El Gobierno ha "rompido" la Ley
Escrito por Antonio Ecarri   
Viernes, 28 de Agosto de 2009 10:16

alt"Venezuela no se rinde" no es sólo una consigna, pues quedó demostrado en la marcha multitudinaria del pasado sábado que este país no va a permitir que los ignorantes, los que han "rompido" la Ley, sean quienes indiquen el camino a seguir en la formación de nuestros hijos y nietos


"Todas las democracias contemporáneas viven bajo el temor permanente a la influencia de los ignorantes".

John Kenneth Galbraith.


Gracias a que aún existen medios de comunicación a los cuales este gobierno no ha podido doblegar, como Globovisión, todos los venezolanos nos enteramos de que el flamante viceministro de Relaciones Interiores, Juan Francisco Romero, embozado el día de la marcha con casco militar y franela roja, defiende el mamotreto de Ley de Educación inconsulta que, entre gallos y medianoche, aprobó la Asamblea Nacional, integrada por ovejas vergonzosamente dóciles al Poder Ejecutivo. Esa Ley de Educación lo representa a él y a su gobierno, pues cuando le oímos el rebuzno según el cual "los manifestantes han ´rompido´ el cerco policial", puso punto final al debate. Definitivamente, este gobierno y sus ministros ignorantes, con esa afrenta a Andrés Bello, a Arturo Uslar, a Luis Beltrán Prieto, a Andrés Eloy Blanco, se encargaron de poner en evidencia que representan lo peor que ha podido acontecerle a Venezuela en el siglo XXI: que regresaran los ignorantes al poder. Con razón Chávez idolatra al Cabito Castro y a sus hordas de iletrados.

"Venezuela no se rinde" no es sólo una consigna, pues quedó demostrado en la marcha multitudinaria del pasado sábado que este país no va a permitir que los ignorantes, los que han "rompido" la Ley, sean quienes indiquen el camino a seguir en la formación de nuestros hijos y nietos.

El pasado sábado, este gobierno quedó al desnudo no sólo con la "rompida" del viceministro, sino con la arenga politiquera del coronel Antonio Benavides Torres, jefe del Core 5 de la Guardia Nacional, quien también ha "rompido" la Ley. Este coronel no debe ser ejemplo para ningún militar digno, pues pisoteó la Constitución, saltando a la torera todo el andamiaje jurídico que informa a nuestras Fuerzas Armadas, al aparecer arengando a sus soldados con consignas políticas, atacando a la oposición, tratando de desprestigiar al pueblo manifestante y llamando "payasos" a los periodistas de "Globovisión".

A ese coronel felón y a todos los militares que se colocan al margen de las leyes les recuerdo que los delitos de lesa humanidad son imprescriptibles, y a los que atenten contra el ordenamiento jurídico no los va a salvar este gobierno, porque obviamente no es eterno. Es necesario, entonces, recordarles parte del contenido del artículo 328 constitucional: "La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política (...) En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna...".

Este gobierno y los militares que se han puesto al margen de la Constitución de la República están convirtiendo a este régimen en un violador permanente del Estado de Derecho y lo están convirtiendo en un "Estado forajido". Esto, que parece algo trivial, se les va a convertir, tarde o temprano, en su talón de Aquiles. Lo que pasó en Honduras con el alocado Zelaya le puede ocurrir al de aquí por las mismas razones que esgrimieron quienes desalojaron al "sombrerúo" del poder: la violación permanente de la Constitución; lo que hace, a cualquier gobierno electo democráticamente y con legitimidad de origen, perder su condición al deslegitimar su ejercicio.

En consecuencia, este gobierno debería poner sus barbas en remojo y Hugo Chávez, en vez de condecorar al ya tristemente célebre Coronel Benavides, debió zamparlo en un calabozo, pues ese mal ejemplo puede animar a cualesquiera otros oficiales a hacer lo mismo... pero al revés.

Criar cuervos parece ser la ocupación central del inquilino de Miraflores, pues ya tuvo otros Benavides que adularon tanto como éste y terminaron en la acera contraria.

Está fresco el recuerdo del gordo Rosendo, cuando lo vimos por televisión saludando desde un tanque de guerra a Chávez y poco tiempo después volvimos a verlo, conduciéndolo preso a Fuerte Tiuna. Todo el mundo recuerda las lágrimas de Baduel en acto de rastrera lisonja a "mi comandante en jefe", salvándolo el 12 de abril, y luego quedar preso por alzársele a su "hermano del alma". Por esto y por muchas otras razones, Hugo Rafael debería ser más discreto al lisonjear a quienes le adulan, porque los precedentes indican que allí, precisamente, se esconde la víbora que puede acabar con él. Amanecerá y veremos.

PS: Chávez mandó a prohibir los juguetes bélicos, pero condecoró con la Orden del Libertador al coronel Benavides. Sin comentarios.


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