Creer que en verdad Chávez no sabía nada de las pillerías realizadas por su más cercano entorno equivale a estar seguro que cuando el Comandante en Jefe jugaba rojo y piragua quien se agachaba era él y no su compañero de juego. Eso es claro, ya que de otro modo tendríamos que pensar que nuestro primitivo y bárbaro admirador de Idi Amin Dadá se haya demasiado ocupado regalando y dilapidando a diestra y siniestra el Tesoro Público como para darse cuenta de lo que ocurre a su alrededor.
¿Cuándo se enterará de que Diosdado no ha construido una sola de las viviendas que necesitan millones de familias venezolanas, pero qué, el dinero presupuestado para ese fin se evaporó? ¿Se enterará algún día que PDVSA la debe a todo el mundo y que nadie sabe a donde va a parar el producto de la venta de nuestro petróleo y sus derivados? ¿Se dará cuenta en algún momento que todos los “revolucionarios” que ocupan altos cargos lo primero que hicieron fue comprar lujosas mansiones en las urbanizaciones de la burguesía y abandonar con espanto y asco las humildes viviendas donde residían?
¿Llegará a saber que los Gobernadores y Alcaldes rojo rojitos, empezando por el de Anzoátegui sienten una fascinación especial por hacer negocios y rodearse con los millonarios de siempre, los que se han chupado a todos los gobiernos y se aprestan a gozar los que vengan?
Definitivamente los que creían que el Comandante en Jefe era un avión, que se las sabía todas, sin embargo comprueban cada día que cómo todo gran mentiroso es el primero en creer las mentiras que le dicen. Están empezando a dudar y piensan: ¿Es tan estúpido o se hace?

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