Los nuevos liderazgos son imagen viva de los valores democráticos, demuestran congruencia entre el decir y el hacer, tienen capacidad para generar equipos de colaboradores comprometidos con el desarrollo

“Llegar juntos es el principio; mantenernos
juntos es el progreso; trabajar juntos es el éxito”
H. Ford


Las crisis son excelentes oportunidades para mirar hacia el futuro, del análisis de sus causas se nos abre un amplio panorama para recuperar nuestra identidad y el rumbo propicio para nuevos proyectos. Los partidos y organizaciones políticas deben avocarse en una profunda reflexión y abrir una nueva hoja en su agenda político-ideológica, todo dentro de un debate de rectificación inteligente y democrática. Los liderazgos partidistas están a prueba. Los actuales directivos partidistas se engrandecerían ante la comunidad si pusieran sus cargos a la orden y convocaran a la participación social en elecciones primarias o consenso limpio, transparente y democrático para la escogencia de los candidatos a diputados y postularlos mediante una tarjeta única, eso sería lo mejor que podría suceder para el país, sería un triunfo político de la alternativa democrática.

Existe nueva generación de líderes estimulada y preparada para asumir la responsabilidad de contribuir al rescate del país, un trabajo difícil pero apasionante; con el compromiso histórico de defender la democracia y sus instituciones, con una objetiva visión de la problemática actual, con autoridad moral suficiente para convocar a la participación masiva de la ciudadanía en apoyo a la lucha democrática, preparación intelectual sólida para enfrentar las circunstancias de la realidad nacional, orientando y definiendo la plataforma sobre la cual se podrá desarrollar la estabilidad socio-política y económica del país. Basta de los viejos esquemas impositivos y arbitrarios.

Los nuevos liderazgos son imagen viva de los valores democráticos, demuestran congruencia entre el decir y el hacer, tienen capacidad para generar equipos de colaboradores comprometidos con el desarrollo sostenible del país, de esa manera se logra el crecimiento geométrico necesario para demostrar que somos la mayoría, todos, sin excepción, tenemos la obligación ciudadana de convertirnos en agentes multiplicadores y promotores de los valores de libertad y democracia frente al vandálico aventurerismo político, defraudar al colectivo social puede ser muy peligroso.

Es necesario consolidar una unidad que se sustente en dos presupuestos básicos, el primero una declaración de principios y segundo un definido plan de acción inmediata y continuada en el tiempo, sin detenerse en debates de candidaturas inútiles, abrirse al impulso de una serie de prácticas y estrategias políticas sobre la problemática nacional y determinar proyectos político-sociales sin ambigüedad e inconsistencia, en procura de incentivar el interés por la política en beneficio del país. El gran secreto del éxito es estar preparados para cuando llegue la oportunidad y la oportunidad la tenemos frente a nuestros ojos, es necesario evitar una nueva división electoral con las consecuencias ya conocidas, de no ser así, Carabobo no contará con ningún diputado demócrata en la AN. Ese es el Reto 2010.

Es el momento para definir el país que queremos, necesitamos diálogo y unidad nacional para triunfar y en mayoría de diputados trabajar en la erradicación total de los vicios que nos agobian y avergüenzan, debemos construir una estrategia y una visión de país, para ello el colectivo social ha demostrado madurez. Se requiere un cambio estructural de abajo hacia arriba, es decir, tomando como base para el mismo la participación social. La fuerza electoral democrática debe imponerse en las elecciones parlamentarias defraudar al colectivo social puede ser muy peligroso.

Con un alto sentido de responsabilidad histórica, conscientes del alto riesgo que vive el país ante las intenciones continuistas del "Huguismo" y su grupo, y con la certeza que las elecciones parlamentarias constituyen una oportunidad para frenarlo, aún y cuando hay claras señales de un fraude en marcha, es nuestra última oportunidad que nos da la vía democrática y no nos está permitido desperdiciarla en confrontaciones inútiles, lo que nos obliga, desde ahora, a prepararnos todos los venezolanos a ejercer el voto contra la infamia en los comicios parlamentarios del próximo 26 de septiembre.

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OyN/El Carabobeño