Hace solo dos días, en mi último artículo titulado: “La economía lo doblegará sin piedad”, advertí sobre un posible incidente fronterizo ordenado por el dictador venezolano, con la finalidad de distraer al pueblo del desastre económico que se le viene encima a Venezuela. El párrafo al que hago referencia, es el siguiente:

“Ojo que se inventan diligentemente un incidente militar en la frontera con Colombia, o un intento frustrado de magnicidio en cadena nacional de radio y televisión, para terminar de arrasar con la poca legalidad que queda en el país. Así podrían utilizar esos acontecimientos para suprimir las garantías, o echarse al pico a los gobernadores de oposición que presiden estados fronterizos (Pablo Pérez y Pérez Vivas)”.

Dicho esto, prosigo con lo sucesivo. Chávez necesita desesperadamente levantar los números de aceptación popular, ya que si sigue en caída libre, el chavismo sin Chávez se radicalizará inminentemente, y créanme que buscarán la manera de derrocarlo. Ya el dictador “totumero” no arrastra pueblo, es una sombra que estorba a los nuevos “boliburgueses”, y él lo sabe mejor que nadie.

Hace pocas horas, Colombia denunció la voladura de dos puentes fronterizos por parte de efectivos militares de Venezuela. Obviamente, Colombia no caerá en el juego macabro de Chávez. Ellos actuarán a través de los canales diplomáticos, y seguirán denunciando al gorilón venezolano ante los caducos organismos multilaterales de corte internacional; ONU, OEA, etc. Lo grave del asunto es el silencio cómplice que siguen guardando a conveniencia, los vecinos latinoamericanos, sobre todo Brasil. Siguen cebados a punta de petrodólares y promesas vagas de protagonismo internacional.

Para nadie es un secreto, que el dictador venezolano desea fervientemente un conflicto bélico con Colombia, ya que en su mente retorcida y enfermiza, cree poder manejar la situación. En su mundo paralelo, cree contar con valientes soldados “revolucionarios” que derramarán su sangre en defensa del socialismo del siglo XXI; pero lo que parece desconocer el monarca caribeño, es que el venezolano es cobarde por naturaleza. La cúpula militar le dará la espalda si se le ocurriese de verdad alguna locura bélica, y sus supuestos milicianos armados, se chorrearán al primer disparo. Aquí si cabe el dicho de que “Venezuela no es Cuba”.

Máxime, ahora que los “gringos” malucos e imperialistas tienen acceso a 7 bases militares colombianas, y saben hasta que tipo de papel “toilette” usa el ex militar golpista. Incidentes de esa magnitud en la frontera, podrían traer consecuencias incalculables para el bienestar de la patria. Lo sabe el dictador, los militares, el pueblo, y sobre todo el Presidente Uribe de Colombia. El problema de estas actitudes reiterativas y amenazantes, es que nunca se sabe cuando el contrario perderá la paciencia y arremeterá con todo. No es lo mismo llamar al diablo que verlo llegar.

Ahora saldrán con el cuento “chino” de que fueron los paramilitares colombianos, disfrazados de soldados venezolanos, y pagados por la CIA, o por las mismas autoridades colombianas. Pero jamás serían capaces de involucrar a la guerrilla de las FARC, brazo armado del chavismo en Colombia, y aliados fundamentales del proceso castro-chavista que encarna el enajenado dictador venezolano. Habrán consecuencias, no tengan la menor duda. 

Yo confío plenamente en la ponderación e inteligencia del presidente Álvaro Uribe, pero no se hasta que punto, los militares colombianos estén dispuestos  a permitirle a Chávez seguir violentando la soberanía colombiana de manera descarada, y sin consecuencia alguna. La voladura de esos dos puentes es un incidente gravísimo que tira por el suelo tratados internacionales, y la dignidad del pueblo colombiano.

Juzgue usted amigo lector, pero a mi parecer, Chávez juega a la ruleta rusa peligrosamente. 

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