de pelotero y ponerse a pichar para arrancar de la mente del pueblo la imagen de “ponchao” que le dibujaron nuestros gloriosos estudiantes carabobeños. Pero no se puso el uniforme de pelotero en una instalación abierta al público o para enfrentarse a un equipo cualquiera. No, convocó a un show mediático en el fuerte Tiuna para quizá tratar de transmitir dos cosas: la primera, que la Fuerza Armada está cohesionada, y la segunda, que no es verdad que está “ponchao”.

No logró ni lo uno ni lo otro. Pues, nadie, medianamente inteligente va a comerse el cuento de que todos los militares están contentos con las locuras del régimen.No creo que la Fuerza Armada de forma monolítica esté alegre con la manera brutal como en los últimos días han reprimido las manifestaciones estudiantiles, ni tampoco esa institución puede estar complacida porque desde el interior de los cuarteles -civiles o militares- se planifiquen acciones contrarias a la sana convivencia democrática. Para nadie es un secreto que personas inescrupulosas entran y salen de los cuarteles para organizar las fechorías que han de cometer.

La otra cosa que no logró fue quitarse la imagen de “ponchao” con la que lo rotularon nuestros demócratas estudiantes.

Aquel Esteban de antes, no es el mismo al de ahora. El sabe muy bien que está contrarreloj, y que los tiempos no le cuadran. Se prepara para sacar la “boloña” de bolívares productos de la devaluación que tiene en el bolsillo, y la sacará cuando la sala situacional le baje la seña. No tengo dudas de que un poco antes de las elecciones invadirá el país con misiones y repartirá mucho dinero inorgánico para tratar de ganar el mayor número de curules en la Asamblea Nacional. A Esteban no le importa seguir hundiendo el país. Lo conocemos suficientemente para entender que su actitud es inmediatista. Su meta es pulverizar a la oposición en el próximo proceso electoral. Ahora, la gran pregunta: ¿sonará la alarma del reloj antes del 26 de septiembre? Puede que suene o no suene; ninguna de estas dos cosas dependerá de él. Insisto: ya la agenda dejó de fijarla Esteban. El país está, como se dice coloquialmente, “patas pa´ariba”. Todo el mundo anda bravo y arre…pentío por haber permitido que esto llegara hasta extremos como los que padecemos. Nadie sabe cuándo y dónde puede brotar un foco de protesta. Repito: el malestar es generalizado. No son únicamente los estudiantes quienes reclaman sus derechos, o los periodistas quienes claman por la libertad de expresión. Es el pueblo quien pide luz, agua, seguridad. Son los choferes de plaza los que protestan porque están matando a sus compañeros. Parece que estamos a las puertas del colapso total.

La calle sin chantajes

Esteban está desesperado con las protestas callejeras. Las reprime, ordena enjuiciar a comunicadores, promueve juicio contra rectores de Universidades, y en fin, hace lo imposible para que lo vean como el mismísimo demonio e infundir terror. Cosa que tampoco ha logrado. Mientras más grita y amenaza, mayor es el entusiasmo con que sale la gente a protestar. Porque: ¡por fin! Ya lo están viendo como lo que es: el verdadero culpable del desastre nacional.

Está en la gente hacer que Esteban retroceda o permitirle que siga avanzando por el camino de la destrucción total. Si nos quedamos en casita viendo las peroratas que transmite en cadena Esteban llegará hasta donde le provoque; pero si en lugar de ser pasivos, exigimos nuestros derechos consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, utilizando las herramientas que también ella nos da, Esteban estaría en severos aprietos. Esas herramientas son las protestas pacíficas y sin armas (Art. 68) y por qué no, tomar conciencia hasta lograr el desconocimiento que postula el 350.

Por allí he escuchado a ciertos dirigentes haciendo un llamado a la calma, cuestión que en cierto modo compartimos, pero de allí a cejar en nuestro derecho a protestar dizque para evitar la suspensión de las elecciones de diputados, hay mucho trecho. Nada es incompatible. Podemos seguir protestando y continuar también con el cronograma electoral. Me parece un chantaje quizá proveniente desde el mismo gobierno ese de no protestar para que las elecciones se den. ¿Qué es eso?

Otros dicen que al régimen le interesan las protestas. Falso. Ni a este ni a ningún gobierno le puede interesar que protesten en su contra. Tan es así, que cada vez que hay una protesta lo primero que hacen es mandar a una banda de delincuentes tarifados para tratar de impedirlas.

Cero triunfalismos

A la Mesa de la Unidad debemos decirle: mucho cuidado con la escogencia de los candidatos. Hay que escuchar a las comunidades, aunque sabemos cuáles son las reglas para su escogencia. Es decir, primero se agota el consenso y luego recurriríamos a las primarias; preferiríamos que ojala sea la vía consensuada la que impere porque con las primarias no se garantiza mantener la unidad. No lo digo caprichosamente, es lo que he palpado de la gente en algunos sectores de Carabobo, que me dicen que no se calarán candidaturas impuestas desde arriba. Lo venimos diciendo desde hace tiempo: todavía hay chance de lograr buenos candidatos en todos los circuitos electorales. Desde luego, escuchando a los líderes de esas comunidades.

Es muy fácil repartirse las candidaturas. Lo difícil es lograr que la gente vote por los candidatos seleccionados. Eso lo facilitaríamos si se escogen a los genuinos líderes. Por ejemplo: para cada circuito se proponen a los que se presentaron como candidatos a alcaldes que hayan obtenido el mayor número de votos en las elecciones pasadas.

No es pasión, es preocupación lo que nos motiva a hacer este llamado a la Mesa Unitaria, que no tengo dudas, está haciendo un trabajo arduo. Pero muchas veces hay que sembrar a favor de otros para cosechar a favor de todos. De eso se trata. Es la única manera de construir el país que todos deseamos.

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twitter: @pabloaure

El Carabobeño / OyN


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