Política en minúsculas y mayúsculas
Escrito por Luis Homes J. | @luishomes   
Martes, 15 de Noviembre de 2011 05:57

altLa política en minúsculas es entenderla como un oficio rudimentario, hacer cosas y actividades para agitar, para exponer palabras y personajes que digan algo, la mayoría de las veces sin sentido, en el espacio vacío, hueco, sin fondo ni contenido. Los protagonistas de la política en minúscula son dicharacheros, escandalosos, manotean, insultan y descalifican.  Buscan el centro de la escena como el payaso que inicia la función de un circo y necesita a toda costa, arrancar aplausos, así sea bajándose los pantalones y haciendo el ridículo. Los papelillos, el pitico irritante, el bailoteo de multitudes pagadas y tarifadas, son los instrumentos de la política en minúsculas, para mostrar algún resultado.  El ciudadano es tomado en cuenta sólo si representa un voto, y lógicamente, sólo si es por la opción de su grupo. Jugar o participar en la política en minúscula es simular “una caimanera”, el árbitro y las reglas las impone el más fuerte, el que tenga más recurso. No hay espacio, tiempo ni instrumentos previamente definidos. Los resultados de esta práctica son catastróficos para los pueblos, que nunca ven los resultados de una mejor sociedad y jamás ven resueltas sus necesidades elementales. El destino final será una sociedad anarquizada, que generará en violencia con consecuencias impredecibles.  

La política en mayúscula implica asumirla como una ciencia compleja. Y además como un arte en el manejo de los conflictos sociales. Requiere preparación, formación y dedicación por largos periodo de tiempo. Los actores de la política en mayúscula son personajes serios, discretos, ajenos al bochinche y al espectáculo. La sociedad es concebida como un espacio para su estudio y para la intervención planificada, en la búsqueda de las soluciones de sus necesidades y carencias. Se trata de conquistar posiciones de poder para establecer el imperio de la ley, y conseguir, en ese contexto,  el bien común. El ejercicio del poder, en el marco de la política con mayúscula, implica el más hermoso y noble ejercicio de las virtudes del hombre. El ciudadano adquiere un rol protagónico en la política en mayúsculas. Implica el respeto a sus derechos y además, la creación del marco necesario para exigir el cumplimiento de sus deberes. Un sencillo y eficiente sistema de instituciones y poderes públicos autónomos, que atienda las necesidades colectivas, es el objetivo final de la acción política. El destino final de este esquema, es una sociedad organizada y lista para emprender la realización del ciudadano y de la sociedad misma.

¿A cuál opción merecemos apostar los venezolanos y quiénes la representan?

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