Gobernar y no mandar |
Escrito por Narciso Guaramato Parra (economista) |
Domingo, 31 de Enero de 2010 08:03 |
En la pasada navidad me hice el regalo de la lectura de la magnífica novela “El pasajero de Truman”, del muy talentoso escritor Francisco Suniaga. La historia sobre el auge y brutal caída del Dr. Diógenes Escalante
al final del mandato del presidente Medina, me atrapó. Está lleno de elementos que explican la forma de actuar en la política venezolana. Pero hubo un pasaje en particular que me hizo reflexionar, en el mismo, uno de los personajes principales, refiriéndose al Palacio de Miraflores, comenta que esta es la sede perfecta para aquellos que nunca han distinguido entre mandar y gobernar ¿Será ese el problema de Venezuela?, que nuestros presidentes se han dedicado a mandar y no a gobernar. El Dr. Elio Pepe plantea que: “en el estado de perenne crisis que caracteriza la evolución democrática de los pueblos, así como los períodos oscuros de sus historia, la tarea de los políticos se distingue entre los que tienen vocación de servicio, proposiciones realistas y capacidades administrativas y de los que al contrario, quieren perdurar en el ejercicio del poder por ambición personal o por la afirmación de proyectos anacrónicos y utópicos” ¿de que tipo habrán sido los que nos gobernaron? Aunque hemos tenido algo de ambos la gran figura prominente de la historia venezolana ha sido el caudillo. Hasta el momento ningún presidente venezolano ha llegado con la suficiente experiencia democrática. Desde Bolívar hasta Gómez, casi todos nuestros máximos dirigentes se formaron como líderes militares. Betancourt y Leoni, tuvieron que sostener un partido en la clandestinidad y Caldera fue el fundador de su partido. El actual como todo sabemos proviene del ejército. Como se ve a lo largo de la historia nuestros presidentes han tenido que desarrollar un liderazgo basado en una supremacía que les daba el derecho de conducir al país. Recordemos la famosa frase de Villalba “yo y mi partido, mi partido y yo” o la actuación del Dr. Caldera de abandonar a su partido cuando perdió su apoyo. Como consecuencia de vivir tantos años bajo la sombra de caudillos militares y civiles el pueblo venezolano se acostumbró a obedecer el mandato de sus dirigentes, sin realizar un cuestionamiento activo de las acciones del gobierno. Esta obediencia es mostrada con suma crudeza en la expresión del: “dedo del comandante” o en la afirmación de un diputado oficialista de que ellos están es para satisfacer los deseos de su líder. El caudillo apela al simbolismo nacionalista construyendo importantes obras que aunque tienen cierta utilidad pública, su propósito es preservar su nombre en la historia patria. El caso más indicativo es el de Pérez Jiménez, a quien después de 50 años de su caída, se le recuerda como el gran constructor de Venezuela a pesar del hecho que en los primeros cuatro años de la democracia ya se había utilizado más cemento que en todo el periodo dictatorial. El caudillo es un gran manipulador de la voluntad popular, dice estar trabajando para su pueblo pero al final todo el esfuerzo es para resaltar su nombre. Guzmán Blanco quiso traer su amado París a Caracas, Gómez con sus carreteras benefició la comunicación entre sus haciendas y con el telégrafo solidificó su sistema de espionaje. En el día de hoy parece haber indicios de que este modelo se agotó, cada vez se observa una mayor cantidad de ciudadanos participando en la conducción del destino de su comunidad. Está creciendo la exigencia a los líderes políticos, de que tomen en cuenta las necesidades de sus electores, se les pide que gobiernen. El Diccionario de la Real Academia Española de La Lengua define la palabra gobernar como: Guiar o dirigir; Sustentar o alimentar; componer o arreglar. Los nuevos dirigentes políticos exitosos son hombres y mujeres que han abandonado las comodidades de un cargo para dedicarse a trabajar con su pueblo. Venezuela esta cambiando, parece que en un futuro el que quiera dirigir el destino del país tendrá que aprender a gobernar y olvidarse de simplemente mandar. Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla |
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