Por como están las cosas en esta Venezuela pobre y rica a la vez, donde todos los ciudadanos andan caminando de cabeza ante el desastre de 11 años de Gobierno revolucionario, la próxima misión no la va a imponer precisamente el capataz de la montonera revolucionaria, sino nosotros mismos, los venezolanos, y esa misión, tiene un nombre: ¡Sálvese quien pueda!

Sálvese quien pueda de la delincuencia que mantiene azotados a todos por igual, a pobres y a ricos; a "escuálidos" y a revolucionarios, a cristianos y ateos, a gentiles y a judíos, a militares y a civiles. Aquí, nadie está a salvo de los delincuentes que andan paseándose por todo el territorio nacional con su moños bien sueltos.

Sálvese quien pueda de las enfermedades y pandemias que hoy día proliferan en la Venezuela revolucionaria, tales como el dengue, la gripe "cochina", las paperas, el sarampión, y de las que estaban erradicadas del país, pero que regresaron gracias a la ineptitud de la revolución bonita ,como son: la malaria, la fiebre amarilla, la tripanosomiasis o mal de Chagas, leptospirosis, y tuberculosis, entre otras.

Sálvese quien pueda de las consecuencias de los apagones que a diario se producen a lo largo y ancho del país gracias al abandono de los programas de inversiones en energía eléctrica. Salvemos, en la medida de lo posible, las planchas, los acondicionadores de aire, los televisores, ventiladores, etcétera.

Sálvese quien pueda de la inflación que cada día aumenta los artículos de primera necesidad y nos hace la vida más cara, y del desabastecimiento de muchos de esos productos, especialmente en Mercal y PDVAL, donde la gente pasa horas y horas para no conseguir otra cosa que harina, margarina, granos duros, pastas, todos de muy mala calidad.

Sálvese quien pueda de no caer en manos de la justicia revolucionaria que impera en Venezuela y que se encuentra arrodillada a los designios del mandamás, especialmente si es escuálido o si por mala leche, ha brincado la talanquera del chavismo porque entonces sí le aparecen los delitos de enriquecimiento ilícito, de conspiradores, guarimberos, apátridas, traidores y toda clase de epítetos con que estos comunistas califican a los verdaderos demócratas.

Misión ¡Sálvese quien pueda!, hasta que saquemos a ese bárbaro a punta de votos.