A las protestas contra el Gobierno por las demandas populares contra la inseguridad, el costo de la vida, los pasivos laborales y el deterioro de los centros dispensadores de salud, se agregan ahora la crisis del servicio eléctrico y la escasez de agua dos acontecimientos que el señor Chávez no previó le estallarían en su cara, para los cuales no existió atención y mucho menos inversión que garantizara el no llegar a la situación de gravedad que estamos sintiendo que ha originado el que el país este incendiado. La desfachatez y el cinismo de responsabilizar al pueblo del consumo en exceso, lo impulsa a iniciar un período de racionamiento en luz y agua como una forma de superar la crisis, las que debemos sustituir prendiendo velas y bañándonos en tres minutos con totumas en la mano.

Todo viene a ser una expresión de la mente marginal de este Gobierno que nunca ha asumido sus deberes, que miente, huye y reparte culpas, deficiencias e inequidades, que se ha tragado más de 800 mil millones de dólares impulsando la corrupción y abandonando la obligación de resolver las necesidades de la gente que ya no acepta más explicaciones irrespetuosas. Esto es propio de unos aventureros que se apoderaron del Gobierno del país para saquearlo y darle rienda a sus complejos y sus delirios de grandeza, incubados en personalidades desbordantes de mediocridad e ignorancia. Han sido unos ineptos. La lucha por la libertad de los presos políticos, la defensa de los derechos humanos y la no criminalización de la protesta mantienen un clima de rebeldía, presentándose un cuadro nada favorable para el Chávez que ha permitido que en los centros de poder se le tenga como un anti demócrata represivo al que hay que tener monitoreado.

Es rechazado en el país y en el exterior. Le esperan días difíciles, los que tratará de superar con más dinero, el que no le será suficiente porque en él hay algo que el dinero no puede borrar ni cambiar, la farsa y el cinismo de su imagen de dictador y bribón. 2010 será nefasto para su gobierno, perderá el control de la AN con todo lo que eso significa, y comenzará a recorrer el camino para su salida definitiva del poder.

En la revolución del siglo 21 volvemos a la vida cotidiana del siglo 19.

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