Esta expresión es de Chávez refiriéndose a la "guerra a cuchillo" que se protagoniza en el seno del Psuv. Es un estilo difundido por él mismo en su relación con la sociedad y contra todo aquel que critique o diverja de sus opiniones. Él no concibe otra manera de practicar la política cuando convierte todo en confrontación, descalificaciones, liquidaciones y demás componentes de una práctica pugnaz por excelencia.

El partido de gobierno no podía escapar a la lógica infernal de toda organización creada desde arriba, bajo las presiones del poder. Como dijera una vez Müller Rojas, no son militantes; la inmensa mayoría se acerca para requerir favores o prebendas. No puede haber mística cuando se obliga a ponerse una camisa roja para ser atendido, lo que transforma lo que debe ser una política social en clientelismo político.

Otra lógica que es fatal e inevitable en los regímenes autocráticos, y más si son militaristas, es la creación de grupos que compiten entre sí por la "sonrisa" del autócrata que es, en definitiva, el que tiene en sus manos su ascenso o descenso en la escala partidista o gubernamental. El autócrata maneja a su voluntad, o capricho mejor dicho, la utilización del aspirante a gobernante que es escogido no por sus capacidades sino por sus lealtades al jefe.

El Psuv va a celebrar su congreso. Los delegados son escogidos con "pinzas" en un porcentaje de 70 por ciento. El otro 30 por ciento lo escoge personalmente él, quien cuida el dominio absoluto de las delegaciones y termina la escenificación en una farsa donde no hay debate, ni siquiera la más mínima diferencia.

Todas las armas son válidas: las zancadillas, los "cuchillos", la utilización de recursos (ministerio, instituto autónomo, gobernación, alcaldía) para fortalecer su imagen no ante el país, ni por sus ejecutorias, sino por la mayor adulancia al jefe.

Estos aparatos partidistas formados desde el poder son fofos, no resisten el menor empujón y se desmoronan de la noche a la mañana. El mejor ejemplo sería el comportamiento del "poderoso y monolítico" partido comunista soviético cuando el sistema colapsó.

Sólo agregaremos que son momentos cuando el "rey está desnudo" con las crisis eléctrica, del agua, de la vivienda, de la salud, de la educación, del desempleo, de la inseguridad personal y luce inviable lo que hace el autócrata que demuestra diariamente que fracasó a los 11 años como gobernante y que marca la urgencia de un cambio para poder salvar al país del caos y del barranco hacia el cual va inevitablemente si sigue por estos caminos. No faltarán quienes sientan la necesidad de opinar. La guerra es a cuchillo.