Quien crea que Chávez se volvió loco, al anunciar la devaluación de nuestra moneda, está equivocado. No hay que ser experto en economía para avizorar las graves consecuencias de esta decisión en plena recesión económica en la que se encuentra Venezuela, y el Führer lo sabe perfectamente.

El líder de la robolución avanza en su intención de arruinar a los venezolanos, mas no así al Gobierno o al Estado, con la mirada complaciente de los magistrados del Tribunal Supremo y la complicidad de quienes, traicionando al pueblo que les eligió para estar en la AN, aprueban cuanta ley les propone el Ejecutivo para pretender imponer un modelo fracasado.

Se trata de cuatro aspectos fundamentales para desarrollar el proyecto castro comunista, hoy Socialismo del Siglo XXI: 1) La educación y la propaganda, ya que por medio de ellas se ideologiza a nuestros niños, sembrando en su virginal conciencia bonanzas de un sistema político económico basado en la teoría marxista-leninista, que concluye en poder para el Estado, prebendas para la élite del Gobierno, escandalosa corrupción del Gobierno y su entorno, con un discurso populista e idealista, pero que en la realidad se traduce en inmensa pobreza para el ciudadano común, violación de derechos humanos y de las libertades públicas. 2) La economía, mediante la destrucción paulatina y consecuente eliminación de la empresa y la propiedad privada para que toda la actividad económica dependa del Estado, vale decir, del Gobierno, único propietario y único generador de fuentes de trabajo. 3) Eliminación de la descentralización para que se concentre el poder en el Presidente de la República, para lo cual convierte a las gobernaciones y alcaldías en inoperantes, eliminándole los recursos y sus competencias y dándole papel protagónico a las comunas y consejos comunales, cuya creación y funcionamiento dependen directamente del Presidente de la República. 4) La intervención de las Fuerzas Armadas en todos los ámbitos de la vida nacional, armando milicias, activistas y militantes partidistas, eliminando el equilibrio entre los poderes, puestos al servicio del mismo personaje y pretendiendo hundirnos en la más profunda crisis social, política y económica que hayamos conocido todos los venezolanos.

Debemos estar unidos, participando todos, en la posición en que estemos, porque lo que está en juego es Venezuela y Venezuela somos todos.

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(*): Abogado- Presidente de un Nuevo Tiempo

La Verdad