2009 nos dejó a los venezolanos grandes aprendizajes, y a quienes nos hemos opuesto al nefasto gobierno de Hugo Chávez desde antes de su inicio, nos entregó la certeza de que no estuvimos ni estamos equivocados en nuestra visión de lo que en materia de negatividad, atraso y depauperación de la calidad de vida en el país implica cada día que se prolongue éste desgobierno. Presenciamos en 2009 cómo el rechazo al desequilibrado estilo de conducción de Chávez ha crecido tanto dentro como fuera del país.

Un claro ejemplo de ello lo vimos en la Cumbre de Copenhague, allí confluyeron más de un centenar de mandatarios de todo el mundo y sólo el monigote de Evo Morales estuvo junto a Chávez, ningún otro se les acercó, lo esquivaron como a la peste, no lo invitaron a la cena de gala que ofreció la Reina de Dinamarca, todos a una reconocieron la brutalidad del personaje y evitaron tropezárselo conociendo que su misión no era hacer aporte alguno para el acuerdo y la armonía, por el contrario, la siembra de cizaña, el fomento de la confrontación estéril, improductiva, la palabra hueca, divisionista e insultante, fomentadora de discordias y enemistad es siempre la finalidad de sus absurdas actuaciones.

En lo interno, el piso se le ha movido telúricamente, y quienes se regocijan disfrutando de sus mentiras y manipulaciones cada día son menos. Es de resaltar del 2009 varias figuras que se destacaron dándonos lecciones de  dignidad y voluntad indoblegable: Antonio Ledezma, César Pérez Vivas, Julio César Rivas, Francisco Usón e indudablemente, el más peligroso para el gobierno: Franklin Brito. Cada uno de ellos merece un análisis individual, que todos desprejuiciadamente debemos hacer. Venezuela necesita en éste momento hombres y mujeres que no se rajen, que no retrocedan ni en los principios ni en la fortaleza de la lucha.

La defensa de nuestra libertad, de la democracia, de los derechos humanos, de nuestro presente y futuro nos obliga a seguir el ejemplo de éstos rebeldes con causa.

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Barcelona, Anzoátegui