Misión Totuma
Escrito por David Uzcátegui   
Domingo, 01 de Noviembre de 2009 10:30

altTras más de una década con la propuesta chavista acaparando espacios de poder, quienes no compramos este extraño modelo podemos comprobar cómo muchos de nuestros temores se han ido materializando.
Concretamente, una de estas inquietudes han ocupado, con perfecta razón, la opinión pública en las últimas semanas. Se trata del colapso de los servicios públicos, especialmente del agua y la luz.

Los frecuentes e inesperados apagones se multiplican por todo el país, dañando artefactos y haciendo perder tiempo laboral, descomponiendo alimentos y complicando aún más la vida de los venezolanos.

A eso se suma la intensificación del racionamiento de agua, lo cual no es nuevo para mucha gente, pero que ha alcanzado proporciones dramáticas en los últimos días.

Tan imprescindibles servicios se ausentan de los hogares venezolanos por muchos motivos. El principal es que no se ha hecho mantenimiento a las redes que los llevan hasta nuestros lugares de vivienda y trabajo. No se ha tomado en cuenta el natural crecimiento de la población. Todos sabemos que se han gastado gigantescas sumas de dinero en promover nacional e internacionalmente el proyecto político actual, y que eso, más temprano que tarde, afecta la vida de los venezolanos.

Otro aspecto grave es el hecho de que para laborar en empresas del Estado, es más importante la fidelidad política que la capacitación, lo cual arroja muchas dudas sobre la formación de funcionarios que tienen en sus manos aspectos tan delicados de nuestra supervivencia.

Y eso viene desde que el gobierno decidió emprenderla contra la palabra “meritocracia”, que no es más que ocupar puestos y ascender por méritos. Se le contrapone el escalar posiciones por amiguismos, palancas, favores y otros usos que permiten el ingreso y la permanencia de gente escasamente capacitada pero bien “enchufada”. Con dolor estamos viendo las consecuencias.

Ante la indignación de la gente, el Ejecutivo responde de la manera menos indicada. En lugar de poner manos a la obra, más vale tarde que nunca lanza frases tristemente célebres, como aquella de la ducha de los tres minutos o la utilización de totumas. Ya quisieran muchos venezolanos disponer de agua corriente en sus hogares aunque fuera por tres minutos. Y quienes toman la electricidad ilegalmente, con seguridad prefieren tener otras opciones que no les llegan.

De esta manera, quienes ostentan el poder, hacen pública confesión de su ineptitud. Los países verdaderamente grandes tienen gobiernos que se esfuerzan por producir servicios al ritmo de los crecientes requerimientos de la población. Los gobernantes limitados hacen que sus pueblos paguen con carencias su falta de sentido común.
Esta crisis que revienta a una década del chavismo en el poder no puede ser achacada a gobiernos anteriores. Han estado el tiempo justo para que las redes y los sistemas sin mantenimiento se deterioren.

Esperemos que no sea una política de Estado, para aproximarnos al ansiado mar de la felicidad cubano. Ciertamente, la isla caribeña es famosa por sus apagones, casi tanto como por las desgracias que padecen sus ciudadanos desde hace medio siglo.

Nicaragua, por otra parte, agradece el envío de plantas eléctricas venezolanas para aliviar su escasez de energía. Países, por cierto, que distan mucho de tener recursos naturales o económicos que nuestra nación sí tiene y que sus gobernantes malbaratan. Venezuela merece mucho más que la “Misión Totuma”.

(*): Presidente del Concejo Municipal de Baruta


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