En un combate político electoral a cuatro rounds, la oposición venezolana acaba de ganar el primero de manera clara. La Mesa de la Unidad sorprendió al país con un acuerdo de once puntos que deja satisfecha a todas las partes, especialmente al pueblo venezolano. La decisión más sabia consiste en haber acordado la elección por consenso donde fuese posible, y apelar a las elecciones primarias donde fuese necesario.
Los partidos políticos hicieron valer el peso de sus esfuerzos y sacrificios por construir organizaciones políticas (y quien lo dude, que se atreva a construir un partido político, y luego lo sabrá); y, por su lado, quienes hoy no militan en ninguna organización y/o pertenecen a alguna ONG también hicieron valer la importancia de quienes hoy no se rigen por líneas partidistas (la mayoría del pueblo opositor). Finalmente, la sensatez se impuso. El equilibrio, palabra mágica de la vida, hizo valer su peso.
Pero este acuerdo también dejó preocupación en Miraflores. Cuando revelé por primera vez, hace varios meses, que las líneas se habían cruzado entre Chávez y la oposición venezolana, dije que la oposición tenía la posibilidad cierta de ganar las elecciones parlamentarias de 2010 y la presidencial del 2012, siempre y cuando fuesen unidos en un solo bloque. Dije que cualquiera dispersión de los votos en dos o más opciones significaría la victoria segura de Chávez, aun cuando no posea la mayoría absoluta (es decir, el apoyo de más del 50% de los venezolanos). Rafael Caldera ganó sus últimas elecciones con apenas el respaldo del 15% de los electores inscritos.
Si Chávez acude a cualquier proceso electoral con el 40-45% del respaldo popular (y todo apunta a ello en el 2010), esa es una cifra que hay que respetar y valorar so pena de recibir una soberana derrota. Hugo Chávez está claro que sus posibilidades de victoria en el 2010 y 2012 dependen fundamentalmente de una hipotética fragmentación de los votos de oposición. No sólo está apostando por ello sino que está haciendo el trabajo para que así sea.
Y la estrategia de Miraflores comenzó a activarse. Hay emisarios secretos que están manejando “puentes”, “apoyos”, y el viejo oficio de calentar orejas con elogios de última hora, o diseñando escenarios donde supuestamente hay espacios abiertos ¡con opción de victoria! para nuevas alternativas, distintas al chavismo y a la oposición. Y este es quizás el más peligroso de los argumentos, pues parte de medias verdades que, de no ser administradas con mucha maestría política, significaría la derrota de Venezuela.
No deja de ser cierto que en Venezuela la mayoría de los electores son NiNi. Y  también es cierto que la mayoría de los venezolanos quisieran una alternativa que propicie la reconciliación nacional, partiendo del reconocimiento de lo bueno del gobierno y de la oposición. Pero eso es muy distinto a creer que esa fórmula por sí sola es suficiente para detener a Hugo Chávez y a toda su maquinaria económica y gubernamental.
Afortunadamente, la oposición copió la seña (no sólo Chávez ha aprendido las lecciones de los últimos años). Comprendió que la unidad no sólo es un asunto de vital importancia para la sobrevivencia de la oposición frente a un gobierno de carácter pre totalitario, sino para la sobrevivencia de Venezuela como nación. Y primero lo primero.
Los 3 rounds restantes son: la escogencia final de los candidatos, la campaña electoral,  y el día de las Elecciones. De ello hablaremos después.
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